She will be loved |COMPLETA|

By heronmomo

533K 37.7K 4K

(COMPLETA) Gil Collins es una mujer de buena clase social, la favorita de su padre, y la más buena de las ami... More

Nota
Prólogo.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15.
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
⚘Especial⚘ Capítulo 24
🥀 Especial 🥀 Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28.
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32.
Capítulo 33
Capítulo 34.
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40.
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
⚘Especial⚘ Capítulo 70.
Capítulo 71
EPÍLOGO
Nota

Capítulo 10

16.6K 1.1K 123
By heronmomo

¿Quién recuerda la portada orginal? Si la recuerdan han estado aquí mucho tiempo😂 y se los agradezco.

Flor esperó a que las compuertas automáticas se deslizaran para abalanzarse sobre él.

Si no fueran algo parecidos, quizás la gente habría pensado que era su novio recibiéndola en el aeropuerto.

—No tienes ni idea de todo lo que ha pasado—dijo Flor, al borde de las lágrimas.

Josh le palmeó la cabeza dulcemente a su prima.

—No, pero vas a explicármelo.

Juntos caminaron hacia el Starbucks del aeropuerto, Flor ordenó dos cafés. Sencillos, negros. Y dos bagels, aunque se notaba que ella no tenía planes de comer nada.

—Tomé un vuelo a penas me enteré de lo sucedido—empezó él, incapaz de sostener más el silencio—No puedo creerlo, sólo me fui algunos días y mi pobre Gil está perdida...

—No está perdida—dijo Flor, respirando profundamente—se fue por voluntad propia. Con un hombre.

Josh la miró incrédulo.

—¿Nuestra Gil? —de repente toda la tensión que había acumulado empezaba a disiparse, proseguida por una gran alegría —Vaya, realmente debe gustarle mucho ese hombre. ¿Quién es? ¿Cómo es?

—No tengo ni idea, pensé que tú podrías saber—comentó ella, y su última esperanza de que lo que Cole le dijo fuera mentira se desvaneció —ella me dijo que era un soldado dado de baja, con quién había mantenido un romance. Dijo que estaba muriendo y se iban a casar, que aprovecharía el tiempo. Por eso no podía asistir a mi boda.

Josh abrió los ojos como platos. ¿Qué carajo sucedía? Se suponía que no existían secretos entre ellos, y primero Flor escondió su relación con Cole, y ahora Gil esto...

¿Sería eso lo que había querido explicarle por teléfono, pero nunca hizo?

—No me lo puedo creer—argumentó él—aunque si es cierto, me alegra mucho que se fuera, y espero que George no pueda encontrarla.

Flor hizo una mueca. Esto alarmó a Josh. Quizás dirán que hacer muecas es algo muy común en los seres humanos. Pero Flor casi nunca las hacía, y si las hacía de seguro no eran como esas.

Algo iba a muy mal.

—Florence, ¿Qué pasa? —preguntó Josh tocándole la mano suavemente, había dicho su nombre completo también, dos señales de que estaba muy preocupado.

Flor se echó a reír en ese momento y Josh empezó a sacar su teléfono. Quizás tendría que llevarla a un manicomio.

—¿Sabes que es curioso? —dijo Flor, tocándose las manos nerviosamente—que Cole se unió con George para buscar a Gil. Traicionó mi confianza y por un jefe que ni siquiera le agrada del todo. ¡Lo está ayudando a traerla!

Esto francamente sorprendió a Josh.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó—¿Qué le pasa a tu prometido?

Flor volvió a reír suavemente.

—Ya no es mi prometido, discutimos—soltó, como si no fuera nada. Y prosiguió sin darle a Josh oportunidad de decir nada— y no lo sé, actúa muy raro, dice locuras. Si supieras lo que me dijo, según él, Gil, nuestra Gil Elizabeth, pff...está, "enamorada" de él.

Mientras lo decía había hecho comillas en el aire para la palabra "enamorada" Porque le parecía estúpido, ilógico, imposible que Gil amara a Cole.

Pero la cara que Josh puso le dijo todo. Se había quedado pálido y totalmente rígido.

Flor quiso saltar de un puente.

—¡¿OSÉA QUE ES VERDAD?!—gritó, poniéndose de pie.

Inmediatamente todo el mundo volteó a verla. Josh la tomó del brazo para que volviera a sentarse.

—Florence cálmate—le pidió —estás haciendo un escándalo.

Flor se tapó el rostro con las manos y sollozo. De hecho, rompió a llorar. Las cosas como son.

Josh se acercó a ella y la atrajo a su lado para darle un abrazo.

—Lamento mucho lo de tu compromiso—le dijo con sinceridad.

—¿Cómo no me di cuenta? —lloriqueó Flor—soy una pésima amiga. Debí saberlo, todas sus reacciones apuntaban a eso. Pensé que tenía miedo de quedarse sin amiga,

pero realmente estaba destrozándole el corazón...hasta le dije cuando dormimos juntos, ¡Soy una persona horrible!

Josh la pegó más contra su pecho, como si así pudiera sostener los pedazos de su prima. Gil y ella no lloraban con facilidad, pero cuando lo hacían era por razones profundas que tendían a durar mucho tiempo.

—No eres una mala persona, cielo—la consoló—no lo sabías, y realmente no había manera de saber.

Ella alzó la cabeza entonces, y lo miró directo a los ojos.

—¿Te lo contó, cierto? Claro que sí —intuyó—¿Por qué a mí no?

Josh respiró profundamente, había tantas maneras de explicarlo.

—Si la situación fuese al revés —empezó—Y Gil fuese la prometida de Cole, a pesar de tus sentimientos. ¿Le dirías que lo amas?

Flor abrió la boca para responder, pero en seguida la volvió a cerrar. Josh las conocía muy bien, harían lo que fuera por la felicidad de la otra, aunque esto significara dejar en segundo plano la suya propia.

—Esto está jodido—dijo, dando un sorbo por primera vez.

Josh asintió, no podría estar más de acuerdo.

—¿Y ahora qué sigue? —preguntó—¿Hablarás con Cole? ¿Hablarás con Gil?

Flor se dio un golpecito en la coronilla.

—No hablaré con Cole—dijo y añadió rápidamente, al ver la mirada de Josh—y no es sólo por el asunto de Gil, le conté un secreto, le di mi confianza y la traicionó.

—¿Y tú estás segura de que quieres que eso sea todo? ¿Todo acabará sin más? —instó.

Flor desvío la mirada.

—Realmente no es un tema del que me apetece hablar—dijo—mi relación está muerta por ahora. Y tampoco puedo hablar con Gil, parece que trae el teléfono muerto.

—¡Claro! No ha de querer que nadie la moleste.

Flor lo miró con preocupación.

—No lo sé, Josh—confesó, suspirando sonoramente —ahora que sé que ama a Cole, eso del soldado de baja me huele a mentiras.

—Ciertamente es algo que sería muy difícil de creer—aceptó—pero si no se fue con un soldado de baja, ¿Se fue sola?

—No tengo ni idea, sólo dejó una nota—Flor descansó la barbilla sobre la palma de su mano—¿Y si lo que dice Cole es cierto? Él cree que Gil se fue con un hombre cualquiera, cree que podría hacerle daño.

—No creo que Gil se fuera con cualquiera —dijo Josh, haciendo énfasis— es muy responsable con eso, lo sabes. Pero aún no podemos descartar nada... A todo esto, ¿A qué viene tanta preocupación de tu pro...de Cole, por Gil?

Flor volvió a suspirar, en estas últimas horas eso era todo lo que hacía.

—No lo sé. ¿Son amigos? —parecía más una interrogante que una respuesta.

Josh se cruzó de brazos.

—Pues Gil me contó que desde que tú y Cole empezaron a salir, ellos casi no hablaban—contó—no te sientas mal, pero ella dijo que sólo se sentía utilizada por él. No creo que fueran amigos.

—Y entonces, ¿Qué crees que lo motive? —preguntó.

—No tengo idea—dijo Josh suspirando—tal vez sepa algo. Y no me mires así, si se ha enterado del amor de Gil, es muy probable que esté involucrado con algo más. Probablemente conoce al hombre con el que se fue, y piensa que no debe estar con él.

Flor sintió como se le erizaban los pelos de la nuca.

—Si tienes razón, Gil podría estar en grave peligro.

—Lo sé, quizás deberíamos sumarnos a la búsqueda —sugirió Josh, estar sin noticias de Gil lo hacía sentirse mal.

—George seguirá todos nuestros pasos—dijo Flor con seguridad—Y si de verdad está fuera de peligro, y sólo quería estar sola, acabaremos llevándolo a ella.

—¿No te parece un riesgo que vale la pena tomar?

*

Rápidamente salieron del hotel y se subieron al auto.

Jay arrancó rápidamente y se puso en marcha por la carretera. Llevaba las luces apagadas, para confundir.

Gil se llevó la mano al pecho, habían tenido que salir a la carrera. A Jay la cabeza le daba vueltas, acababa de regalar el dinero de un día entero al motel, y no habían podido quedarse.

Condujo en la oscuridad hasta que vio unos maizales, decidió estacionarse ahí.

—¡¿Qué es lo que está sucediendo?!—preguntó, alarmado—¿Por qué te busca ese hombre? ¿Qué quiere?

Gil pateó el suelo del auto con fuerza, parecía a punto de tener un colapso.

No dijo nada por unos minutos y luego echó la cabeza para atrás.

Jay vio como el largo cabello castaño le caía en rizos delicados. La observó tomar aire antes de que lo mirara con los ojos llenos de furia.

—Es mi papá —le dijo—demostrando que puede hacer con mi vida lo que le dé la gana.

Jay estaba realmente confundido.

—¿Por qué? ¿No le avisaste que saldrías del estado?

—¡Se lo insinúe! —gritó—¡Y le dejé una nota! Pero él no quería que saliera de viaje con ningún hombre, y mucho menos con uno que el no conocía ni aprobaba.

La última palabra la dijo con bastante malicia, rememorando las cosas que su padre le había dicho en el departamento.

Se agachó y puso el rostro entre sus rodillas. Jay no dijo nada, porque a pesar de que toda la situación le ponía los nervios de punta, le parecía una aventura.

¿Serían así de interesantes todos los días con Gil?

—Lo lamento—dijo ella de repente, alzando la cabeza—puedes dar marcha atrás y acabaré con esta locura, no voy a causarte problemas.

Jay le tomó la mano y Gil sintió como se sonrojaba. ¿Que tenía este hombre que le causaba tantos sonrojos?

Él la miró detenidamente con sus ojos grises y le ofreció media sonrisa. De esas que tienen forma de media luna, esas que vuelven a las chicas locas.

—Estamos en esto juntos—le aseguró—además, me estoy divirtiendo mucho. No te haré regresar a un lugar, a un pasado, a personas, a los que no quieres volver.

El auto se quedó entonces en un silencio incómodo, en donde ella no podía hacer más que mirarlo fijamente. Ahora fue el turno de él de sonrojarse y desviar la mirada.

¡Era tan hermosa! ¡Tan pero tan hermosa, que dolía! Y no era consciente de su belleza.

Okay, quizás no fuera lo que la sociedad define como "hermosa" típicamente, y tampoco tenía el cuerpo que les agradaba. Tenía una estatura promedio, curvas muy ligeras, casi nada pronunciadas, y siempre estaba algo despeinada. Pero era única, todo en ella parecía encajar a la perfección y lo hacían añorarla.

Así de repente, Gil se quitó el cinturón y se acomodó en sus piernas. Le pasó los brazos por el cuello y apoyó la barbilla en su hombro.

Jay sentía que iba a darle un ataque cardíaco.

—Gracias, Jayden—murmuró ella antes de depositar un suave beso en su mejilla.

Jay cerró los ojos, se sentía como en un sueño, el mejor de los sueños que había tenido jamás.

Para cuando Gil volvió a su asiento, pudo observar que él aún tenía los ojos cerrados. Se había puesto colorado hasta el cuello.

¿Era imposible que eso lo causara ella, cierto? ¿O no?

Jay abrió los ojos y la miró, ofreciéndole una gran sonrisa.

—Creo que será mejor que descansemos, si no queremos causar un accidente. Ya mañana veremos que hacer.

A la mañana siguiente a Gil le dolía todo.

Dormir en un auto era mucho menos romántico de lo que se imaginaba.

Se desperezó y miró a su alrededor, buscando a su rubio, pero no lo encontró.

Empezaba a caer presa del pánico cuando lo vio avanzar entre el maizal y abrir la puerta. Traía dos bolsas de plástico.

—Buenos días, preciosa—le dijo radiantemente—me levanté temprano y fui a comprarte el desayuno. Disculpa si te preocupé.

Gil se quedó literalmente con la boca abierta. Jamás en su vida soñó que un hombre fuera tan considerado con ella. No sólo la acompañaba en algo riesgoso, si no que se había levantado a comprarle desayuno, se había disculpado con ella, y la había llamado preciosa, al darle los buenos días.

Nadie, ni en un millón de años se habría imaginado que algo así le pasaría a ella.

—¿Pasa algo? —preguntó Jay, desconcertado por su silencio.

Gil se apresuró a negar con la cabeza, no quería dañar aquel momento.

—Nada—dijo tomando la bolsa plástica que él le tendía—muchas gracias.

—No hay de qué. Buen provecho.

La bolsa contenía un desayuno estilo McDonald's. Había hotcakes, huevos, salchicha, papa rayada y jamón.

A Gil se le hacía agua la boca.

Rápidamente empezó a devorar su comida. Fue a medio plata cuando se dio cuenta de que Jay la miraba con diversión, pero no comía nada.

Gil tragó antes de hablar, para que vean que si es educada.

—¿Tú no vas a comer nada? —le preguntó, si fuera necesario le daría el resto de su desayuno, por más que le gustara.

Jay volvió a sonreírle.

—No te preocupes, desayuné antes de volver—mintió.

No iba a decirle que no había comido nada, y que apenas le había alcanzado para comprar todo lo que trajo.

Ella estaba huyendo de una vida complicada, y él no planeaba darle más problemas.

Espero a que ella terminara de comer y diera las gracias (otra vez), antes de pasarle el segundo cartucho.

Gil lo miró con curiosidad.

—¿Qué es?

—Si vamos a estar por ahí, sin que tu padre nos descubra —explicó—creo que es necesario que cambies tu imagen, eso hará más difícil que te reconozcan.

Gil miró lo que había dentro de la bolsa. Dos paquetes de tinte negro, unas tijeras, un armazón de lentes nuevo, sin cristal. Gil no pudo evitar preguntarse si serían de una medida similar a la de los suyos, parecía que sí.

Lo miró sorprendida.

—Wao, esto es...astuto—admitió—ahora me preocupan tus antecedentes. ¿Has tenido experiencia como fugitivo?

Jay se echó a reír.

—No, pero he visto muchas películas.

No perdía nada con intentarlo.

Jay salió de su escondite en el maizal y condujo por carretera abierta hasta que encontró otra estancia para quedarse.

Esa ni siquiera podía llamarse motel, estaba en decadencia. Era un viejo caserón, en donde el dueño les había dejado pasar parte del día y la noche, a cambio de que Jay le diera una lata de frijoles que llevaban en el maletero.

Jay había aceptado gustoso.

Habían sacado una maleta con dos mudas de ropa, agua, y latas de frijoles propias.

Gil se había encaminado al baño esperando lo peor, pero estaba relativamente limpio y funcional.

se había cortado el cabello. Pensó que le dolería despedirse del largo, pero le dio igual, un nuevo corte para una nueva vida.

Se lo cortó por encima de los hombros e inclusive se atrevió a hacerse un flequillo (¡Siempre había querido uno!)

Luego se aplicó el tinte y finalmente se duchó.

En aquel caserón no existían servicios de agua caliente, así que se dio prisa y salió envuelta en una toalla.

Aquí es dónde nos damos cuenta de que vivir solo tiene sus repercusiones. Había salido así del baño por inercia, olvidándose de que en el cuarto también estaba Jay.

Él alzó la mirada al momento en el que ella salió y se sonrojó. Gil se quedó sin habla a su vez.

Jay estaba sentado sobre la cama, sin camisa, con una toalla echada al hombro. Y se veía tan...apetitoso.

Lo...lo...sien...—tartamudeó ella, incapaz de contener los nervios.

Jay se levantó de la cama, haciendo que el colchón crujiera al perder peso, y se paró frente a ella.

Gil pesó que iba a hiperventilar.

Con toda la suavidad del mundo, Jay le agarró un mechón de su nuevo estilo de cabello y se lo acomodó tras la oreja. Dejó que su mano danzara lentamente sobre la mejilla de Gil y disfrutó de su sonrojo.

—Te ves hermosa—le susurró antes de meterse al baño y cerrar la puerta.

Gil se pegó contra la pared y se llevó una mano al corazón y otra al rostro. ¡¿Cómo era posible?! ¿Por qué la hacía sentir así?

El único hombre que podía acelerarle el corazón de tal manera y ponerla roja como tomate era Cole, y a él le tomó meses ganarse esa confianza, esa atracción.

Por otro lado, estaba Jay, a quién sólo había conocido unos días atrás y ya la hacía sentirse como gelatina.

¿Qué clase de persona era si amaba a Cole y al mismo tiempo estaba loca por acercarse a Jay? ¿Sería que estaba necesitada de atención?

¿O la tensión sexual podía resultar tan arrolladora?

Sacudió la cabeza, literalmente, para sacarse esos pensamientos de encima. Se dijo que era la excitación de la aventura, nada más. Combinada, claro, con el hecho de Jay era muy guapo.

Se vistió rápidamente con un pantalón de mezclilla color caqui y un suave suéter azul, para protegerse del frío.

Se puso a ordenar la habitación, para mantener las manos ocupadas, pero terminó demasiado rápido para su gusto.

Cuando escuchó como bajaba la cerradura del cuarto de baño entró en pánico. Le gritó a Jay que saldría un segundo y bajó a la plata baja de la casa.

Ahí, el anciano que les ofreció su hogar estaba sentado comiendo frijoles mientras veía viejas carreras de cabello.

La mujer que cuidaba de él fregaba trastos tranquilamente en la cocina. Debía de ser su hija, porque tenían cierto parecido y...

—¿Te vas a quedar parada ahí mirándome? —bramó el anciano—no me digas que te gusto.

—¡Claro que no! —exclamó Gil, poniéndose colorada.

¿Qué le sucede?

—Entonces, ¿Qué quieres?

—Quería saber si tiene una computadora que pueda utilizar—dijo ella, en verdad, sólo quería escapar de la lujuria desmedida que sentía hacía Jay, pero no podía decir eso ni madres.

Así que podía aprovechar para hacer otra cosa.

—¡Harper! —gritó el anciano, haciendo que le doliera el oído —la mocosa quiere que le prestes la tostadora.

Gil estaba a punto de corregirlo cuando la mujer, Harper, se acercó a ella con una portátil.

—¡Computadora! —lo corrigió mientras le entregaba la portátil —toma cielo, y disculpa los gritos, es que está un poco mal de la cabeza...

—¡Estoy loco, no sordo! —se quejó el anciano.

Gil se echó a reír.

Se sentó en el patio trasero de la casa, luego de buscar el pequeño dispositivo, en forma de USB, que le daba internet a la portátil.

Rápidamente se creó una dirección de correo y escribió a las dos que se sabía de memoria.

Para: flowerpower@gmail.com, Joshhhh@gmail.com

¡Hola muchachos! quiero que sepan que me encuentro bien.
¡Y me estoy divirtiendo! El hombre del que te conté (Flor) es una maravilla, me trata fenomenal y es increíble.

Josh, sé que te debo una explicación, pero Flor te puede poner al día.

Lamento haberlos preocupado, y lamento no poder decirles dónde estoy. Pero estoy harta de que mi papá controle mi vida, necesito tiempo a solas.
Espero que puedan entender eso, y que para cuando vuelva, todo se aclare entre nosotros.

P.d ¡Disfruta tu boda, Flor!

P.d 2: No podré contactarlos en un tiempo, no se preocupen, ¡estoy bien! pero dispuesta a tomar las medidas necesarias para que mi padre no me encuentre.

Le dio enviar al mensaje, esperó a que este se cargara y cerró la portátil.

No se levantó de inmediato, se permitió quedarse ahí un tiempo, sintiendo melancolía, extrañaba muchísimo a sus amigos. Y también dejó que la culpa la llenara por unos minutos, la culpa y la vergüenza.

Le había mentido a Flor, y había escondido cosas a Josh. Tarde o temprano la verdad acababa por llegar, pero ella esperaba que cuando llegara ya nada de lo que hizo importara, que sus amigos fueran tan felices que serían capaces de perdonarla.

Finalmente se aburrió de torturarse, vio que ya había caído la noche y se apresuró a darle el portátil a Harper.

¿Qué estaría haciendo Jay ahora? se preguntó, sin duda estaría aburrido.

Cuando giró el pomo de la puerta, se encontró a un Jay en ropa interior, acostado sobre la cama, mirando al techo.

Como si él fuera un imán y ella lijaduras de metal, se encontró atrapada en su cuerpo. No podía dejar de mirarlo, era tan perfecto, parecía una escultura griega.

Él la miró con una sonrisa descarada.

—Ven aquí—la llamó, palmeando una parte de la cama, a su lado.

Gil tragó con fuerza y sintió como se le erizaba el vello de la nuca. Sin saber cómo, se encontró a si misma moviéndose hacia la cama.

A penas se había acostado cuando él se colocó sobre ella. Su frente recostada a la suya, sus manos acariciándole la piel desnuda de la cintura.

—Gil—prácticamente gimió Jay—Hay algo que me gustaría hacer contigo, llevo fantaseando con eso desde que te conocí... ¿Me dejarías?

*

—Así que tu hermanita está perdida—dijo Layla en tono burlón —pues no te ves muy preocupada.

Grace a penas levanto la mirada de su archivo para dedicarle una mirada. Layla sabía más que nadie como se sentía Grace acerca de eso.

Le importaba un carajo lo que hacía Gil, sabía que se había ido por cuenta propia, lo que no soportaba era el teatro que su padre montaba, y el teatro que le hacía montar a ella.

—No estoy de humor para bromas—la detuvo—no sabes lo terrible que han sido estos dos días para mí. Tener que fingir que soy la hermana afligida y dolida es agotador.

Continuó revisando entre las hojas de solicitudes de empleo del año anterior.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntó Layla bostezando, estaba aburrida—ya son casi las nueve y las tiendas en el centro comercial cierran a las diez, no nos dará tiempo...

—¡Layla! ¿Te quieres callar? —le espetó molesta—si tanto quieres ir al centro comercial pues agarra tu auto y vete. Yo no voy.

—¡Ay! Eres cruel—se quejó Layla, pero no abandonó su asiento. Nunca lo hacía.

Como por arte de magia se materializó justo lo que Grace andaba buscando.

No pudo evitar sonreír, estaba segura de que había visto al hombre que le llevó flores a Gil en algún lugar.

¿Qué pensaría su padre? Esto al fin la haría ganar relevancia, dejaría de ser la niña torpe.

Y, además, ayudaría a Cole. Que, por alguna extraña razón, lo único que hacía era quedarse como zombi por la oficina de Gil.

—Ya encontré lo que buscaba —anunció Grace sonriendo con malicia.

En ese momento alguien tocó dos veces a la puerta, y luego Cole se asomó.

—¿Querías hablar conmigo, Grace? —preguntó.

Grace le obsequió su mejor sonrisa.

—Sí, Cole. Hay algo que quiero que veas, y sé que te va a interesar mucho.

Continue Reading

You'll Also Like

2.5K 173 4
"¡Espera! ¡¿Olvidas que un robot no puede dañar a un humano?!" "YO SOY MÁS QUE UN ROBOT ¡MUERE WILY!" [Terminada]
2.5K 194 8
Después de las vacaciones inesperadas que tomaron los estudiantes de Nevermore, Merlina regresa a la escuela para su segundo año. Pero estar de vuelt...
275K 14.7K 54
Segunda parte de "¿Jugamos?" A veces la vida nos pone obstáculos para saber que tan fuertes somos, algunos duelen y otros simplemente nos dejan un r...
2.3M 136K 100
*Historia ganadora de los WOWAwards 2017* -¿Has infringido alguna norma desde que trabajas aquí? - preguntó él, deteniendo mi plan de huida. -No. -¿P...