Justin

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Nirvana p.o.v*

Ya estoy harta de llorar. De ser la débil. De pensar en vez de actuar.

Desperté temprano en la madrugada, luego de un desayuno. Hable un rato con Vero. Era la única con quien la pequeña hablaba y aún así, no podía preguntar nada. La psicóloga nos advirtió que era muy pronto, de todos modos no tengo corazón para tal cosa. En las noches se despertaba bañada en su sudor. Gritaba en sus sueños y se aferraba a mi camiseta... sin duda este era un largo y difícil camino por recorrer.

Me puse la ropa más cómoda, deje a Vero con mamá y pedí las llaves del auto. Ya en la autopista, no estaba muy segura de adonde debería ir... necesitaba respuestas. Necesitaba saber, entonces cometí lo qué tal vez sería un error...

Encendí mi movil y busqué en google el número telefónico, sonó unas cuantas veces antes de que su repugnante voz se hiciera eco en mis oídos.

Buenos días, Sr. Julliard– salude

– ¿Con quien tengo el placer de hablar?

– Soy Nirvana Doe... ¿Me recuerda? Soy la mujer que en unos años se convertirá en progenitora legal de su niña..

– Ah sí, ya recuerdo. Eres esa odiosa que creyó poder pasar sobre mi. – hablo con voz burlona– ¿Haz visto lo qué pasa cuando me intentan contradecir?

– Usted es solo un repugnante asesino...

– Puede ser, pero no te pones a pensar qué tal vez si tú no te hubieses entrometido... mi esposa estuviese en casa en estos momentos haciéndome de cenar.

–¿Por qué la mato? ¿Qué clase de monstruo es usted? – espete con odio– Primero mata a su hijo y luego a su esposa...

– oh.... ¿es eso?...– rio con sarcasmo–¿Conociste a Chad? Te enamoraste, tal vez– rio a carcajadas– Sí, tenía a muchas como tú que también intentaron ir tras de mi.

– Sabe qué...

– Mejor metete en tus asuntos. Porque no sabes nada niñita, ese bastardo no era hijo mío pero no me ensucie las manos con tan poca cosa... mejor ve e intenta hablar con el drogadicto de Joan o desentierra a sus muertos a ver si ellos te dicen...

Fin de la llamada. Con eso último Nick Julliard me colgó.

Jugué con el móvil entre mis dedos antes de volver a marcar. Sonó pero nadie contestó, volví a llamar y escuché su voz adormilada.

–¿Justin?– hable

–eh..sí – se desperezó

— ¿Nos podemos ver?...

Colgué después de quedar con el en la misma playa a la que fuimos a fumar por primera vez. Al llegar Justin me esperaba con dos porros enrolados.
Me quite los zapatos y los sujete hasta que llegue a él y me senté a su lado.

– Amo este sonido. Las olas... el viento. Paz y tranquilidad. – me sonrió con ternura– Si algo extrañe cuando estaba muerto era esto... el mar.

– ¿cuanto tiempo estuviste muerto?– pregunte.

El viento cada vez soplaba más fuerte por lo que tuve que abrazarme a mi cuerpo en busca de calor.

– No mucho. Cuando mueres, pierdes gran parte de tus memorias. Yo como todos no recordaba si no el principio de dónde comenzó a trazarse mi destino, directo hacia la perdición.

– ¿Como es que saliste tan rápido?

– Lucifer dijo que veía algo en mi... y me hizo una propuesta. La que ya sabes, pero también me advirtió que... en cuanto fuera humano otra vez, los recuerdos y memoria de mi vida pasada aparecerían.

Me miro tiritando de frío y sonrió. Yo hice lo mismo y mire hacia el mar

– ¿Te importa si te ayudo?– Extendió sus brazos..

No sabía qué contestar, pero esta vez no lo pensé. Ya no quería pensar. Me acerqué y Justin me envolvió entre sus brazos dándome calor.

– ¿Como comenzó tu perdición?– me atreví a preguntar.

– Cuando me di cuenta que si me quedaba en mi casa, me iban a matar. – bajo la cabeza y volvió a llenarse de valor– Mi madre era una prostituta. Mi padre un drogadicto. Tuve que cuidar de mi hermana Mia, desde que tengo memoria. Ella solo me lleva dos años menos. Cuando crecimos todo se complicó– suspiró profundamente. – Mamá perdió la cordura y cada vez nos dejaba a Mia y a mi más rotos. Debía ahorrar... debía conseguir dinero para poder largarme con Mia lo más lejos posible.

Temblé ante el sentimiento en sus palabras. Me hice más pequeña entre sus brazos. Sentí como lentamente movía su dedo pulgar sobre la piel expuesta de mi hombro. Parecía querer consolarme

– Pero tome una mala decisión Niv– rio con sarcasmo– Conocí a un tipo no muy bueno y comencé por vender drogas... pero Niv... estaba tardando mucho. Mia cada vez se alejaba más de mi a medida que crecíamos y mamá nos llevaba locos. Papá me golpeaba por diversión aunque ese no fue el peor de mis males. Mamá si no estaba drogada estaba en un cuartel policial. Así que pregunte al jefe por la manera más rápida de progresar.

Sus manos comenzaron a temblar... tuve el valor de tomarlas entre mis manos en un intento de ayudar.

– El dijo que me tenía el trabajo perfecto... me entregó un arma, la foto de un hombre y su dirección. Me tembló la mano. No podía apuntar, pero lo tuve que hacer por necesidad.

Explotó en llanto y me soltó para poder cubrir sus lágrimas. Esta vez fui yo quien lo abrazó fuerte mientras lo escuchaba repetir..

– Me odio, me odio, me odio tanto– gritaba.

– Mírame...– no pudo hacerlo– Por favor Justin...

Suspiro y me miro directo a los ojos y por un momento sentí que pude ver su alma en pena. El sufrimiento de la culpa. Sucedió como por instinto. Me acerqué de poco en poco. Temblando como una niña. El fue paciente y se fue acercando con timidez. Cerré los ojos y abrí el alma. Sus labios fríos se posaron sobre los míos. Su mano fue hasta mi mejilla donde acaricio con delicadeza mi piel. Me perdí en ese instante tan puro. Tan vivo. Tan libertad. Quise olvidar todos los problemas, crear un mundo nuevo....

No sé qué era esto que crecía en mi pero tenía miedo... mucho miedo.

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⏰ Senast uppdaterad: Jun 12, 2018 ⏰

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