15.

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¿Tenia el control de mi mente? No sé si es posible ser más fuerte que un mismo demonio. ¿Sería posible? Porque la cara de asombro que tenia Chad en ese momento me daba a entender que el tampoco tenia ni idea de que eso fuese posible. Mis manos comenzaron a temblar. ¿Eran nervios? ¿Era por causa de lo que acababa de hacer? No sabía pero mi cuerpo comenzó a temblar y mis piernas se debilitaron, no logre sostenerme por mi misma y note cuando Chad se levantaba a toda prisa de la cama y me tomaba en sus brazos justo antes de que mi cuerpo se tumbara al piso.

—¿Estas bien?— casi grito preocupado y tomo mi rostro en sus manos— Estas sangrando— paso la yema de sus dedos entremedio de mi nariz y labio superior por lo que sentí el leve desliz de sus dedos en ellos y el olor metálico de la sangre que salía de mi nariz.

Lo mire directo a los ojos y en ese momento ore porque no fuera otra ilusión, Chad se inclinó cerca de mi pero solo beso la comisura de mis labios y luego dio otro pequeño beso en mi frente. Me cargo y me recostó sobre la cama.

— Por favor, por tu bien, Nirvana. Ya no andes con ese tipo— Dijo serio pero se escuchaba preocupado.

— ¿Qué tipo?— pregunte ingenua la verdad es que en cuanto lo entendí, recordé todo lo que había pasado ese día. No sabía que lo había olvidado.

— Justin, no es bueno— termino por decir muy seguro.

Lo mire y vi sus cabellos rebeldes, su piel pálida que lucía suave y fría, sus bonitos ojos y lo perfecto que podía llegar a verse ese demonio en la oscuridad. No note que el había comenzado a caminar a la ventana cuando en un susurro, casi una suplica dije:

— Quédate.

Esa noche en la que mi cabeza aun daba vueltas, mis cabellos eran un desastre y sentía como si fuese a morir de la jaqueca, Chad se recostó junto a mi y me abrazo por la espalda mientras todo su calor me mantenía caliente, sus manos daban sobos suaves y cosquillosos a mi espalda y cintura. Podía sentir como respiraba mi perfume y como poco a poco su cuerpo se puso más pesado y su mano paro de tocarme, se había quedado dormido y yo junto a sus brazos sabía que cada vez yo estaba más cerca de perder mi alma...

El es Virgen Where stories live. Discover now