-¿Caroline?
Pregunto contestando a la llamada, mientras cubro mi oreja libre con mi mano.
-No te oigo bien, ____.
Me dice Caroline y yo miro a Justin para después sonreírle e irme a los pasillos, donde se oye menos la música.
-Ahora, dime.
Digo observando a las personas que controlan en sonido de los micrófonos del auditorio completamente concentradas.
-Tengo una oferta de trabajo para ti, y creo que va a gustarte. ¿Cuándo crees que podrás estar en Nueva York?
Me dice ella sin ánimos y yo me muerdo el labio pensando cómo decírselo; tal cual.
-Ahora... Verás, ahora estoy en Toronto, con la familia de Justin, que he llegado hoy. No sé cuándo volveré...
Respondo andando nerviosa por el pasillo mientras algunas personas me saludan, ya que Justin sigue con el mismo team.
-Oh, de acuerdo... Pues, cuando estés en Nueva York, avísame, ¿de acuerdo?
Exclama ella restándole importancia a lo de Justin, ya que sabe que no puede meterse en mi vida personal.
-Claro, no lo dudes.
Respondo sonriendo para mí misma antes de colgar la llamada y volver al escenario, para ver cómo termina el concierto.
Justin canta dos canciones más y finalmente se despide, y yo me meto en los pasillos sabiendo que ahora es el momento donde el público pide fotos. Me pongo a hablar con Dan, ya que hacía tiempo que no hablábamos, y veo que Justin aparece por el fondo bebiendo agua.
-¿Qué te ha parecido?
Me pregunta acercándose a mi para darme un abrazo. Siento su olor a sudor, y lo aparto.
-Estás sudando.
Me quejo riéndome por lo bajo y él se ríe. Mira detrás de mi, y me doy cuenta de que Scooter le está hablando.
-Tengo que ir a conocer las fans de Meet, pero espérame.
Me dice agarrando mi mano con delicadeza y yo asiento, para que él se vaya corriendo. Agarro a Jazmyn de la mano para ir a dar una vuelta, y ella camina divertida, hasta que nos encontramos una fila con algunas chicas llorando.
-¡_____, por favor, una foto!
Exclama una de ellas al verme, pero sin salirse de la cola. Suelto la mano de Jazmyn y me acerco a ella sonriente, para después agarrar su móvil y sacarme una foto. Acto seguido, hago lo mismo con las otras chicas que me lo piden, y finalmente me siento en un sofá que hay delante de su fila.
-¿Cuánto os cuesta conocer a Justin?
Pregunto al darme cuenta de que la mayoría de ellas parecen tener dinero, o ser mayores.
-Mil ochocientos dólares.
Responde una chica rubia, soltándolo orgullosa por haber pagado eso. Mi boca se abre y frunzo el ceño.
-¡Eso es demasiado!
Exclamo sorprendida y ellas se encogen de hombros. Decido levantarme y salir a la calle, donde algunas fans esperan que Justin salga del auditorio.
-¿Queréis ver a Justin?
Les pregunto llamando su atención y ellas gritan al verme, empezando a llorar.
Las agarro de los brazos a algunas, y las entro dentro, diciendo que son amigas mías. Las pongo en la fila y ellas no paran de llorar.
-Es inhumano pagar mil ochocientos dólares por ver a Justin.
Me quejo cuando ellas no paran de darme las gracias y poco a poco su turno llega. Cuando tiene que entrar la primera de las chicas, el hombre de seguridad la detiene, diciendo que no lleva el pase VIP.
-¡Déjala pasar!
Me quejo yo plantándole cara y veo que Justin me mira confundido desde dentro. Se acerca y mira a las chicas que van conmigo confundido.
-¿Qué está pasando?
Pregunta él mirándome a mí y al de seguridad, quien no dice nada.
-Deberías conocerlas, también hay gente que merece conocerte, aunque no tengan esos mil ochocientos dólares que piden por el Meet.
Le digo algo seria y él me mira sorprendido para después asentir con la cabeza.
-Claro, que pasen.
Dice él sonriendo de lado y las chicas entran de golpe, poniéndose en fila al lado de la pared donde se hacen las fotos.
-Me debes una.
Susurra Justin en mi oído acariciando en un gesto rápido mi espalda, haciendo que mi piel se erice.
-Lo tendré en cuenta.
Respondo sonriéndole y él se va con las chicas para recibir sus regalos y sacarse algunas fotos.
Cuando todo termina, me despido de la familia de Justin, quedando para vernos algún día de esta semana. Y cuando voy a pedir un taxi, la mano de Justin me agarra.
-Tu vienes conmigo.
Me dice sonriendo y yo no puedo evitar sonreír ante eso; me arrastra hasta el aparcamiento, encontrándonos con un Ferrari amarillo.
-Madre mía... ¿Es nuevo?
Pregunto sorprendida acariciando el capó y Justin se ríe mientras asiente.
-Dime qué puedo conducirlo.
Suplico haciendo cara de pena y él me mira unos segundos para después lanzarme las llaves del coche.
-Espero que no lo estrelles.
Me avisa apuntándome con su dedo índice y yo sonrío ampliamente, subiéndome al asiento del conductor.
-¿Estás listo?
Le pregunto cuando veo que se abrocha el cinturón y él suelta un suspiro para después encender la música.
-Yo te voy guiando.
Me dice cuando arranco, sin saber bien a dónde ir. Me divierto por las calles desiertas, dando acelerones. A mitad de camino, Justin agarra mis mejillas con una mano, estrujándolas y provocando que haga boca de pez.
-Quédate así.
Me dice sacando su móvil con su otra mano y después haciendo una foto. Segundos después una notificación llega a mi móvil, pero decido mirarla al bajar.
-Estaciónate aquí.
Me dice Justin señalando un camino completamente a oscuras y yo hago lo que me dice. Me pongo en Instagram, viendo la foto que ha subido Justin (en multimedia) con la descripción de "She likes riding Ferrari's #Canada". Le doy a like y después guardo el móvil de nuevo, dándome cuenta que solo nos alumbra la luz del coche.
-¿Acaso piensas violarme?
Pregunto riéndome y Justin niega con la cabeza, desabrochando su cinturón.
-No, eso no.
Responde y milésimas de segundos después, se lanza encima de mí para besarme con ansia los labios. Yo me muestro confundida al principio, pero después le sigo el beso. Noto como desabrocha mi cinturón y tira mi asiento hacia atrás, poniéndose encima de mí con cuidado. Cuando noto que sus manos se dirigen a mi entrepierna, lo separo levemente.
-Espera, Justin...
Susurro encima de sus labios con la respiración acelerada y él me mira a los ojos sin parpadear.
-Esto está siendo demasiado atrevido.
Murmuro cerrando los ojos y apoyando mi cabeza hacia atrás. Noto que su peso desaparece de encima de mi, y abro los ojos para ver cómo inclina su asiento a mi altura.
-No podemos seguir actuando así, y lo sabes.
Digo observando cómo intenta controlar su respiración, pero no se atreve a mirarme. Chasqueo la lengua y suspiro lentamente.
-Porque, en definitiva, ¿qué es lo nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente, esto no es una aventura, ni un programa ni -menos que menos- un noviazgo. sin embargo, es algo más que una amistad.
Digo inmersa en mis pensamientos y noto que ésta vez sí que me mira. Él se inclina un poco hacia delante y yo no dejo de mirarlo.
-Entonces, ¿qué es lo que quieres?
Le pregunto cuando su mano se acerca a mi mejilla y la acaricia con suavidad, mirando de vez en cuando mis labios.
-Quiero la parte de ti que te niegas a dar a cualquier persona...
Susurra mirándome a los ojos fijamente y acercándose cada vez más a mi.
-Lo que quiero es que despiertes y que aceptes la oportunidad que te ofrezco de ser felices.
Dice ésta vez mirándome a los labios y yo los muerdo con fuerza, debido a los nervios.
-Prométeme que ésta vez será diferente...
Susurro cerrando los ojos al sentir sus labios rozar los míos, y puedo sentir como sonríe.
-Contigo siempre es diferente.
Responde antes de eliminar el espacio que había entre los dos y besarme, pero esta vez más despacio y con ternura.
-Confiaré en ti, por última vez.
Murmuro acariciando su nuca y él sonríe encima de mis labios.
Nos pasamos dos horas hablando y poniéndonos al día en ese pequeño descampado, hasta que le pido que me lleve al hotel y es él quien conduce.
-Si quieres puedes quedarte en casa de mi madre, estará encantada.
Me dice Justin cuando me desabrocho el cinturón y yo sonrío mientras agarro mi bolso.
-Buenas noches.
Digo en respuesta y cuando voy a salir del coche, su mano me detiene y me acerca a él para darme un beso en los labios.
Subo a mi habitación y me pongo el pijama para después meterme en la cama con el móvil. Me llega una notificación de Justin de Instagram, y la abro para ver una foto vieja de los dos, con la descripción de "Just a throwback, keep calm". Sonrío y le doy a like, comentando "Toronto's winter".
Me despierto sin saber del todo qué hora es, debido a que alguien llama a mi puerta. Me levanto perezosa y un botones entra con una mesa con ruedas para dejar una bandeja llena de comida en mi tocador.
-¿Qué es esto?
Pregunto confundida viendo que está mi comida favorita. El botones sonríe y se dirige a la puerta.
-Está todo en la tarjeta.
Me responde antes de cerrar la puerta y volver a dejarme sola. Agarro la bandeja y la pongo en mi cama, para después agarrar la pequeña tarjeta.
Buenos días, stormy. Paso a recogerte a la hora de comer, te quiero.
Sonrío ante ese gesto, y algo dentro de mí se remueve. Empiezo a comer toda la fruta que hay en la bandeja bebiendo el té de limón que la acompaña.
Miro la hora y veo que falta algo menos de una hora para la hora de comer, así que me ducho, y al salir me pongo unos tejanos oscuros ajustados, unos botines negros con algo de tacón, y un jersey rosa carne de lana. Me seco el pelo, dejándolo al natural, ya que si le aplico demasiado calor se me va a encrespar por el frío.
Estoy abajo, xo.
Leo el mensaje de Justin y agarro un abrigo negro largo para después colgarme el bolso en el hombro y salir de mi habitación. Cuando llego a recepción veo a decenas de paparazzis; la noticia de que los dos estamos aquí se ha extendido. Salgo con la cabeza agachada mientras me cubro la cara con mis manos, y me subo al Ferrari de Justin, algo alterada.
-No puedo con todo esto.
Me quejo dándome cuenta que los paparazzis rodean el coche y no nos dejan arrancar. Me abrocho el cinturón y sigo cubriendo mi cara con mis manos, mientras Justin hace sonar el claxon del coche.
-Voy a acelerar.
Me avisa y yo asiento con la cabeza. El coche arranca de golpe y todos se apartan en un gesto rápido, dejándonos marchar.
-¿Qué te ha parecido el desayuno?
Pregunta sujetando con una mano el volante y con la otra acariciando su mentón con delicadeza.
-No me lo esperaba, hacía mucho tiempo que no me hacían algo así.
Respondo acomodando el bolso a mis pies y apoyando la cabeza en el asiento, para después suspirar y mirarlo.
-Te he convertido en una persona tan dañada que cuando trato de darte lo que te mereces, no tienes ni puta idea de cómo responder.
Murmura Justin sonriendo de lado para después mirarme un momento y volver a centrar su vista en la carretera.
-Puede ser...
Susurro en respuesta, quedándome pensativa ante su reflexión. Justin detiene el coche en un restaurante algo peculiar; un buffet libre.
-¿Se me ha olvidado decirte que estaría Jazmyn junto a mi padre?
Me pregunta frunciendo el ceño cuando bajamos del coche y la pequeña se acerca corriendo a mi desde la puerta. Me río y la cargo en brazos, para después saludar a Jeremy, el padre de Justin.
-¿Qué quieres comer?
Le pregunto a Jazmyn entregándole la bandeja mientras observamos la enorme cantidad de comida que hay delante de nosotras. Ella me va indicando con su dedo índice lo que quiere y yo se lo pongo en el plato, mientras que yo me pongo ensalada y verduras, junto a algo de tofu. Nos sentamos en una mesa, delante de Justin y Jeremy, quienes hablan entretenidos sobre hockey.
-Me voy a cambiar por Jazmyn.
Dice Justin algo molesto y yo lo miro confundida, viendo como levanta a la pequeña y la sienta en su sitio, para después sentarse él a mi lado.
-Paparazzis.
Me dice para aclararme las cosas, y miro al frente para ver a algunos paparazzis sacando fotos desde fuera, ya que el local está hecho de vidrio.
Después de casi dos horas en el restaurante, pagamos y salimos fuera, despidiéndonos de Jeremy y Jazmyn. Los paparazzis nos rodean y oigo bastantes abucheos hacia mi, que provocan que agache la cabeza y siga andando con un nudo en la garganta. Entramos al coche y suelto un largo suspiro, aún cubriendo mi cara.
-Oye, ¿estás bien?
Me pregunta Justin en tono bajo mientras pone una de sus manos en mi pierna y yo niego con la cabeza.
-Ven aquí, anda.
Susurra acercándose un poco a mi y me da un largo abrazo, dándome pequeños besos en la cabeza.
-Todo va a estar bien.
Susurra Justin rodeándome con sus brazos y yo asiento para separarme y abrocharme el cinturón. Enciende la radio y la música empieza a sonar; Uncover. A media canción, Justin se ríe por lo bajo y yo lo miro confundida.
-¿De qué te ríes?
Pregunto levantando una ceja mientras me acomodo de lado en el asiento y lo miro más de frente.
-Solo pensaba.
Responde aún sonriendo y cuando nota que me quedo en silencio, me mira y yo levanto mis cejas en señal de que quiero saberlo.
-Es solo que, hay muchas formas de quererse, ¿sabes? Pero la nuestra es total. Un amor puro, increíble, alucinante. Un amor especial como hay pocos. Y nosotros lo sabemos. Todos los enamorados del mundo creen que su amor es único y distinto, pero el nuestro sí lo es. Estamos hechos el uno para el otro, nos tenemos y deseamos fundirnos en uno solo. Cuando estamos juntos el tiempo se acelera, y cuando estamos separados se hace eterno. Cada beso, cada caricia, es un puro sentimiento desnudo. Podemos pasarnos horas mirándonos a los ojos y nada más, pero cuando nos acariciamos, nos besamos... Entonces, no hay palabras para describir esa emoción.