12

2.7K 174 7
                                    

Esa misma noche cuando eran eso de las 12 y ya mis padres dormían, me senté en mi cama a curar mis heridas mientras hacia la tarea de la Universidad.  Escuche el tintineo que provenía de la ventana y esta vez sin miedo alguno, me levante, apague la luz y camine para abrir las cortinas. Encontré a un sonriente Chad con un cigarro en la boca y un mapa en sus manos.

—¿Te gustan las aventuras, hermosa?— me sonrió y casi se le cae el cigarro— Bueno, no importa, aun así te llevare a una conmigo.

— Contigo yo ni a la esquina— me di la vuelta para cerrar las cortinas y volver a lo que hacia pero antes Chad dijo:

—Prometo no cazar tu alma...

—¿qué dijiste...?— me di la vuelta mirando con cierto temor en mi.

— Al menos esta noche, seré una persona normal.

—¿Cómo crees que me tragare ese cuento? Vi lo que hiciste anoche... Mira mis pies, mis rodillas ... Me lastimaste anoche— hable con cierto dolor en mi tono mientras le mostraba la quemadura en mi mano.

La sonrisa de Chad se apago y dejo caer su cigarro ya consumido. Miro el mapa que llevaba en sus manos una vez más antes de mirarme y esbozar una pequeña sonrisa torcida.

— Solo te pido esta noche... ¿Me regalarías una noche?

Lo pensé por un segundo... Debería regalarle una noche a una persona que bueno... A un demonio que busca cazar mi alma, que hizo un pacto con el mismísimo diablo de llevarme al infierno con tal de que el vaya al cielo e hizo que pensara me estaba ahogando en una piscina publica. Oh claro... Me llevo al infierno hace menos de 24 horas y me dio como recuerdo cortadas y quemaduras. ¿Debería?

Como tal se los había ya dicho... Soy un saco de malas decisiones así que me puse mis tenis deportivos, tome mis llaves y le dije

— Déjame ver ese mapa...

P.O.V.. Chad*

Estábamos los dos en su auto ya a las afueras de la ciudad y a dos horas de nuestras casas, solo se podían ver arboles, animales y bosque en el paisaje.

— Sabes si esto es tan solo una trampa en la que ingenuamente me hiciste caer habían lugares más cerca donde matarme—hablo sin quitar sus ojos de la carretera ni sus manos del volante— ¿A dónde vamos?

— lejos...— conteste mientras miraba el mapa en mis manos.

El auto dio un frenazo que me hizo chocar con el cristal y darme tremendo susto... Mire a la demente a mi lado que al parecer había dejado de ser tímida y calmada

– Chad Juilliard, si en este puto momento no me dices a donde carajos vamos me daré la maldita vuelta y esta noche habrá acabado— vociferó furiosa

Sin duda... Estaba loca. 

—  Esta bien... No te puedo decir pero ya solo estamos a media hora... Confía en mi

Sus azulados ojos me miraban asustados y sus pequeños labios rosados solo me miraban tentadores. Uno de sus dorados rizos se escapo de su coleta hasta su cara y sentí el impulso de correrlo tras su oreja. Mis dedos rozaron su mejilla y pude ver como se sonrojaba, dentro de mi sentí calor y temí sonrojarme pero era inútil... Los demonios no sienten calor ni se sonrojan. Así que salí de mi pequeño trance donde admiraba tanta belleza y puse una expresión dura volviendo a mirar el mapa en mis manos.

— Aquí a la derecha— espete y ella acelero.

P.O.V ... Nirvana*

Cuando llegamos al lugar Chad se bajo del auto sin tan siquiera abrir la puerta, solo desapareció y apareció frente al auto. Yo me baje y tome el martillo que suelo guardar debajo de mi asiento en caso de emergencias y camine hasta su lado. Estábamos en medio del bosque, la temperatura era cálida y fría, solo se escuchaban las aves y otros animalitos. El sonido del viento en las ramas y un rio que se encontraba muy cerca de ahí. Mire a Chad que parecía disfrutar de todo esto, su mano fue hasta donde la mía e intento tomarla pero se encontró con el martillo que cargaba.

— Tu plan es matarme por segunda vez...¿enserio crees que eso funcionara?— dijo burlón y me quito el martillo de la mano y lo puso encima del auto. Tomo mi mano finalmente y como antes, sentí el calor que había en ella, se sentía bien se sentía cómodo y eterno. Casi era una sensación hogareña y agradable.— Vamos— termino por decir.

Comenzamos a caminar hasta que no pudimos más, estábamos en el tope de una montaña donde se podía ver toda la ciudad , estábamos a pasos de el rio que permanecía tranquilo. El frío era demasiado y aun así su mano sujetando la mía me mantenía caliente el alma.

— Esto es hermoso— Susurre mientras admiraba el paisaje.

— Solía venir aquí...— lo mire al escuchar eso y vi la tristeza en sus ojos— Era mi lugar favorito.

— Chad... ¿Puedo preguntarte qué te sucedió?

— ¿Me preguntas cómo llegue aquí?— me mira serio

— Sí— respondí.

— La verdad es que no recuerdo, sería más fácil preguntarme de dónde vengo, cuando mueres todo es oscuro y luego despiertas en el infierno o si tienes suerte... En el cielo.

— entonces... ¿De dónde vienes?

— Vivía con mis padres y con Vero en Virginia, estaba becado gracias a la natación y mis estudios eran implacables, un buen ejemplo del perfecto hijo.— rio sarcástico— Tenia muchos amigos aveces tengo recuerdos de momentos con ellos... Estaba esta chica a la que nunca pude invitar al baile pues la creía mucho para mi.. Vero era la luz de mis ojos, tengo recuerdos de mi madre alentándome desde la multitud en las competencias y de mi padre enseñándome a manejar el convertible. — mientras me contaba todo esto sonreía con melancolía.

— Lo que vi aquella noche en tu habitación.. La pelea con tu padre ¿Era eso un recuerdo?— me atreví a preguntar.

— Mi padre no es lo que parece... Una noche llego borracho de una reunión con sus amigos... Mamá le cuestiono y el solo descontrolado comenzó a pegarle como un loco.. Mamá gritaba por ayuda y yo que estaba en mi habitación corrí a ella y vi la escena. La furia me inundo y comencé a pegarle. Ya sobrio se disculpo pero esa no fue la ultima vez. Se hizo habito y mamá jamas lo denuncio yo la defendía siempre que podía aunque terminaba con moretones y golpes. Después de cada golpiza me pedía que me disculpara con mamá por haberle pegado pues no aceptaba que había sido el por quien ella lloraba.

No pude evitar comenzar a llorar con todo lo que Chad me estaba contando. No podía creer semejante cosa.

— Aun después de mi muerte sigue sucediendo, ya no tan seguido por lo menos. Suelo hacer que Vero caiga en un profundo sueño cada vez que esto sucede pero ayudar a mamá es casi imposible solo las almas puras me pueden ver o escuchar.

Chad al darse cuenta que estaba llorando me acerco a su cuerpo y me rodeo con sus brazos. Mis sollozos fueron cesando y entonces me tomo por la barbilla y me miro a los ojos con la misma dulzura que en la piscina.

— Eres hermosa— susurro—  Daria cualquier cosa por poder hacerte el amor...

— Hazme el amor.

— No— espeto frió y se alejo.

— ¿Por qué no? — pregunte confusa.

Chad que comenzó a caminar vuelta al auto se volteo y dijo:

— Aun necesito un alma pura...

El es Virgen Où les histoires vivent. Découvrez maintenant