Bitter Sweet Symphony {Adapta...

By StolenBlueMoon

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Cuando tenía 15 años, creía fielmente en el amor. Creía en la fidelidad de un hombre. Le atribuía todo lo bue... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo Final.

Capítulo 18

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By StolenBlueMoon

Bajo sus lentes de sol se sentía protegida, como si pudiera esconder cualquier sentimiento de pena que pudiese reflejarse en sus ojos verdes. La morena sentía el ardor de sus mejillas que demostraban toda la vergüenza que sentía en aquel preciso momento. La apariencia atractiva de Lauren no pasaba desapercibida, más de uno se volteaba a ver a esa mujer parada en medio de la universidad. Sin saber que hacer precisamente, se acercó a paso lento a la muchachita confundida. Sus ojos se humedecieron aún más, al punto de ver borroso porque lágrimas amenazaban con desprenderse y darse a la vista. Sí, le había tocado comunicarles a algunos pacientes de enfermedades terminales y bastante graves, pero no a una joven de 18 años que tenía toda la vida por delante. En ese sentido, Lauren tenía su lado humano tan fuerte que cualquier cosa que no encajase dentro de lo "normal", le dolía.

Su barbilla comenzó a temblar y temía que las palabras no le salieran de la boca. Si pudiese correr hacia Fiore, lo haría de inmediato. "Profesional ante todo, eres una doctora Lauren" se dijo a sí misma.

Camila: Hola doctora Jauregui -ella había abierto la boca antes- ¿Se puede saber qué hace aquí? Dianna está en clases.

Lauren: No vine por ella, vine para que conversemos -sonó molesta y era porque trataba de esconder la pena. Aún no sabía cómo lograría que fuera a la clínica.

Mientras, Camila creyó que estaba molesta de verdad por culpa de la bofeteada y la escena que había hecho hace poco más de una semana atrás.

Camila: -tenía la mirada baja- Debo pedirle disculpas, tengo...tengo –Lauren le levantó la barbilla con un dedo fijando su mirada en la morena- tengo asuntos personales pendientes que no puedo sanar, no quería pegarle, enserio lo siento.

Lauren: Lo sé -soltó lentamente su mano del mentón de la muchacha, tragó saliva y metió la mano a su bolsillo- ¿te acuerdas que yo pagué los exámenes que te hicieron verdad? –con temor Camila asentía- Tenemos que hablar de eso y del porqué no has contestado a las llamadas de la clínica. Me he visto en la obligación de buscarte yo misma, un doctor en busca de su paciente, adorable. -La mueca en el rostro de la morena le hizo entender que estaba asustada de sus propias actitudes y que creía que de verdad Lauren estaba molesta, pero ésta trató de sonreír- ¿te parece bien una cafetería para conversar?

Camila: -abrió la boca sorprendida- No quiero causarle más problemas señora Jauregui.

Lauren: Dime Lauren, tengo sólo 26 años y con un "señora" me siento anciana, no tengo arrugas y soy muy joven o eso creo. -Cuando vio que en los rojizos labios de la chica se formaba una sonrisa, algo en ella se encendió. Pena, eso era, pena por temor a borrarle la sonrisa con la noticia de la confirmación del SIDA y el tumor en su cerebro. ¿Quien dijo que los médicos no tienen sentimientos? Perrie así lo era pero Lauren no, que en estos precisos segundos sentía que iba a fallecer.

..................................

Con una sonrisa pequeña se acomodó sobre el sofá mientras cerraba los ojos. El olor a café, los pasteles recién horneados, todo parecía bastante acogedor y le hacía olvidar todas náuseas o cosas relacionadas con el VIH. Cuando abrió los ojos, notó orbes verdes observarla desde donde estaba la cajera, desviándolos de inmediato para no delatar su angustia. Extrañada veía como Lauren cargaba una bandeja que llevaba 2 tazas de café y 4 trozos de pastel de chocolate. Bien, no le había preguntado que deseaba y había adivinado perfectamente que le gustaba. Desde su bolso negro comenzó a buscar dinero para pagarle, más la ronca voz de ella le indicó que rechazaría todo dinero.

Camila: De una u otra forma siempre le causo problemas seño... digo, Lauren -sostuvo la taza con ambas manos y sopló el valor caliente que emanaba- la vez que me corté los brazos, la vez que quise atacarla con una cuchara en su casa, cuando tuve fiebre, creo que hay más y estoy en deuda contigo.

Lauren: En la vida las personas se nos cruzan por algo, si yo pude ayudarte no le veo el problema. -Probó el pastel de chocolate gustosa.

Camila: Si no he contestado las llamadas ha sido porque tal vez me niego a creer que hay detrás de tanta cosa -sonrió con pena mientras recordaba, a la vez que su voz se quebraba- Dianna es una chica increíble conmigo, me decía que podía tener tal vez anemia pero resultó ser...-de inmediato bebió el mocaccino.

Lauren: ¿ser VIH? –al decir aquello, supo que ella sabía otras cosas. De la impresión la taza de la morena se cayó de sus dedos y torpemente se derramó en el suelo- no te preocupes, yo lo limpio -molesta de ser una carga y molestia continua, de inmediato se paró para limpiarlo ambas. No importaba que chocasen sus manos y sintieran la respiración de la otra en su propia cara, lo importante era limpiar-tenemos que hablar Camila.

Camila: -sus ojos tenías lágrimas- ¿Cómo sabe lo del... del VIH?

Lauren: ¿Se te olvida que me convertí en tu médico tratante al ingresarte al hospital aquella vez? ¿Al ser amiga de Dianna y una tras otra vez ayudarte? Otros médicos me lo dijeron y es una lástima que siendo yo una doctora no me lo hayas contado cuando te pedí que te hicieras los exámenes que yo iba a pagar.

Se paró y de inmediato iba a pagarle otro café, pero Camila sostuvo su mano para que la bajara. Ahora no sentía hambre, le indicó que se fueran al rincón más lejano de la cafetería para charlar de ese tema. La morena se sentó frente a la doctora aun sin poder borrar las lágrimas de sus ojos, claro, sin darse cuenta que Lauren quería correr de ahí y no tener que enfrentar el momento difícil.

Camila: Es cierto, no puedo mentirle, tengo VIH pero aun no me diagnostican SIDA... de una u otra forma lo... lo contraje sin darme cuenta -le temblaba la barbilla mientras las lágrimas caían por sus pómulos- me mareo, sí, tengo fiebres constantes y me desmayo. Guardo la esperanza de que sea algo tratable. No quiero contestar las llamadas de la clínica porque me niego a saber la verdad. Dianna y Shawn lo saben y aunque luchan porque vaya a la clínica o porque en las mañanas vaya a la universidad, cuesta mucho -estaba sollozando, secándose las lágrimas para no sentirse boba, mas al sentir un brazo rodearla por completo y apegarla a su cuerpo, supo que no podía negarse más. Comenzó a llorar desesperada, tenía demasiado miedo y lo peor de todo es que Lauren sabía lo que ella de verdad tenía, nada bueno para ser realistas. ¿Qué más daba? Ella era una de los mejores amigas de Dianna y se veía realmente buena persona como para tener vergüenza, no podía sentirla tampoco y muchas veces la ayudó. Lauren comenzó a susurrarle una y otra vez que se tranquilizara para ver si así podía hacerla salir de su desesperación. Si supiera, si tan sólo ambas supieran lo valioso y lindo de ese encuentro.

Lauren: Escúchame Camila, irás con los doctores a la clínica pues sólo queremos ayudarte, es la misión de un doctor, si quieres puede acompañarte tu "novio" o Dianna.

Camila: No, a ellos no puedo pedirles más de lo que siempre me dan, me he convertido en una carga -Lauren cerró los ojos y se llevó los dedos índice y pulgar al tabique nasal- siento molestarte.

Lauren: Mañana en la mañana te esperan en la clínica, yo te iré a buscar a casa y juntas llegaremos, sea lo que sea que tengas lo podrás enfrentar porque eres fuerte. -Tragó saliva sabiendo que lo que tenían que decirle era demasiado difícil. Sí, se había metido en un lío sin quererlo, pero su vocación provocaba que de inmediato ayudase a las personas- Estaré a tu lado cuando converses con el neurorradiólogo y la enfermera, soy tu médico tratante -le acarició el cabello con una sonrisa que no reflejaba la tormenta que sentía por dentro. Era bastante probable que se debilitara emocionalmente junto con ella. 18 años, SIDA y glioblastomas, era un castigo que no merecía ser recibido. Y otra vez, hubo entre ambas un contacto visual más allá del normal. No era amor ni atracción, por ahora era algo que decía que iban a estar al lado de la otra sin importar las consecuencias... ¿o no?

De pronto Camila se dio cuenta que se habían quedado calladas y mirándose mucho rato, meneo el rostro y miró el reloj sobre su muñeca. Debía irse, no podía causarle más problemas a la mujer frente a ella.

Camila: Está bien -se secó los ojos que aún húmedos estaban- debo irme, a ver si puedo estudiar algo –cerró los ojos pues le había dado una punzada en medio de la cabeza, trató de pasarlo desapercibido y lo había logrado- adiós doctora Jau... eh, digo Lauren, gracias por todo. -Antes que ésta se parara para ir a dejarla al automóvil, la morena se adelantó y besó su mejilla sonoramente. Lauren ni siquiera fue capaz de hablar, viendo con un nudo en la garganta como ella desaparecía de la cafetería a pasos rápidos.

Sintió una presión en su nariz, volteando el rostro hacia un espejo que en local se encontraba para comprobar que la tenía roja. ¿Acaso iba a derramar lágrimas también? Se sentía una infeliz por no haber tenido las agallas de contarle la realidad reflejada en esos exámenes, tal vez hasta por darle falsas esperanzas. ¿Sería tarde para alguna solución? Marcó a la mujer que se encontraba lo más cerca de ahí. Sus padres llegarían más tarde del viaje con su único nieto por la ciudad, su hermana estaba trabajando y su cuñado igual. Cuando contestó con ese acento particular, supo que podía encontrar algo de tranquilidad o alguien con quien desahogarse

Fiore: Tu voz suona Strano, como si se te quebrara ¿estás bien?

Lauren: No, disculpa que te moleste , pero bueno yo...

Fiore: Está bien, dejaré mis cosas aseguradas y nos encontraremos en 5 minutos más, dime donde te encuentras. -La ojiverde le indicó donde se encontraba la cafetería. Fiore D'Angelo no era boba, la voz de aquella atractiva doctora sonaba sumamente extraña y tenía toda la disposición para escucharla. Se conocían hace no mucho, pero increíblemente se había creado algo bastante bueno entre ambas.

Mientras, Camila caminaba con la vista baja por la calle sin saber que su vida al día siguiente tendría otro sentido, daría un giro bastante cruel. No tenía idea tampoco que Sinu la estaba espiando desde una esquina.

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Les debía este capítulo, estuve bastante ocupada esta semana y no pude subirlo, ahorita les subiré los otros dos capítulos de esta semana c: 

No uso mucho twitter, pero si gustan seguirme y que los siga o cualquier cosa estoy ahí como MayraMilkyWay.

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