21.

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La sentí temblar la noche entera a pesar de que la temperatura era estable y de que su frente estaba empapada en sudor. La observé la noche entera como solía hacer cuando no tenia el don de dormir y entre su estado de debilitación seguía luciendo tan hermosa como el día en que la vi a travez de aquella ventana. Recuerdo que me cautivaron sus ojos azules que eran tan llamativos como los de un felino, sus cabellos extremadamente rubios que te dejaban admirar con más atención la palidez de su piel, lo rosa de sus mejillas. Ella era una obra de arte y yo un mal pintor. Por un momento en la noche vi como el color desaparecía de esas mejillas.. La tome en brazos y la agite con brusquedad, mi corazón latía con mucha fuerza y me sentía acalorado

—¡Nirvana! — le grite entonces la vi hacer el esfuerzo de abrir sus párpados.

Deje que volviera a entrar aire a mis pulmones y la abracé contra mi cuerpo con fuerza esperando a que se calmara mi pulso... Por un momento creí haberla perdido. Ya no estoy tan seguro de querer un alma, no la de ella, o la de nadie... No estoy seguro si me puedo quedar aquí a su lado observándola morir mientras poco a poco le robo la vida, más  bien, ella me la entrega.  Debía revertir este acuerdo que hice con lucifer, no podía condenar a Nirvana a las llamas no solo por que era incorrecto, sino por que la amaba lo suficiente como para soportar el fuego del infierno todos los días , con tal de poder verla dormir cada noche. Sana, con vida.

El es Virgen Where stories live. Discover now