El es Virgen

27.

—¿Nirvana podrías dejar de mirar la ventana y comer tus wafles? — me regaño mi madre.

Metí a mi boca mas de tres bocados que me dejaron las mejillas llenas de comida y le sonreí  mostrándole todo lo que llevaba en la boca. Mamá hizo una mueca de asco.

— Basta— espeto y volvió su vista a mi padre que leía el periódico — Tu hija es una grosera

— Oh... ¿Cuándo es grosera es solo mi hija? — hablo sin levantar la vista del papel

— Tu la engendraste — mamá se cruzo de brazos mientras yo seguía mirando la ventana

— Tu decidiste no abortarla— Hablo con voz cantarina y eso me hizo voltear a verlos

— Oh gracias, familia ignoren que el aborto esta frente a ustedes — me apunte con mi dedo indice sonriendo con sarcasmo

Papá estallo en carcajadas junto a mamá y más allá del sonido de sus risas escuche el motor de un auto. Mire a la ventana y vi el auto de Nick salir, era momento de ir a hablar con la señora Julliard.

— Estaré al lado — lleve los trastes al lavaplatos

— Llegaras tarde a la universidad — advirtió mi padre

— La señora Julliard se ofreció a llevarme ademas, mamá usara su auto para ir a trabajar, no iré en bus. — me acerque a besar la mejilla de mi papá y abrazar a mi madre.

Tome mi mochila, llaves y móvil saliendo hasta la casa de  mis vecinos. Toque una vez y la puerta se abrió con una Erika muy nerviosa. Note el gran silencio al entrar seguro Vero dormía. Erika llevaba maquillaje por lo que sus heridas lucían menos notables. Me sonrió y me ofreció un vaso de agua que no rechace y nos sentamos en los sofás de su sala ella frente de mi con una mirada de preocupación en su rostro.

—¿Cómo conoces a Chad?— fue lo primero que pregunto

No sabía que contestar

— Quiero encontrarlo— respondí a cambio

— ¿Que sabes?

— Sé que desapareció, que su mejor amigo fue culpado y que nunca encontraron su cuerpo pero se alega esta muerto— hable rápido y me retracte pues sentí fui muy brusca pero Erika no pareció afectarle, de hecho le tranquilizaba.—¿Porqué fue él el primer sospechoso?

— Encontraron la chaqueta que el solía usar en los cajones de su cómoda con sangre que dijeron le pertenecía a Chad.

La chaqueta en mis sueños  J.G.

—¿ Puede describirla? — pregunte

— Eh...— divago por unos segundos—  Verde con sus iniciales escritas en la izquierda

—J.G.— susurre y ella asintió en respuesta.

— He tenido...— busque palabras— Visiones. — termine por decir.— Un bosque donde veo a un hombre cargar un cuerpo sin vida, lo lanza al rio y lleva una chaqueta verde con las iniciales J.G. Cuando corro en ayuda al cuerpo que lanzo descubro que es...— no pude terminar los ojos de Erika se humedecieron, esto era mucho.

— Lo-lo siento— se disculpó secando sus lagrimas— Solo es que jamas había tenido el presentimiento de estar tan cerca de Chad, creo que gracias a ti, Nirvana. Encontrare a mi niño.

— ¿Joan nunca confesó donde oculto a Chad?

— No, todo lo contrario negó una y mil veces no haberlo matado.

— ¿Qué piensa usted?

— Que merece pudrirse en la carcel por lo que le hizo a mi hijo

— Erika, necesito hablar con Joan...

No pude terminar la oración pues se escuchó como la puerta de entrada se abría. Erika se levanto de inmediato, su rostro perdió color y sus manos comenzaron a temblar.

— Ve , sube y escóndete en la segunda habitación a la derecha ¡sube!— me apuró y yo salí corriendo escaleras arriba.

Cerré la puerta con cuidado de no hacer ruido y puse el seguro. Me deje caer de rodillas en la madera mientras mi respiración se restauraba. Cuando estuve más calmada mire a mi alrededor y hacia la ventana desde donde se veía mi habitación.  Este es el cuarto de Chad. Me levante del suelo y mi mirada se concentro en la cama con mantas negras, las cajas apiladas y la soledad de ese espacio. Me acerque a una de ellas repleta de trofeos de natación. En otra ropa y revistas. Tome una de la guerra de las galaxias y una fotografía cayó al suelo cuando me incline para recogerla vi quien estaban en la fotografía.

Era Chad  junto a un chico rubio que lleva la chaqueta verde con iniciales J.G ese supongo era Joan, que le rodeaba la cintura a una pelirroja de grandes ojos verdes. Los tres mostraban sus dientes en una gran sonrisa y parecían tan libres, eternos. No lo entiendo, Chad parecía ser un chico normal ademas de sus problemas en casa que eran serios, tenia una vida social normal. ¿Cómo es que su mejor amigo llego a asesinarlo?

— ¿Chad?— lo llame.

Nada

— ¿Chad?— volví a llamarlo pero no contesto. Di una gran bocanada de aire, cerré mis ojos y susurre— Bésame.

Le tomo unos segundos, pero no abrí mis ojos cuando sentí sus labios sobre los míos. Se sentían tibios, casi humanos. Sus manos tímidas me fueron tomando de la cintura y pegando nuestros cuerpos. El roce de sus labios me erizaba los vellos y me relajaba el alma. Separo nuestro beso con suma delicadeza, pero permanecí con los ojos cerrados. Lo sentí acercarse y susurro a mi oído

— Encuéntrame...