-¿Estás segura?
Me pregunta Joshua por el móvil mientras yo dejo mis maletas en la cinta corredera.
-Claro que no.
Respondo frunciendo el ceño mientras empiezo a andar por el aeropuerto en busca de la puerta de embarque.
-Tu solo tranquilízate, no tiene porque pasar nada malo.
Me dice mi hermano para tranquilizarme y yo asiento con la cabeza como si pudiera verme.
-Lamento mucho no poder haberme quedado con vosotros.
Me disculpo viendo de lejos la puerta rumbo a Toronto y oigo sus suspiro.
-Es lo que tienes que hacer enana, estaremos bien, no te preocupes.
Me dice él apagando el televisor y yo vuelvo a asentir.
-Sabes que te quiero, ¿no?
Le digo sonriendo con tristeza mientras le doy mi billete a la azafata y ella lo escanea, dejándome pasar.
-Claro, yo también te quiero.
Responde él y yo cuelgo la llamada, sentándome en mi lugar correspondiente y suspirando. Me pongo los auriculares y miro mi móvil; llegaré tarde al concierto de Justin, aunque, mejor.
Después de once horas de vuelo, aterrizo. Agarro mis maletas y me subo a un taxi, dándole la dirección del hotel donde Justin me ha reservado una habitación. Cuando llego, me doy cuenta de que es un hotel de lujo, y que me ha reservado una suite. Hacía mucho tiempo que no me trataba así de bien.
-Todos están ansiosos por el concierto de nuestra estrella natal, ¡Justin Bieber! Muchas personas han estado durmiendo fuera del auditorio por días, y en cinco minutos sus sueños de ver a Bieber van a cumplirse por fin.
Dice un señor por la radio, la cual he encendido para ducharme.
-Estamos seguros de que va a ser un concierto emocionante.
Sigue diciendo y después empieza a sonar música. Salgo de la ducha y me pongo unas medias oscuras, un vestido ancho de color granate que me llega por medio muslo, encima un jersey holgado gris oscuro, y unos botines negros con tacón ancho. Me aliso el pelo con paciencia y me pongo algo de maquillaje, para después rodear mi cuello con una bufanda negra y ponerme un abrigo negro. Agarro mi bolso y bajó a recepción, pidiendo un taxi.
Cuando llego al auditorio, éste está rodeado de paparazzis y policía, y se oye la música desde fuera. Doy mi entrada y cuando acabo de entrar, veo a Scooter cruzado de brazos.
-Te estábamos esperando.
Me dice acercándose a mi mientras yo veo a Justin a lo lejos, encima del escenario, cantando I'll Show You.
Scooter me agarra de la mano y empezamos a andar, entrando a unos pasillos con algunas personas dentro. A lo lejos veo a Pattie con Jaxon y Jazmyn, quien corre a mis brazos al verme.
-¿Cómo está mi pequeña?
Le digo sonriendo mientras ella me abraza con fuerza.
-Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.
Dice ella regañándome y yo me río bajándola al suelo y agarrando a su hermano, Jaxon.
-Habéis crecido muchísimo desde la ultima vez que vine.
Les digo dándoles un beso en la cabeza y ellos asienten sonrientes. Bajo a Jaxon al suelo y Jazmyn me agarra del vestido, para que me agache a su altura.
-Tengo novio.
Me susurra en el oído y yo pongo cara de sorprendida. Ella me tapa la boca con la mano y pone cara de nervios.
-Pero no se lo digas a Justin, se pondría celoso.
Me avisa y yo asiento, a lo que ella destapa mi boca y se va corriendo junto a su hermano. Saludo a Pattie y ella me dice que puedo ir a un costado del escenario, que entre éste y el público hay una valla.
-¿Quieres venir conmigo a ver a Justin?
Le digo a Jazmyn, viendo como intenta asomarse por la puerta que da al escenario y ella asiente emocionada. Estira sus brazos para que la agarre y yo la subo en brazos, cargándola.
-La siguiente canción va a ser Purpose, espero que os guste.
Dice Justin cuando salimos, aunque no se da cuenta de nuestra presencia. Empieza a cantar con emoción y sonrío al ver que todo el público lo acompaña. Cuando termina sonríe y mira una lista que tiene en una mesa, al lado de Dan, el guitarrista.
-¿Qué os parecería algo más navideño?
Pregunta Justin sonriendo mientras se coloca bien el gorro rosa palo que lleva en la cabeza y todos gritan como locos.
Empieza a cantar Mistletoe, y Jazmyn se mueve enérgica. La bajo al suelo y se pone a bailar. Yo la agarro de las manos y bailo con ella, dándole vueltas mientras cantamos.
-¡Oh dios, es ____ Thompson!
Grita una chica de la primera fila y poco a poco todas las personas de delante me miran para empezar a sacarme fotos y gritar. Entonces Justin desvía su mirada a mi y sonríe. Gesticulo con mis labios un "Hola" y él me guiña un ojo en respuesta. Jazmyn y yo seguimos bailando hasta que la canción termina y yo me quito el abrigo y la bufanda para poder subirla a mis hombros.
-Em... No pensaba cantar esta canción hoy, pero ahora mismo siento la necesidad de hacerlo. Va para una persona muy especial para mí. Y junto con esta canción, quiero decirle que me gusta cuando en esas ocasiones se calla porque se acuerda de algo. Me gusta incluso su mal genio. Me gusta cuándo sonríe por algo que he dicho. Me gusta cuando se queda conmigo hasta la madrugada para hacerme reír. Me gusta que se preocupe por mí cuando finjo que todo está bien. Me gusta que sepa darme abrazos en los momentos correctos. Me gusta su cabello largo aunque no se lo dejaran tener de pequeña. Me gusta esa perforación que tenía en el ombligo, aunque tuvo que quitársela. Me gusta que intente dejar sus vicios por mí y por ella. Me gusta su sonrisa cuando acaba de llorar. Me gusta que haga lo que quiera y cuando quiera. Me gusta cuando comete errores y no los niega. Me gusta que podamos discutir de cualquier tema sin pena. Joder, me gusta tanto que hasta he empezado a preguntarme el por qué te has alejado de repente, o por qué de un día a otro ya no existo para ti. ¿Cómo me has olvidado tan rápido? Aunque por eso... Te dedico esta canción; All That Matters.
Siento que mis ojos brillan debido al nudo que se ha formado en mi garganta. Jazmyn se acerca a mi oído.
-Esta canción va para ti, ¿verdad?
Me pregunta cuando Justin me mira serio, con la mandíbula apretada, y yo aparto la mirada de él para asentir en respuesta a la pregunta de la pequeña.
El concierto sigue, y Jazmyn se va porque le duele la cabeza de tantos gritos. Después, Pattie se acerca a mi y me agarra del brazo con suavidad, entrelazando el suyo con el mío.
-¿Qué os está pasando?
Me pregunta con una sonrisa triste y la canción termina, haciendo que las miradas vuelvan a estar sobre mi, y ahora también sobre Pattie.
-No lo sé.
Respondo al borde de las lágrimas encogiéndome de hombros, y ella me abraza.
-Mi pequeña...
Susurra acariciando mi espalda en medio del abrazo para después darme un beso en la sien.
-La canción que viene ahora, es de mis favoritas. Se llama Be Alright.
Dice Justin mirándonos fijamente, como si tratara de entender porque estoy llorando.
-Solo me faltaba esto.
Exclamo riendo tristemente y Pattie se ríe mientras me limpia las lágrimas de la cara. Justin empieza a cantar y Pattie y yo cantamos mientras nos balanceamos de lado a lado.
-¿Podríamos cantar One Less Lonely Girl, verdad Dan?
Le pregunta Justin al guitarrista, poniéndose de pie y mirando al público, que se pone como loco.
-¿Quién quiere ser mi One Less Lonely Girl esta noche?
Grita Justin por el micrófono y los gritos se vuelven más fuertes. Justin empieza a mirar a todas las chicas de primera fila, y cuando está al otro lado del escenario, me mira y viene corriendo, haciendo que todas griten.
-No, no, no.
Digo cuando veo que me sonríe y Pattie me empuja con delicadez hacia Justin.
-¡Estoy llorando!
Me quejo cubriendo mi cara y Justin se ríe para ayudarme a subir por las escaleras y sentarme en un taburete.
-¿Cómo te llamas?
Dice Justin sonriendo mientras me pone el micrófono en la cara y todo el mundo grita y se ríe.
-____.
Respondo siguiéndole el juego mientras seco mis lágrimas y él asiente sonriente.
Empieza a cantar y yo miro a Dan, quien se ríe divertido. Yo suelto un bufido mirándolo y él suelta una carcajada. Agarro una botella de agua que hay encima de la mesilla y le doy un trago, viendo como Justin le canta a las chicas. Después se acerca a mi, y me agarra de una mano para cantarme fijamente a los ojos. Suelta mi mano y se pone detrás de mí, abrazándome por el cuello con uno de sus brazos.
-If you let me inside of your world, there's gonna be one less lonely girl.
Me canta en la oreja y la canción termina, haciendo que el público empiece a gritar de nuevo. Me pongo de pie y cuando voy a bajar, Justin me agarra de la mano y me tira hacia él, abrazándome.
-No pensaba que fueras a aceptar la invitación.
Dice en mi oído durante el abrazo y nos separamos, aunque sin soltar nuestras manos.
-¿Cómo negarse a ver Toronto en invierno?
Respondo encogiéndome de hombros y él aparta su micrófono para contestarme.
-Voy a dedicarte algo más hoy.
Me dice soltando mi mano y yo lo miro confundida para después bajar del escenario.
-Quiero leeros a todos algo, algo personal, que escribí hace bastante tiempo, pero que hoy, como me siento en familia, me gustaría compartirlo con todos vosotros.
Dice Justin agarrando un bloc de notas que hay encima de la mesilla y lo abre por una de las primeras páginas.
-Perdonar que esto sea muy cursi, trataba de escribir algo poético.
Murmura Justin riéndose por lo bajo y Dan estalla en carcajadas.
-Estaba loca: su tristeza no era de este mundo, a veces estallaba a reír cuando me lloraba sus penas y solía enredarse el pelo cuando le iba bien. Se pintaba los labios antes de dormir: 'quiero estar guapa para mis sueños', me decía. Luego se levantaba con el rímel corriéndose en sus ojeras, como en mis mejores fantasías, y me preguntaba la diferencia entre una nube y una ola. Yo la observaba en silencio -un silencio consciente, pues ella era una de esas mujeres que te hacen saberte derrotado antes de intentarlo-, como si tratara de vencerla sin palabras, como si esa fuera la única forma. Ilusa. En ocasiones todo lo que hay más allá de alguien es superfluo y todo lo que hay dentro de uno es redundante. No lo sé,
le hubiera repetido un millón de veces por segundo que era más guapa que un pájaro sobrevolando el mar y que sabía más dulce que la caricia de un padre, pero ella estaba loca, loca como un silencio en medio de una escala, y solo me besaba cuando me callaba.
Maldita. Solía decir que los peces eran gaviotas sin alas y era imposible tocarla sin que gritara. Yo lo disfrutaba: era un instrumento delicioso. Cuando le decía que amaba su libertad, se desnudaba y subía las escaleras del portal sin ropa mientras me decía que echaba de menos a su madre. Cuando tenía miedo se ponía el abrigo y se miraba al espejo, entonces se reía de mí y se le pasaba. Cuando tenía hambre me acariciaba el pelo y me leía un libro hasta que me quedaba dormido. No sé qué hacía ella después,
pero cuando me levantaba ella seguía ahí y mi pelo estaba lleno de flores. Un día se fue diciendo algo que no entendí, supongo que por eso empecé a escribir. Me dijo: no me estoy yendo,
solo soy un fantasma de todo lo que nunca tendrás. Maldita. Maldita loca. Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella?