20.

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Está lloviendo y la brisa sopla, los árboles se mueven de un lado a otro y las hojas caen junto al viento. Me encuentro sola en un bosque y no entiendo lo que está pasando..

— La fiebre debe ser muy alta— me llevo la mano a la frente pero estoy fría. — ¿Chad?— grito su nombre a la oscuridad del bosque.

Se escuchan unos pasos y me escondo tras un árbol veo la silueta de un hombre pero no logro ver quién es... Me debato entre seguirlo o esconderme pero termino por caminar tras el con cuidado de que no me escuchara. Tras su paso va dejando un líquido que no alcanzó a ver... Cuando me acerco mi corazón se detiene... Sangre... Mucha sangre. Vuelvo a mirar en su dirección pero lo perdí de vista. Persigo los rastros de sangre y mientras más avanzo comienzo a escuchar un rio. Cuando al fin llego veo al hombre que lleva algo sobre su hombro y lo tira al suelo sin ningún cuidado, me tapo la boca para no soltar un grito. En el suelo estaban sus rizos oscuros con sus ojos abiertos inyectados de sangre, su piel estaba tan pálida como la nieve... Era el, era Chad. El hombre lo toma de una pierna y lo comienza a empujar hasta que mete mitad de su cuerpo al río.

— No estarás solo por mucho tiempo tu padre vendrá hacerte compañía — le dijo el hombre y soltó una carcajada.

Le dio una patada al cuerpo sin vida de Chad que se fue flotando con la corriente. Me levante con el instinto de querer ir a ayudarlo pero en cuanto lo hice pise una rama y el hombre se dio vuelta a mi dirección. No podía ver su cara, pero llevaba una chaqueta color verde que llevaba unas iniciales en negro J.G. El tipo solo sonrió se dio la vuelta y siguió su camino de vuelta al bosque. De inmediato salí corriendo en dirección al rio, era buena nadadora por eso al momento de lanzarme a el no titubee. El agua estaba helado al limite de poder congelar los huesos, pero ignore el dolor y nada con todas mis fuerzas hasta Chad. Lo tome del brazo y haciendo esfuerzo logre llevarlo a tierra. Lo acosté sobre el césped y tome su rostro en mis manos

—¡Chad!— lo llame con desesperación — No te puedes ir, regresa— le supliqué con lágrimas en mis ojos.

Sus ojos sé abrieron y me miro con frialdad

— Encuéntrame... — espeto fuerte y claro

***

Me levante de la cama dando un respingón Chad que estaba a mi lado se despertó y me abrazo contra su cuerpo

— Esta bien solo fue un sueño — me susurro al oído —¿Estas bien?— pregunto con tono preocupado

—S-si— respondí sin saber si eso era verdad.

Me sentía horrible y sudaba aun teniendo frío. Este virus me estaba volviendo loca. Fui cerrando los ojos sin ser consciente pues estaba delirando de la fiebre. Pero esa noche fue difícil dormir... El sueño del rio se repetía una y otra vez. J.G debía saber qué paso con el cuerpo de Chad, llegaría hasta el final de esto...

Te encontrare, Chad. Espera por mi.

El es Virgen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora