Richard entra en la sala serio, interrumpiendo la entrevista. Los dos lo miramos confundido y Richard baja el teléfono de su oído para guardarlo en su bolsillo.
-____, tenemos que irnos.
Me dice él serio y yo asiento. Me despido de Risto y sigo a Richard, subiéndome al coche.
-¿Vas a decirme ya que pasa?
Pregunto nerviosa viendo que su rostro no se mueve ni un milímetro. Aprieta el volante con fuerza y después suspira.
-No debería contarte yo esto...
Empieza a decir él mirándome de reojo y yo siento que algo malo va a pasar.
-Tu abuela está en el hospital.
Dice Richard con dificultad y siento que mi mente estalla, igual que mi pecho.
-¿Por qué? ¡¿Qué ha pasado?!
Grito alterada buscando mi móvil con nerviosismo dentro de mi bolso.
-Un accidente de coche.
Responde él y yo me desespero por no encontrar el móvil. Siento que me agobio y que me cuesta respirar.
-Para el coche.
Murmuro nerviosa mirando a todas partes y Richard sigue conduciendo.
-¡Qué pares el maldito coche!
Grito desesperada y él da un frenazo. Bajo del coche justo cuando faltan unos pasos para llegar al hotel, y los paparazzis me ven. Encuentro mi móvil y llamo al móvil de mi hermano.
-Contesta Joshua...
Murmuro sin poder parar de moverme mientras oigo los pitidos. Después salta el contestador y lanzo el móvil al suelo, haciendo que su pantalla quede totalmente destruida. Me caigo al suelo de rodillas para empezar a llorar; no puede repetirse de nuevo.
Richard me recoge y me sube al ascensor. Abro mi habitación aún llorando, esperando que Justin haya llegado para que me anime un poco. Pero cuando entro, veo a Justin y una chica rubia en el sofá besándose. Me quedo quieta en mi sitio y ellos me miran de repente.
-_____...
Susurra Justin separándose de la chica y yo niego con la cabeza, sollozando.
-¡Puedo explicártelo! ¡Créeme!
Exclama él cuando empiezo a andar hacia la habitación y agarrar todas mis tarjetas de crédito y guardarlas en mi bolso.
-¿Qué estás haciendo?
Me pregunta él desde el marco de la puerta preocupado y yo paso por su lado sin hacerle caso, aún llorando.
-¡Háblame!
Exclama él levantando sus manos en alto y yo me doy la vuelta antes de salir del apartamento.
-Vete a la mierda.
Murmuro con dificultad y después doy un portazo. Bajo a recepción y veo que los paparazzis se han acumulado fuera. Veo a Richard sentado en un sillón y me acerco a él.
-Llévame al aeropuerto.
Exijo poniéndome las gafas de sol y colocándome bien el bolso.
-¿Caroline lo sabe?
Pregunta él inseguro y yo le doy una patada al sillón dónde está sentado.
-¡Llévame al maldito aeropuerto Richard!
Grito llamando la atención de todos los del hotel. Él se levanta y nos subimos al coche. Miro al lado de la radio y veo mi móvil; intento encenderlo y veo que Joshua me ha llamado. Vuelvo a llamarlo, rezando para que conteste.
-¿Diga?
Responde él con su voz rota y triste. Yo rompo en llanto al oírlo de esa forma.
-Estoy rumbo al aeropuerto, en menos de una hora estaré ahí, ¿me oyes?
Le digo entre lágrimas y oigo como mi hermano empieza a llorar.
-Envíame la dirección del hospital, por favor.
Le pido antes de colgar. Minutos después recibo su mensaje y llegamos al aeropuerto. Compro el primer vuelo hacia Madrid que hay, y en menos de una hora ya estoy aterrizando. Voy corriendo a por un taxi y después le indico al conductor la dirección. Al llegar veo que hay un par de paráfrasis; las noticias vuelan. Empiezo a andar por los pasillos hasta que veo a mi hermano sentado con la cabeza agachada.
-¡Joshua!
Grito preocupada y él se levanta para correr y abrazarse mientras llora. Yo empiezo a llorar en sus brazos y lo aprieto con fuerza.
-¿Qué ha pasado?
Pregunto en un susurro cuando él se separa de mí y se limpia las lágrimas.
-¡Yo no quería que esto pasara!
Grita Joshua rompiendo en llanto de nuevo y yo vuelvo a abrazarlo.
-Los abuelos querían que aprendiera a conducir, ¡iba a ser algo gracioso!
Exclama él en mis brazos y empiezo a entenderlo todo. Nos sentamos en las sillas de espera y le doy su tiempo.
-El abuelo iba detrás, mientras que la abuela se sentó de copiloto y yo iba conduciendo... Todo iba malditamente bien hasta que me salté sin querer un stop y un coche embistió el nuestro por el lado de donde estaba la abuela... ¡Es mi culpa, joder!
Me cuenta él llorando sin parar y yo sigo llorando a su lado, abrazándolo con un brazo. Nos quedamos un minuto en silencio hasta que Joshua empieza a sollozar.
-Tranquilo, todo irá bien.
Le susurro besando su hombro y él sigue llorando junto a mi. Veo que la puerta de la habitación se abre y aparece un médico junto a mi abuelo. Me levanto y abrazo a mi abuelo, viendo como sus ojos están brillosos.
-¿Cómo está?
Le pregunto sujetando a mi abuelo con mis manos, y él niega con la cabeza para ponerse a llorar. Lo abrazo y empiezo a llorar de nuevo.
-Quiere verte.
Me susurra en mis brazos y yo asiento. Suspiro fuertemente y entro a la habitación, encontrándome con mi abuela en la cama enchufada a algunas máquinas. Me siento a su lado y le acaricio el brazo, sin poder dejar de llorar. Ella abre los ojos un poco y me sonríe.
-¿Por qué lloras cariño?
Me pregunta con dificultad y yo me río tristemente. Siempre ha sido positiva.
-Me ha entrado algo en el ojo...
Respondo sonriendo falsamente y ella sigue con una sonrisa en la cara.
-Supongo que ha llegado mi hora.
Dice ella aún con una sonrisa y la mía desaparece por completo. Le agarro la mano y ella la aprieta con un poco de fuerza.
-No digas eso abuela.
Susurro llorando de nuevo y ella vuelve a mirarme.
-Confío en ti para que cuides de ellos.
Me susurra sonriente y yo asiento, convencida. Miro la habitación y veo que hay una pequeña televisión.
-¿Quieres que veamos juntas la televisión?
Pregunto después de unos minutos viendo que le cuesta respirar. Ella asiente sonriendo con debilidad y yo me levanto para encenderla; hacen su película favorita, Desayuno Con Diamentes. Me vuelvo a sentar y la agarro de la mano, apoyando mi cabeza en la barandilla de la cama.
-Gracias por venir.
Me susurra segundos después y yo aprieto su mano.
-Nunca te abandonaría.
Susurro en su mano para después darle un beso en ésta. Seguimos mirando la película hasta que un pitido continúo inunda la sala. Miro a mi abuela y ella está con los ojos cerrados. Aprieto su mano con fuerza empezando a llorar descontroladamente.
-¡Abuela!
Grito sacudiendo su mano ligeramente y unos médicos entran en la sala. Me apartan de un empujón y yo observo la escena sin poder parar de sollozar.
-La hemos perdido...
Susurra un médico apagando los monitores y me caigo al suelo, sin poder dejar de llorar y sintiendo como mi pecho está colapsado.
-Deberías salir de aquí.
Me dice él mismo médico con tristeza y yo niego con la cabeza. Me levanto de nuevo y me acerco a mi abuela, quien ahora ya está en paz.
-Te quiero mucho abuela, te quiero.
Susurro entre sollozos para después darle un beso en la frente, y ser arrastrada al pasillo por un médico. Veo a mi hermano y mi abuelo llorando desconsoladamente; han oído el mismo sonido. Los abrazo con fuerza y nos quedamos los tres llorando. Mi móvil suena y contesto.
-¡¿Qué haces marchándote a Madrid sin avisarme?!
Grita Caroline por la línea y yo empiezo a llorar.
-¡Mi abuela acaba de morir! ¡Y tú solo te preocupas por tu maldito trabajo! ¡Por mi te puedes ir a la mierda!
Le grito entre sollozos y Caroline se mantiene en silencio.
-____, yo lo sien...
Empieza a decir ella en un susurro pero yo la interrumpo.
-No vayas a decirme que lo sientes porque sé que no es verdad, déjame en paz.
Le contesto llorando para después cortar la llamada. Relleno unos papeles, ya que mi abuelo no puede mantenerse de pie. Minutos después al policía está apartando a los paparazzis mientras mi familia y yo subimos a un taxi. Nos llevan a casa y todo está en silencio.
-¿Sabes que puedes llamarme por cualquier cosa, no?
Le digo a Joshua cuando la luz de embarque se enciende y sé que debo subirme al avión. Él asiente y yo lo abrazo.
-Avísame cuando llegues.
Me dice él sonriente y yo asiento. Le doy un beso en la mejilla y subo a mi avión, rumbo a Nueva York.
He estado tres semanas en Madrid, junto a mi familia. Recibiendo cientos de llamadas de Caroline, Justin, Judie y otros. Mayoritariamente de Justin, pidiéndome por favor que le contestara al teléfono después de la entrevista que hice con Risto Mejide, declarando mi amor por él. No quiero abandonar a mi familia aún, pero debo hacerlo, o me quedaré encerrada en una espiral continúa de dolor.
Las 12 horas de vuelo pasan lentas, demasiado lentas. Cuando llego, veo a Richard esperándome con una sonrisa en la cara. Corro a abrazarle y él rodea sus enormes brazos en mi cuerpo.
-Se te ha echado de menos por aquí.
Me dice él sonriente y yo me separo, encogiéndome de hombros.
-¿Estás bien?
Me pregunta cuando empiezo a andar a su lado y aún no le he dicho nada.
-Estoy bien, tranquilo.
Respondo indiferente y fingiendo una sonrisa. Cientos de paparazzis me esperan a la salida, y me subo al coche cubriéndome la cara con mis manos. Llegamos a mi casa y veo que Richard también baja del coche. Me acompaña hasta la puerta y al abrir; veo a algunas personas dentro, sonrientes y con un cartel que pone: "¡Bienvenida!".
Judie corre a abrazarme y yo le correspondo el abrazo, apretando mis párpados con fuerza para no empezar a llorar de nuevo.
-¿Estás mejor?
Me pregunta ella preocupada y yo asiento; volviendo a fingir una sonrisa. Empiezo a saludar a Alexa, Charlotte, Thalia, y más gente. Hasta que veo a Caroline mirándome con tristeza.
-Yo... Lo siento, me comporté como una arpía.
Se disculpa ella y yo asiento, para después abrazarla. Veo la cabeza de Justin asomarse por el recibidor y me mira serio.
-¿Por qué no vamos al jardín?
Dice Judie viendo que Justin y yo nos acabamos de ver. Todos asienten felices y se van casi corriendo, menos Justin que se me queda mirando desde el marco de la puerta del salón.
-No voy a preguntarte si estás bien porque se la respuesta a eso.
Murmura él cruzándose de brazos y mi labio inferior tiembla; lo muerdo con fuerza, no quiero llorar.
-Estoy bien.
Respondo intentando sonar firme pero mi voz tiembla. Él niega con la cabeza.
-Eso es lo que quieres que todos crean; te conozco.
Dice él triste y yo no aguanto más, y me lanzo a sus brazos para abrazarlo y empezar a llorar. Me abraza con fuerza, acariciando mi espalda de arriba a abajo y yo enredo mis dedos en su pelo; soltando pequeños sollozos. Pero entonces, las imágenes de verlo enrollándose con una chica cuando me enteré de lo de mi abuela vuelven a mi mente, y lo aparto. Me limpio las lágrimas y él me mira confundido.
-La chica rubia...
Empiezo a decir entre lágrimas y él pone cara de asustado; seguro que creía que no me acordaba.
-¡Ella me besó! Lo juro, sabes que yo no haría eso.
Se defiende él alarmado y yo niego con la cabeza.
-¿Por qué sigues mintiéndome?
Exclamo llorando y él se frota la nuca.
-Yo nunca te mentiría, ¡por dios!
Se queja él algo molesto y yo intento dejar de llorar.
-No quiero hablar de eso, no ahora.
Digo segundos después cuando ya he conseguido que las lágrimas paren de salir y me pellizco las mejillas para que parezca que estoy feliz.
-Contigo nunca se puede hablar de nada.
Se queja Justin de nuevo cuando pasó por su lado y me doy la vuelta.
-Claro Justin, siempre es culpa mía.
Murmuro mirándolo a los ojos y él se queda quieto en su sitio, con el ceño fruncido.
-Yo siempre estoy disp...
Empieza a decir él pero yo levanto una de mis manos haciendo que se calle.
-Hasta aquí, ¿no? Ya he hecho el tonto suficiente. Ahora es cuando empiezo a cuidarme un poco más y a quererte un poco menos.