Silencio

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– ¿Conocía bien a los Julliard?– pregunto el oficial.

– La verdad es que no del todo– conteste. Las manos me temblaban.

–¿Como fue que supo lo que había sucedido?

– estuve unas semanas en el hospital y luego unos cuantos días de reposo en mi casa. Decidí ir a la escuela pero fue cuando recordé que había olvidado por completo a la señora Julliard y su situación...

–¿Cual situación?

– Su esposo, Nick Julliard, la golpeaba hasta el cansancio. Lo hacía también con su difunto hijo Chad.

–¿Como sabe todo esto?– me miro con desconfianza.

No podía ser sincera o pensaría que estaba loca. Después de todo fui yo la que encontró el cadaver. Era la principal sospechosa.

– Erika me lo contó. – mentí –Lo que nunca entendí era por qué lo hacía. No siempre estaba ebrio cuando los golpeaba. Nunca pude aclarar esas dudas pues pasó lo qué pasó y me alejé, esas eran mis intenciones. Ayudar a Erika a salir de ese infierno en el que vivía.

–¿Por qué no recurrió a sus padres? Ellos pudieron haberla ayudado por usted.

– No podia hacerlo aún, era peligroso involucrar a mis padres. Teníamos un plan... la persona que asesinó a su difunto hijo, según las autoridades y las pruebas fue su mejor amigo, Joan.– respire profundamente para calmar los nervios– Pero yo no creí esa versión de la historia. Los abusos de Nick hacía Chad eran injustificados.

– así que fue a ver a Joan ¿cierto?

– Sí, en compañía de Erika. Sospecho de que el asesino de ambos fue su marido Nick Julliard.

–Debe entender que lo que dice es muy serio. Acusar a alguien de doble asesinato.... Y luego a un hombre tan poderoso como lo es Nick Julliard.

–¿A qué se refiere por poderoso?

– El hombre que está acusando es un multimillonario que se camuflajea entre los de clase media. Para seguridad de su familia y demás... jamás se le ha acusado de algún delito. – Se inclinó sobre la mesa para estar más cerca – Tenga cuidado señorita...– susurro.

Deje de respirar. Todo mi mundo se detuvo. Supe perfectamente el peligro que corría mi familia. Estábamos en la comisaría. Luego de lo sucedido mis padres tomaron a Vero bajo su custodia. No se sabía nada sobre Nick, Chad o Justin... estos últimos dos me importaban menos. Mi familia ahora estaba en peligro y teníamos a una pequeña niña que había presenciado el cadaver de su mamá tirado en una cama. No dejaba de llorar. No podía articular palabra y la verdad nadie tuvo corazón para interrogarla. Con eso último el policía se disculpó y se retiró. Minutos después una mujer esbelta de buena apariencia física entró a la pequeña sala de interrogatorios.

– Buenas noches señorita Doe– me sonrió con amargura.– Esta será una visita muy breve, espero podamos llegar a un acuerdo...

–No entiendo a qué quiere llegar... ¿quien es usted?

– Mi nombre es Laura Berns, soy abogada del Sr. Julliard que se encuentra en un viaje de negocios al que claramente no puede ausentarse.

Apreté los dientes ante la tiranía de esta mujer... como se atrevía... ella estaba de su lado seguramente sabe perfectamente quien es el asesino. Maldita perr....

–¿Tan ocupado como para presentarse a un interrogatorio? Con el fin de encontrar el asesino de su esposa....– sonreí con ironía y me acomode en mi asiento.

La mujer tomo asiento y su cara pasó de relajada a parecer una vieja sin escrúpulos de esas que en vez de pasarte el balón lo lanza más lejos.

– Si sabes lo que te conviene, dejarás de testificar en contra del Sr. Julliard... todos en esta comisaría están de su lado. Ve al país que quieras, cualquier continente niña... nadie ni nada va lograr que ese hombre termine detrás de las rejas.... si quieres que tu familia siga con vida para mañana te vas a levantar de aquí y no volverás a hablar ni una palabra de lo que viste, oíste o pensaste.

No pude contestar. Como si toda mi valentía se hubiese esfumado en el aire. Era cierto. No ganaría nada intentando luchar contra el... solo lograría que desaparecieran a mi familia...

La mujer sonrió complacida y se levantó para marcharse.

– ¿Que hay de Vero? ¿Qué pasará con ella?– Pregunte preocupada.

– Después de pensarlo por mucho tiempo, el Sr. Julliard a decidido renunciar a su custodia. Felicitaciones señorita Doe por el nuevo integrante a su familia. Claro si es que están dispuestos a recibirla...

Y con eso se marcho sin decir nada más. Yo sin ser capaz de levantar la voz. Me sentí derrotada. No entiendo. Todo sucedió tan rápido y ahora por mi culpa Erika estaba muerta... Vero huérfana y yo... no tenía la menor idea de donde estaba Chad...

El es Virgen Where stories live. Discover now