14.

2.7K 180 8
                                    

—¿Gustas más? — me ofreció Justin de su porro

"Sí, pero de ti"

— No, no. Estoy bien creo que ya es hora de regresar— me recosté sobre mi espalda y pude sentir la arena entre mis rizos— ¿Puedes conducir esa maquina asesina en estas condiciones? 

— Cariño, usted no se preocupe. Jamas dejaría que le tocaran aunque fuera un pelo.

Reí por su comentario y sentí como mis ojos se cerraban, me sentía intoxicada de tanto humo e unicornios. Pensé se sentiría bien cerrar los ojos, pero escuche como a lo lejos alguien llamaba mi nombre. La voz cada vez se acercaba más a mi y yo solo miraba las estrellas en el cielo, sin poder mover ni un solo músculo. 

— Nirvana— se escucho claro un susurro en mi oído, pero no voltee— No cierres los ojos, despierta.

—No— murmuré mientras mis párpados se hacían cada vez más pesados.

— Hermosa, te lo pido. Despierta...

Entendí quien era, Chad. Voltee y lo vi ahí sentado junto a mi, con sus rizos negros alborotados, su camiseta abotonada y mejillas pálidas.  Me miraba con preocupación, una mirada que aun no había sentido sobre mi. Mire a mi otro lado y vi que Justin solo seguía fumando.

— Vuelve a la casa— susurro casi inaudible

—¿qué?— pregunte atontada — Tengo sueño— respondí y al parecer también Justin escucho eso.

Se volteo hacia mi y me tomo el rostro alejando mi vista de Chad y hacia su cara.

—¿Te sientes bien?— se escucho preocupado

— Tengo... Sueñ...— no pude terminar la frase solo balbuceaba.  Mi cuerpo se sentía pesado y cansado, la intoxicación me causaba nauseas.

— Ven— se levanto y me ayudo a levantar pero caí y el me tomo en sus brazos. — Te llevare a  tu casa.

Asentí y me abrace a su cuello con olor a poros que me causaba aún más nauseas por la tremenda jaqueca. Sentí como el movil en mi bolsillo trasero vibraba, pero no pude hacer nada, mis brazos estaban frágiles.

Cuando por fin me encontraba aparcada frente a casa, habíamos vuelto a la universidad por mi  auto y luego Justin me había traído en el a casa. 

—¿te irás caminando? — pregunte mientras el me extendía la mano para ayudarme a bajar.

— Sí, un amigo vive aquí cerca no te preocupes— me sonrió tierno. 

Me ayudo a llegar hasta la puerta de mi casa y luego solo nos quedamos mirándonos el uno al otro hasta que el se decidió por darme un pequeño beso en la frente y se marcho sonriendo. Me adentre y cuando llegue a mi habitación me tire con toda y la ropa que llevaba desde la mañana. Deje mi mirada fija en el techo de mi habitación mientras pensaba en todo lo que había hecho hoy y lo que había sentido... ¿Es así que se siente divertirse? Por que descontándole las nauseas fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Sonríe por ese pensamiento y luego sentí como unas manos calientes tocaban mis pantorrillas. Di un respingón y vi a Chad al pie de mi cama.

— Hoy te pusiste en riesgo— susurro con seriedad mientras quitaba sus manos de mi. — Te escapas de la uni, vas en moto con un extraño a fumar poros y te intoxicas como si fumaras de toda la vida. ¿Sabes el daño que te hiciste hoy?

— No me vengas con sermones... ¿Qué sucede? Escaparse y fumar esta contra las reglas de — alce mis dedos en comillas— "Tu alma virgen" — reí con sarcasmo, aun me quedaba un poco de marihuana en el sistema y con eso valor.— Oh no... Ahora recuerdo.... ¿Tener sexo esta contra las reglas no?

El es Virgen Where stories live. Discover now