—¿Gustas más? — me ofreció Justin de su porro
"Sí, pero de ti"
— No, no. Estoy bien creo que ya es hora de regresar— me recosté sobre mi espalda y pude sentir la arena entre mis rizos— ¿Puedes conducir esa maquina asesina en estas condiciones?
— Cariño, usted no se preocupe. Jamas dejaría que le tocaran aunque fuera un pelo.
Reí por su comentario y sentí como mis ojos se cerraban, me sentía intoxicada de tanto humo e unicornios. Pensé se sentiría bien cerrar los ojos, pero escuche como a lo lejos alguien llamaba mi nombre. La voz cada vez se acercaba más a mi y yo solo miraba las estrellas en el cielo, sin poder mover ni un solo músculo.
— Nirvana— se escucho claro un susurro en mi oído, pero no voltee— No cierres los ojos, despierta.
—No— murmuré mientras mis párpados se hacían cada vez más pesados.
— Hermosa, te lo pido. Despierta...
Entendí quien era, Chad. Voltee y lo vi ahí sentado junto a mi, con sus rizos negros alborotados, su camiseta abotonada y mejillas pálidas. Me miraba con preocupación, una mirada que aun no había sentido sobre mi. Mire a mi otro lado y vi que Justin solo seguía fumando.
— Vuelve a la casa— susurro casi inaudible
—¿qué?— pregunte atontada — Tengo sueño— respondí y al parecer también Justin escucho eso.
Se volteo hacia mi y me tomo el rostro alejando mi vista de Chad y hacia su cara.
—¿Te sientes bien?— se escucho preocupado
— Tengo... Sueñ...— no pude terminar la frase solo balbuceaba. Mi cuerpo se sentía pesado y cansado, la intoxicación me causaba nauseas.
— Ven— se levanto y me ayudo a levantar pero caí y el me tomo en sus brazos. — Te llevare a tu casa.
Asentí y me abrace a su cuello con olor a poros que me causaba aún más nauseas por la tremenda jaqueca. Sentí como el movil en mi bolsillo trasero vibraba, pero no pude hacer nada, mis brazos estaban frágiles.
Cuando por fin me encontraba aparcada frente a casa, habíamos vuelto a la universidad por mi auto y luego Justin me había traído en el a casa.
—¿te irás caminando? — pregunte mientras el me extendía la mano para ayudarme a bajar.
— Sí, un amigo vive aquí cerca no te preocupes— me sonrió tierno.
Me ayudo a llegar hasta la puerta de mi casa y luego solo nos quedamos mirándonos el uno al otro hasta que el se decidió por darme un pequeño beso en la frente y se marcho sonriendo. Me adentre y cuando llegue a mi habitación me tire con toda y la ropa que llevaba desde la mañana. Deje mi mirada fija en el techo de mi habitación mientras pensaba en todo lo que había hecho hoy y lo que había sentido... ¿Es así que se siente divertirse? Por que descontándole las nauseas fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Sonríe por ese pensamiento y luego sentí como unas manos calientes tocaban mis pantorrillas. Di un respingón y vi a Chad al pie de mi cama.
— Hoy te pusiste en riesgo— susurro con seriedad mientras quitaba sus manos de mi. — Te escapas de la uni, vas en moto con un extraño a fumar poros y te intoxicas como si fumaras de toda la vida. ¿Sabes el daño que te hiciste hoy?
— No me vengas con sermones... ¿Qué sucede? Escaparse y fumar esta contra las reglas de — alce mis dedos en comillas— "Tu alma virgen" — reí con sarcasmo, aun me quedaba un poco de marihuana en el sistema y con eso valor.— Oh no... Ahora recuerdo.... ¿Tener sexo esta contra las reglas no?
Hice el esfuerzo por sentarme sobre la cama justo en frente de el y lo mire directo a los ojos con completa seriedad.
— Debe ser difícil — espete mirándolo con picardía
—¿De qué hablas?— respondió con su usual frialdad, me miraba inquieto buscando en mis ojos algo que sé no encontraría... miedo.
— Desearme — me puse de rodillas y fui acercándome a el. — Desearme tanto, que casi sientes que es humano— la cama me daba la altura y nuestros labios estaban a solo un soplido de distancia — Desear estar dentro de mi... — reí bajito— Debe ser un infierno.
Chad se quedo quieto, inmóvil, solo me miraba directo al azul de mis ojos...
P.O.V Chad*
Sus palabras causaron un escalofrío en todo mi cuerpo, aunque olía a cenizas, su olor a vainilla seguía inundado mis narices. Sus rizos rubios estaban por todos lados haciéndola parecer una bola de pelos. Su camiseta estaba ligeramente estirada y dejaba ver esa fina linea entre sus senos, su piel pálida lucia tan frágil y delicada a la luz de la luna. Solo bastaba un pequeño empujón para que nuestros labios se tocaran, me pregunto ¿cómo deben sentirse sus piernas alrededor de mí torso?
"¡Basta reacciona!" me gritaba mi interior pero cómo podía contenerme con semejante diosa frente a mis ojos. De solo verla en ni mente se creaban miles de escenarios , ella sobre mi, debajo de mi, arrodillada, de espaldas... Todas las posibles posiciones donde expondría su cuerpo a mi esclavitud.
Nirvana me dio una sonrisa que parecía triste y se alejo unos centímetros de mi, aun mirándome directo a los ojos. Entonces sin pensar, sin antes visualizarlo con claridad lo hice...
Me acerque y la tome por la cintura haciendo que su cuerpo chocara con el mío. Nuestros labios se besaron y sentí que me quemaba por dentro, era un especie de frenesí, solo quería más y más. Ugh, mierda sus labios. Eran cálidos y suaves, me tome la libertad de morder uno de ellos con sumo cuidado y delicadeza saboreando cada centímetro de ellos. Se recostó y mi cuerpo quedo encima del de ella. Sus manos bailaban por todo mi torso causando electricidad en todo mi cuerpo, mis dedos jugaban entre sus cabellos mientras que con mi mano libre recorría su cintura intentando trazar un mapa de su cuerpo en mi mano. Mi erección se hizo notar y mis manos no dudaron en quitarle su blusa para dejar a la vista sus perfectos y grandes pechos. Bese su cuello hasta llegar a ellos y entre mordiscos y chupones le quite el sostén para dejar a la vista sus redondos y rosados pesones. Le quite los pantalones, seguidos por sus pequeñas braguitas color rosado. Baje mis labios hasta su ombligo tocando tu piel expuesta, sus manos fueron hasta mis cabellos y sentí como su piel se erizaba. Me deseaba y eso solo me ponía más duro. Subí y volví a besar sus labios que con ansías me devoraron. Sus manos se encargaron de desabotonar mi camisa y luego bajaron a quitar el broche de mi pantalón. Me despegue de su cuerpo y me termine de desvestir mientras la veía tirada en la cama, en sus ojos solo se pintaba lujuria, su cuerpo se veía rígido, sus piernas temblaban no había nada más que quisiera en ese momento, que estar dentro de ella. Se quedo mirando mi erección y se puso de rodillas ante mi, beso mis labios con delicadeza. Se levanto de la cama y me hizo recostarme, me miro coqueta antes de comenzar a besar mi torso, dejando un camino de besos y mordiscos hasta mi erección, la cual tomo en sus pequeñas manos y mi piel se erizo a tan solo su tacto.
Puso su lengua sobre mi glande y un cosquilleo se apodero de mi dejando salir un gemido no planeado. Río coqueta y termino por meterse mi erección a la boca. Subía y bajaba a un ritmo intermedio, pasaba su lengua por todos lados , sus ojos estaban cerrados y los abrió por segundos para verme disfrutar.
—¿Qué tan lejos puedes llegar?— susurre
Ella me miro como si le hubiese retado a tirarse de un barranco. La tome de los rizos y la hice bajar, ella no se tardo en obedecer y comenzó a actuar por cuenta propia. Mientras más de mi erección entraba en su boca, sus mejillas se sonrojaron y su respiración se hizo rápida. Gimió y me miro con ojos llorosos, siguió hasta llegar a la base y luego fue sacando mi erección de su boca con lentitud mientras me miraba a los ojos. Un hilo de su saliva y mi semen colgaba de su boca, tomo su dedo indice y lo metió todo a su boca, saboreandome en ella.
La tome por la cintura y la hice saltar en mi con sus piernas alrededor de mi torso. Le bese el cuello dejando chupones y marcas sobre el, puse su espalda contra la pared.
— Hazlo— susurro a mi oído.
La mire por un segundo al azul de sus ojos, la deseaba... La deseaba tanto que era un vició.
Puse mi glande sobre su cavidad y se escucho un grito de dolor y placer en cuanto di la
primera envestida sin cuidado alguno....
En un abrir y cerrar de ojos todo se esfumó... Nirvana estaba de rodillas sobre la cama, vestida frente a mi, yo en frente ella igual vestido, ni siquiera me estaba tocando.
Me miro en crédula y se alejo de mi
— Eh... Eso fue... ¿Una ilusión?— pregunto incrédula.. Sus piernas temblaban.
Yo me senté sobre la cama aun sin creerlo, todo fue una ilusión... Fue una ilusión. Mire mi entre pierna y vi que tenia una gran erección. Pero yo no había hecho nada... Yo no fui quien causo esa ilusión entonces quien....
— Fui yo....— susurro ella incrédula.— Y...O cause esa ilusión...— me miro como esperando una respuesta a la cual sinceramente no quería contestar. — No sabía que podía hacer eso
— Yo tampoco — susurre para mi mismo
Escuche una risota casi histérica y luego añadió:
— ¿No es divertido cuando eres tu el que ilusiona no? ....