Señoras y señores...
¡Es el último día del año!
Las últimas horas para compartir de este 2016 que ha dado y ha quitado. Hoy, con minutos a la medianoche me dedico a reverenciar todos los momentos, sean buenos, sean malos; todos se irán con los fuegos artificiales dentro de poco ¿Para qué serían entonces todas esas personas que supieron acompañarnos? ¿Que supieron estar cuando los necesitábamos y ahora ya no están? Serán los ciclos, las historias. Como entendida digo que cada persona puede tener su punto final y ahora que no están aquellas con las que empecé el año, prefiero ver con las que lo acabo porque son con las que empezaré nuevamente.
Cada una de ellas me tiene en su mundo y pasea por el mío, les conozca mucho o poco ahora están aquí y quien sabe si sigan después de 365 días mas y vuelva a abrazarlos entre tiempos, o mas bien terminen en la lista de recuerdos que hacen que este 2016 se vaya finalmente con amargura, con nostalgia. Hay pequeños ángeles cuidándonos ahora y se que serán recordados por lo que en vida fueron, por nuestra familiaridad de ser.
Por eso quiero ir y decirle a mi familia que la amo así de imperfecta porque son así, pero también soy así y me aguantan. Todos los malditos errores que cometí este año, las incertidumbres, las groserías, la ausencia, las palabras no dichas. Todo lo que compartimos y no, también esta ahí, con el abrazo de fin de año donde dejaré de creer que pueden cambiar y aceptaré que son como son, como deben ser y que soy fruto de ello, que soy como soy... Que quiero ser mejor este año.
Y se acabaron los 365 días que nos mantuvieron ocupados entre vidas.
Mientan si es necesario pero este año pasamos atropellados por el amor y abrazados por el olvido. Se acabó ese amor que se creía eterno, se separaron las manos que se enamoraron cómplices, pasamos por la ilusión de un nuevo entendimiento, sí, todos sentimos lo bonito y doloroso que puede ser encontrar a esa persona que parece ser para ti, que comparte tu mundo, que te gustó a escondidas por un tiempo, tal vez mucho, y que no está contigo. ¡Ya no importa! Es cuestión de que dejemos ser o seamos porque el tiempo corre y para haber esperado no queda motivo. ¿Para qué? ¡Hay que sentirnos vivos!
Mis amigos, los mejores, son los que llamo a medianoche año tras año para escuchar sus voces que aseguran quedarse estos 365 días más. No importa cómo, se quedan conmigo y es lo único que necesito. Por eso hoy, a pesar de todo, se con quien inicio el año y son las personas que deben estar: Aria, Cristóbal, Edwin, Yaly, Marco, Deysi, Stephanie, Javier, y más que nada Elizabeth, porque no sabes lo que es una amistad verdadera hasta que la necesitas y la encuentras en esas personas que, tal vez no te rodean todo el tiempo o hablan de lo mismo que tú, pero es impactante lo mucho que pueden hacer por ti sin que lo pidas o lo sepas realmente.
En conclusión, este año se va y se lleva ya todos los cambios, las repentinas ocasiones para salir entre amigos, las citas, los enamoramientos furtivos, esos besos que nos dejaron sin habla, esas peleas que nos dejaron rendidos. ¡Basta! Este año se viene con todo, sea bueno, sea malo, ya se viene y que mejor que decirle: ¡Estoy aquí, has lo que quieras que yo haré lo mismo! Y ser libre...
Este año sé libre, arriésgate a vivir, a sentir de nuevo, a conocer lugares y personas, a comprar cosas que te gusten y encontrar tus pasiones. Aprende a ser feliz por ti y para ti para que lo puedas compartir. Ama. Goza. Disfruta cada día con cada minuto, que luego dirás que ya han pasado 365 días y te sientes distinto, porque eres, porque sabes, porque todo ha cambiado y estás en la puerta de algo nuevo que ahora entre deseos, abrazos, lágrimas, sonrisas y repetidos "próspero año nuevo" llega al fin, el nuevo capítulo de tu vida.
¡Felices fiestas! Y que este año sea el mejor año, porque viviré tanto para que cada experiencia merezca ser contada un día casual, con un café, a un desconocido que amaré conocer.