-No soy el tipo de persona que se rinde fácilmente. Sí, a veces me enfado y me molesto mucho, y necesito un minuto para dejar que pase todo, pero no te abandonaría. No te dejaría.
Murmuro acariciando el cuello de Justin, haciendo que me mire. Él asiente cansado y me abraza por la cintura.
Han pasado dos semanas, y lo malo de pasar casi 24 horas encerrados en el autobús, es que las peleas han aparecido. Hoy todo ha sido porque me ha lanzado mi bol de cereales al suelo y me he enfadado, y a raíz de eso, hemos empezado a decirnos de todo. Pero hoy vamos a estar más tiempo sin movernos; antes del concierto tenemos una entrevista los dos, en un programa de citas de Orlando.
-¿Me perdonas entonces?
Me dice él aún abrazándome y yo me río levemente. Le doy un beso en los labios y asiento; a lo que él sonríe.
-No se que ponerme hoy.
Murmuro fastidiada después de separarnos y rebuscar en mi maleta. Justin me observa divertido desde la cama.
-Tendré que ir de compras.
Susurro cansada sentándome encima del montón de ropa y lanzando algunas piezas dentro de la maleta.
-Chicas y sus cosas.
Murmura Justin divertido y yo le lanzo una camiseta a la cara. Él se ríe y me agarra de la cintura para tirarme en la cama y que quede tumbada a su lado, entre sus brazos. Entonces notamos como el autobús para y miro por la ventana; estamos en otro parking de otro estadio.
-¡Llegamos!
Grito feliz y me pongo de pie, corriendo para salir fuera. Cuando noto el suelo en mis pies y el calor en mi piel, suspiro. Veo a Justin delante de mí, en la puerta, sonreír.
-No es por nada, pero mírate.
Dice él entre risas y me miro; voy en una camiseta XXL roja, descalza y con un moño despeinado. Después me doy la vuelta y veo a los fans gritar mi nombre. Empiezo a reírme y me pongo a hacer tonterías.
-Estás loca.
Exclama Justin feliz y yo me río. Doy una vuelta encima de mi, y abro los brazos.
-Pero solo por ti.
Exclamo sonriente para después ponerme a bailar sin música. Justin se ríe y mira a las fans, escondiéndose en la puerta.
-Te doy cinco segundos.
Dice él sonriente. Yo lo entiendo y empiezo a correr hacia Richard, uno de los guardaespaldas, que está en la valla. Entonces oigo pasos rápidos detrás de mí y veo a Justin persiguiéndome. Lleva solo un pantalón de chandal y unos calcetines bajos.
-¡Richard!
Grito divertida y él me mira para después sonreír, levanta sus brazos en alto en señal de que no va a ayudarme. Me pongo detrás de él, escondiéndome de Justin, pero pegándome a la valla y oyendo los gritos muy fuertes en mi oído.
-Eso no se vale.
Se queja Justin poniéndose delante de Richard y mirándome por encima del hombro de éste.
-Dame 10 segundos.
Suplico sonriente y Justin asiente cerrando los ojos y empezando a contar. Yo empiezo a correr en dirección a una pared que hay en el parking y entonces Justin me agarra por la cintura, levantándome y cargándome en su hombro.
-Perdiste, de nuevo.
Dice Justin dejándome encima de un bloque de piedra y yo lo miro sonriente, apuntándolo con el dedo índice.
-En Los Ángeles te gané, no lo olvides.
-Una vez de... ¿Veinte?
Responde él rodeando mi cintura para abrazarme y yo lo empujo, haciendo ver que estoy enfadada. Entonces un balón golpea a Justin y éste se da la vuelta, viendo a Max y Judie.
-No se porque no me extraña veros con estas pintas.
Exclama Max llegando a nuestro lado y dándome un beso en la cabeza. Nosotros nos reímos y ellos dos se ponen a jugar con el balón. Judie se sienta a mi lado y me abraza.
-Hoy tengo que ir de compras, y estoy segura de que me acompañarás.
Le digo sonriente pero en tono de súplica, ella se ríe y asiente. La miro y tiene las mejillas rojas y el pelo despeinado.
-Te recomendaría ducharte después de que Max y tú tengáis relaciones sexuales.
Le susurro en el oído y ella pone cara de ofendida para después golpearme. Me pongo de pie y me río.
-¿Justin y tú aún nada?
Me pregunta ella pervertida mirándome de arriba a abajo y yo niego con la cabeza, desviando unos segundos la vista a Bieber.
-Queremos que no sea en un autobús de mala muerte.
Respondo encogiéndome de hombros al pensar que ya llevamos juntos algo más de un mes.
-¿Nos vemos en una hora?
Le digo sacudiendo mi camiseta para quitar restos de suciedad que había en este bloque. Ella asiente y se va sin decirle nada a Max.
-Voy a la ducha.
Aviso a los chicos y Justin deja de jugar para darme un tierno beso. Me guiña un ojo y yo me encierro de nuevo en el autobús para bañarme. Al salir me pongo unos tejanos rasgados, junto a una camiseta blanca ajustada con el escote bordado, una chupa negra corta, una bufanda marrón oscuro y unas Converse altas blancas (foto arriba). Dejo mi pelo ondulado y no me maquillo, ya que cuando llegue a plató ahí me maquillarán. Salgo del autobús cogiendo un bolso y colgándomelo en el hombro, viendo a Justin y Max hablar entretenidos sobre fútbol y baloncesto. Judie sale de su autobús y me saluda a lo lejos. Nos reunimos junto a los chicos y Justin me sienta en sus piernas.
-¿Mañana de chicas?
Pregunta Justin mirándonos a las dos y nosotras asentimos felices. Mientras hablamos sobre lo que ellos dos han hecho durante esta hora, Justin acaricia mi espalda delicadamente, dibujando pequeños círculos.
-¿Vendrás a comer?
Me pregunta él y Judie se pone en medio de nuestra conversación.
-Podríamos ir a comer los cuatro.
Dice ella abrazando a Max por detrás y éste asiente feliz. Justin me mira y yo asiento.
-¿Mc Donald's?
Pregunto feliz poniéndome de pie y todos se ríen; no aceptan que solo coma fuera de casa en esos sitios.
-Había pensado en un buen restaurante, pero me sirve.
Responde Judie entre risas y ella se despide de Max.
-Quedamos en el McDonalds que hay en el centro, en dos horas.
Digo señalándolos con el dedo índice. Ya hemos estado aquí, por lo que ya saben a qué McDonalds me refiero. Ellos hacen el gesto de los militares y yo me río. Le doy un beso a Justin y nosotras empezamos a andar hacia la carretera para coger un taxi.
-Me hace el culo gordo.
Me quejo cuando salgo de un probador y le muestro un vestido a Judie. Ella se ríe y asiente, sorprendida por cómo resalta mi trasero.
-Pruébate otra cosa.
Me ordena lanzándome otro vestido y yo la miro fastidiada. Me encierro en el probador de nuevo y salgo después con el vestido que me ha dado.
-Este me gusta, me lo quedaré, pero no para hoy.
Digo mirándome en el espejo y ella está concentrada en su móvil. Sigo probándome ropa hasta que encuentro lo ideal, aparte de comprarme otras cosas. Salimos de la tienda justo para llegar a McDonalds, donde vemos que ya hay fans fuera y gente de seguridad. Cuando estamos a punto de entrar, las fans nos reconocen y se ponen a gritar, por lo que los de seguridad las contienen en su sitio. Entramos al establecimiento pero no los vemos, y entonces miramos en la terraza que hay justo delante, donde todas las fans. Están sentados en una mesa tranquilamente.
-¿Acaso no podíais sentaros dentro?
Pregunto por los gritos y Max me mira fastidiado, ya somos dos.
-Tenía mono de fumar y aquí nos veis.
Responde Max cuando Judie se sienta a su lado y le da un beso. Yo me siento al lado de Justin y dejo las bolsas a un lado, mientras Justin besa mi cabeza.
-¿Ya has encontrado algo?
Me pregunta viendo las 4 bolsas de ropa que llevo, asiento feliz y le doy un beso en los labios.
-Recordadme la próxima vez lo agobiante y desesperante que es ____ de compras, por favor.
Suplica Judie y todos nos reímos. Judie se pone de pie para ir a pedir y todos le decimos lo que queremos, Justin la acompaña y nos quedamos Max y yo a solas. Me enciendo un cigarro y veo cómo me mira sonriente.
-¿Y esa mirada?
Pregunto confundida con una sonrisa en mi rostro, y él niega mientras se ríe.
-Es solo que veo que Justin y tú estáis tan bien, que me dais envidia.
-¿Acaso tú y Judie no estáis bien?
Pregunto aún más confundida recordando todos los gestos cariñosos que se dan siempre. Él se encoge de hombros y suspira.
-Tenemos nuestros más y nuestros menos.
-Ninguna relación es perfecta Max, no pienses tanto en eso.
Respondo dando una calada a mi cigarro y sonriéndole. Max suelta un bufido y me mira.
-La vuestra lo es.
-Solo te diré que esta mañana hemos discutido por un tazón de cereales derramado.
Le digo apuntándolo con mi cigarrillo y haciendo que se ría. Aparecen Judie y Justin con las bandejas y empezamos a comer con ansia.
-¡Pero que ven mis ojos! ¡La señorita ____ ya come como antes!
Exclama Judie sorprendida, debido a que perdí peso al irme a España y que ella quería hacerme engordar a base de tacos.
-He engordado 3 kilos con 800 gramos.
Digo orgullosa de mí misma y todos se ríen. Justin agarra una patata frita y me la pone en la boca.
-Yo me encargo de darle la comida a los animales para después sacrificarlos.
Dice él intentando evitar reírse, pero cuando Max se ríe, Justin estalla en carcajadas. Yo le doy un golpe.
-Mi venganza será muy, pero que muy, horrorosa.
Murmuro mirándolos fijamente y después dándole una mordida a mi hamburguesa.
-¿Y de qué hablabais?
Pregunta Judie de repente y Max se atraganta con un pedazo de comida. Yo me aclaro la garganta.
-De que los osos polares se mueren por culpa del calentamiento global.
Respondo con rapidez, sin pensar siquiera lo que digo. Todos se ríen ante mi comentario y yo suspiro; he salvado la situación. Seguimos comiendo en paz, evitando los gritos de las fans, y cuando terminamos decidimos quedarnos Justin y yo un rato para descansar. Max y Judie se suben a un taxi y vuelven al hotel, mientras Justin se pone delante de mí en la mesa.
-¿Y qué vas a ponerte hoy?
Pregunta sacando un cigarro de mi paquete y poniéndoselo en la boca. Hago lo mismo y me encojo de hombros.
-Ya lo descubrirás.
Respondo divertida y vemos que el número de fans ha disminuido.
-Podrías decirles algo, como: ¿Qué tal vuestro día?
Le digo a Justin refiriéndome a la gente y él se ríe. Llama a un hombre de seguridad y este deja pasar a una chica. Se sienta en nuestra mesa, a mi lado y yo no entiendo nada.
-¿Cómo ha ido tu día?
Le pregunta Justin y yo empiezo a reírme. La chica empieza a llorar para responder con un "muy bien". Nos pide una foto de los tres y después vuelve detrás de seguridad. Hacemos lo mismo con 7 fans más hasta que nos cansamos de oír la misma pregunta y respuesta.
-¿Por qué haces eso?
Pregunta Justin de repente acariciando mi mano y yo lo miro confundida.
-¿Hacer el qué?
-Eso, sonreír para ti misma, apartar un mechón de tu pelo, y después fumar. Siempre lo haces, y no tiene sentido.
Murmura Justin sonriente y yo me río. Me acerco a su rostro y lo repito; es un gesto que hago inconscientemente. Me acerco a su oído y suspiro.
-No todo tiene sentido, y ese es su sentido.