Nacer.

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– Me encantas– estaba tan cerca de mi que nuestras narices se rozaban– Me encantó tu ser, tu inteligencia ese gran...– extendió sus manos como si fuera a tocar algo grande y redondo.Lo pensó por un momento antes de contestar– Corazón....

Lo empuje con fuerza pero el ni tambaleo. Solo me lanzo un beso en el aire y soltó carcajadas como demente. Podría jurar que era una foca.

– Que tonto eres Chad. – reí

Lo tome del cuello de su camiseta y lo acerque a mi cuerpo. Más bien lo estampé contra el mío. El gris de sus ojos parecía brillar. Acaricio mi mejilla con suma delicadeza mientras con su otra mano me tomo por la cintura y termino por acabar con la distancia de nuestros cuerpos. Se sentía tibio, vivo, presente. Quise besarlo, que me cargara en brazos y me embistiera contra el árbol más cercano. Pero solo sucedió lo primero. Nuestros labios se juntaron, fue lento y pausado. Con miedo de perdernos el mínimo cosquilleo. Como si fuera posible quedarnos en ese instante por siempre. Mis manos se colaron debajo de su camisa, su piel se erizó con mi toque. Apretó mi cuerpo más contra el suyo y sus manos se enredaron entre mis cabellos. Sentí un cosquilleo recorrerme la espada entonces una vez más separo nuestros labios pero no nuestros cuerpos.

– Gracias...– susurró

– ¿Por qué?– le bese los labios

– Por darme el mejor regalo que una mujer le puede dar a un hombre– Beso mis manos y luego mi frente deteniéndose por unos segundos ahí.

No entendía de que hablaba, sus ojos brillaban más que nunca y me miraba risueño.

– No entien....– el se alejó de mi unos centímetros y no hizo falta otra explicación....

Me sonrió y luego sus ojos bajaron hasta mi ombligo. Cuando lo imite casi me cago encima...

–¿¡PERO QUE PUÑETA ESTOY EMBARAZADA!?

Abrí mis ojos y la luz me cegó por completo. Moverme no era una opción, ni cuerpo se sentía pesado y adolorido. Cerré los ojos y los volví a abrir. Cuando finalmente se acostumbraron a la luminosidad de la habitación y sus paredes blancas pude ver donde estaba. Me encontraba recostada en una camilla con un suero por vena, mamá estaba a mi lado sumida en un profundo sueño sobre una incómoda silla de hospital. Se escucharon unos pasos aproximarse y luego la puerta de la habitación se abrió. Papá entró a la habitación con dos cafés en mano, en cuanto nuestras miradas chocaron, abrió sus ojos como platos y una gran sonrisa se esbozó en su rostro.

– ¡Cariño! – grita logrando asustarme– ¡Nirvana despertó!– esto si logro despertar a mamá que me miro con preocupación y miedo.

–¡AY MI BEBE!– Se despertó mamá y no tardo en desaparecerme entre sus brazos tan suaves y cómodos. – Nos has dado tremendo susto...Amor por favor llama a la Doctora.

Mamá acaricio mi rostro y deje que su aroma me inundara. Cerré los ojos y entonces recordé el espantoso sueño. Me quite la manta que cubría mi torso comprobando que solo fue eso, un sueño.

–¿Está bien?– pregunto mamá dejando un beso sobre mi frente.

– Eso creo... ¿Qué fue lo que me pasó?

Mamá hizo un esfuerzo por no llorar. Apretó levemente mi mano y me miro compasiva.

– Bebé, tu padre y yo no te vimos salir de tu habitación en dos días. El primer día te fuimos a ver y solo dormías, intentamos levantarte pero nos evadiste y dormiste más. El segundo día nos preocupamos y cuando te intentamos obligar a despertar ya ni siquiera te movías– lágrimas corrieron por sus mejillas– Tuve tanto miedo– me dio una serie de besos por toda la cara– Cuando llegamos aquí tenias una fiebre muy alta, sudabas, temblabas y comenzaste a hablar incoherencias. Vimos cómo los enfermeros te inyectaban para calmar la calentura pero tú cuerpo comenzó a convulsionar y dabas saltos en la camilla– se quebró su voz– Lo peor fue escuchar el muerto sonido de la maquinaria informando que tú corazón se había detenido....– estalló en sollozos y se abrazó a mi cuerpo con fuerza lastimándome un poco– Te amo tanto bebé.

Me abrase a ella– Yo te amo más mamá.

Termine cayendo en un profundo sueño. Estaba viva o eso creía. Casi me moría, eso significa que estuvo a punto de ¿robar mi alma? O ¿lo hizo?  No entiendo el porqué de todo esto. Estuve a punto de morir y lo último que recuerdo es haber estado frente a un ataúd. Recuerdo todo lo sucedido y se me erizo la piel. Asesino, vicioso y vengativo. A qué se referían... con quien había Mía engañado a Joan y que mierda tiene que ver Justin en todo esto. Por qué estaba yo ahí? Todo esto me daba náuseas. No entiendo porque querían juzgar a Chad, qué hizo para ser tan odiado. No puedo esperar que Chad me confiese la verdad, según el no recuerda nada antes del infierno. Nada con respecto a su muerte, Joan esta demente y Mía... ¿Dónde estaba ella? Tal vez ella sabía toda la verdad. Pero no sabía nada de ella, Chad no la recordaba y Joan, repito esta de men te. La única persona que podría ayudarme de solo pensarla me causo escalofríos... Justin. Debía arriesgarme si quería encontrar la verdad.

A mi mente llego Erika y el abusivo de su marido. ¿qué pasaría con ella? No entiendo como podía seguir con un hombre así... a mi mente llego la memoria de Chad siendo golpeado por su padre que gritaba "Te odio Steven Jones" ... si quería ayudar debía comenzar por los que están vivos, debía ayudar a Erika y Vero que Dios sabe si la pequeña es la próxima víctima de Nick.

A la habitación entró mamá que traía con ella comida China, me sonrió y le devolví la sonrisa. Mi estómago rugió hambriento y me senté para comer.

– Cariño– Entró papá con un ramo de rosas en su mano izquierda y cara de preocupación. La misma que tenia cuando le conté que me gustaba un chico– Pequeña vino un compañero de la universidad a traerte esto– Me lo entrega.

– ¿Cómo supo que estábamos aquí? – pregunto mamá extrañada.

– Ni idea...– puso los ojos en blanco.– Solo me saludo, se presento, me dio el regalo y se fue...

Las rosas tenían un olor que jamás había presenciado, olía mejor que cualquier otra flor que haya tenido. No tenía ninguna dedicatoria o nota...

–¿Cual dijo que era su nombre?– pregunto mamá mientras se acercaba para respirar el aroma junto a mi.

– Chad

El es Virgen Where stories live. Discover now