Me despierto, sola en la cama. Miro confundida a mi alrededor y veo que mi maleta está hecha. Me levanto con pesadez y salgo de la habitación, viendo a Justin, Judie y Max almorzando tranquilamente. Ellos me miran y yo sigo con el ceño fruncido; estoy cansada.
-Buenos días.
Dice Judie cuando entro en la cocina y yo no respondo. Estoy segura de que Justin les ha contado todo. Agarro un vaso de leche y un paquete de Oreo, para después irme al salón y sentarme en el sofá para empezar a comer. Enciendo la televisión, intentando evitar escuchar sus murmullos de fondo.
-Nos vemos más tarde.
Exclama Max en mi dirección y yo sigo sin decir nada. La puerta se cierra y sé que Judie y él se han ido. Justin aparece y se sienta a mi lado. Enciende un cigarrillo y se pone a fumar, mientras yo sigo mojando las galletas en leche y comiéndomelas.
-¿No vas a decir nada hoy?
Me pregunta él y yo me encojo de hombros, indiferente. Me bebo el vaso de leche y agarro mi paquete de cigarros para encenderme uno.
-¿No quieres hablar de lo que me dijiste anoche?
Pregunta de nuevo y yo sonrío irónicamente para mis adentros.
-Deja de intentarlo Justin, en serio.
Murmuro con mi voz algo grave, me he resfriado. Sigo fumando y Justin se levanta, para aparecer de nuevo con mi diario.
-Deja eso.
Digo seria intentando quitarle el cuaderno, pero él lo aparta de mí.
-He comprobado que es lo único que sirve ahora por ahora.
Responde él suspirando y yo me vuelvo a tumbar en el sofá, dando una calada.
-Hoy ha salido en las noticias que entre Justin y yo hay algo, supongo que es oficial.
Empieza a leer él y yo lo miro con el ceño fruncido.
-No leas eso.
Susurro lo suficientemente alto como para que él me escuche. Chasqueo mi lengua y suspiro.
-Por favor.
Suplico y él me mira unos segundos para después volver a centrar su vista en la página.
-Justin es alguien muy especial para mí, ¿te lo he dicho ya? Puede que no lo demuestre, pero valoro muchísimo que alguien se quede conmigo. Tener alguien que me entienda y con quien pueda hablar. Porque sé que puedo ser insoportable. Aunque sigo sin estar segura si lo que siento es el denominado amor; quizás tuvieron razón en colocar en amor en los libros... Quizás no podía existir en ningún otro lugar. Es un sentimiento vulnerable; siento como si todo mi ser estuviera dedicado a complacerle, a cuidarle, a darlo todo por una misma persona. Y la razón me pide que frene, me recuerda que no se volar en este desconocido cielo, que voy a caer en picado, que esta vez no me puedo enamorar. Qué me hizo pensar que podría ordenar este caos de cabeza y corazón. Qué me hizo creer que podría reemplazar el dolor de un papel en blanco, por un -atraco a beso o muerte-.
Me siento imbécil escribiendo sobre el amor; porque es de lo único que no tengo ni idea.
Termina de leer él, en susurros. Me mira atónito y yo sigo fumando, sin mirarlo porque siento de nuevo algo dentro de mi querer salir.
-Tenías miedo.
Afirma Justin en un susurro y yo miro al suelo; no quiero mirarle ahora. Justin deja el cuaderno y se acerca a mi, siento que la situación es igual que la de ayer por la noche, y no me gusta.
Me agarra de las mejillas y me da un beso, sorprendiéndome. Dejo el cigarrillo en la mesa de cristal y pongo mis manos en su cuello; sintiendo la necesidad de su piel. Él se va tirando hacia atrás y yo me levanto, para estar a su altura. Sube mis piernas a su cintura, sin separar nuestros labios, y empieza a andar. Llegamos a nuestra habitación y nos tumbamos en la cama, él encima de mi. Se quita la camiseta en un gesto rápido y después me quita a mí la mía. El beso va subiendo de tono, pero yo me separo, involuntariamente.
-Esto no es lo correcto.
Susurro entre jadeos y Justin sonríe.
-Sabía que harías eso, stormy.
Lo miro confundida y entonces lo entiendo; me ha puesto a prueba. Lo aparto de un empujón y él sigue con su sonrisa.
-¡No puedes hacerme esto!
Grito cabreada, sintiendo la ira dentro de mi. Justin no para de sonreír y entonces noto un dolor en mi pecho; los sentimientos han vuelto. Mis manos se dirigen a mi pecho y aprieto con fuerza, notando miles de cosas remover mi interior y mi cabeza se siente explotar.
-¿Estás bien?
Pregunta Justin preocupado y yo lo miro cabreada. Las lágrimas se asoman por mis ojos y empiezo a llorar descontroladamente.
-¡Déjame! ¡Esto es culpa tuya!
Grito desesperada entre sollozos y me tumbo en la cama boca abajo, ahogando los sollozos en el cojín.
-Dime que hay que hacer para acabar con esta mierda que te está consumiendo.
Susurra Justin acariciando mi espalda y yo sigo llorando, cuando a mi mente vuelven todos los recuerdos de mi madre.
-Mírame.
Murmura Justin y yo, me doy la vuelta, viéndolo borroso por culpa de las lágrimas. Me acaricia la mejilla derecha y siento ese hormigueo en mi piel.
-Todo va a salir bien, ¿me oyes?
Susurra dándome un beso en la mejilla y después en mis labios. Las lágrimas siguen saliendo de mis ojos.
-Aférrate a un solo sentimiento ____, deja de lado el dolor.
Susurra de nuevo, y estoy segura de que esto se lo dijo Pattie. Cierro los ojos y pienso en algo; Justin. Las lágrimas paran de salir y yo abro los ojos de nuevo, viéndolo a mi lado.
-Ahora tranquilízate pequeña.
Dice él acariciando mi pelo y yo asiento. Él se tumba a mi lado y yo lo abrazo, apoyando mi cabeza en su pecho.
-Lo he hecho todo mal Justin, todo...
Susurro con la voz quebradiza y él sigue acariciando mi pelo.
-No digas eso, sabes que no es cierto.
Dice Justin mirando al techo entre suspiros. Yo me agarro con más fuerza a su pecho desnudo y le acaricio el lado izquierdo.
-Podrías haber compartido tu dolor conmigo, te habría ayudado.
Murmura Justin serio, y yo niego con la cabeza.
-Aprendí a tragarme mi propio veneno antes de inyectárselo a los demás.
Susurro haciendo pequeños círculos con mi dedo índice en su pecho. Él suspira fuertemente y me da un beso en la cabeza. Me abraza con fuerza y yo siento como me ahogo.
-Justin, no puedo respirar.
Digo con dificultad y él sonríe, sin soltarme.
-Te prometo que de este abrazo no salimos hasta que todas las partes rotas estén en su lugar.
Susurra él en respuesta, y no puedo evitar sonreír. Nos separamos minutos después y me siento en la cama, con las piernas cruzadas.
-Vamos a celebrar que has vuelto, ¿qué quieres hacer?
Dice Justin sonriente y yo no puedo evitar reír. Me encojo de hombros.
-¿Un té de limón, un poco de skate y de nicotina?
Pregunto tímida y Justin asiente feliz.
-A sus órdenes.
Se pone de pie y se encierra en el baño, para aparecer minutos después con solo un bóxer puesto. Entro yo después, y salgo con mi ropa interior puesta. Veo mi maleta hecha y me doy la vuelta, mirando a Justin, quien está tumbado con su móvil.
-¿Dónde vamos?
Pregunto señalando mi maleta y Justin me mira, asintiendo.
-Ha habido cambios en el tour, ahora vamos a viajar en los camiones, han reformado algunos y les han puesto cama y todo eso.
Responde volviendo a fijar su vista en el móvil y doy por entendido que hoy nos vamos. Me pongo unos jeans oscuros rasgados por las rodillas, una camiseta gris de manga corta con algunas letras en negro, y unas Air-Force bajas blancas. Me plancho el pelo y me pongo algo de rímel, igual que me pinto los labios de color carne. Justin se pone unos tejanos negros rasgados bajos, una camiseta XXL blanca y encima un jersey gris con detalles en blanco, y finalmente unas Vans rojas y azules (foto arriba). Agarra su skate y lo guarda debajo de su brazo. Me pongo una chaqueta negra de cuero y pongo dentro de un bolso negro todas nuestras cosas.
Salimos del hotel, no sin antes avisar a Scooter y que nos ponga tres guardaespaldas. Vamos andando por la calle, es bastante temprano, y al ser domingo, hay poca gente por la calle. Entramos en una cafetería del centro y nos sentamos en una de las mesas; mientras que los gorilas se sientan en otra mesa, para no molestar. Una chica se acerca y nos mira sorprendida, mientras se va poniendo cada vez más y más roja.
-Hola, ¿qué querríais tomar?
Pregunta con poca destreza y Justin sonríe ante ese gesto.
-Dos tés de limón, por favor.
Responde él y la chica lo apunta, para después irse rápidamente. La sigo con la mirada y veo cómo les dice a sus compañeras que estamos aquí, y todas se giran a vernos.
-Déjalas ____, es normal.
Dice de repente Justin, y yo lo miro. Tiene cogida mi mano por encima de la mesa.
-Se me hace raro que reaccionen así ante alguien.
Respondo encogiéndome de hombros y acariciando su mano con delicadeza.
-Tu harías lo mismo.
Exclama Justin y yo empiezo a reírme. Le doy un golpe en el hombro y los dos sonreímos.
-Yo no estoy loca por ti, lo siento.
Digo sonriente y Justin niega con la cabeza entre risas.
-Ya me gustaría a mí.
Murmura él y los dos nos empezamos a reír. La chica vuelve y nos sirve los tés. Sin decir nada, se va de nuevo. Suelto la mano de Justin y agarro la taza, aún caliente. Le doy un sorbo y noto ese agradable sabor correr por mi garganta.
-¿Puedo preguntarte algo? Es una gilipollez, eh.
Dice él de repente y yo lo miro a los ojos, asintiendo.
-¿Por qué cuando salimos juntos te vistes bien y cuando estamos con todos los cercanos vas hecha una mierda?
Pregunta él entre risas y yo me hago la ofendida. Le doy un leve golpe y él sigue riendo sin poder parar.
-Sólo quiero verme bien para el chico que me gusta.
Digo levantando una ceja y Justin sonríe tiernamente. Yo decido gastarle una broma y lo miro mal.
-Espera, no pensarás que eres tú, ¿no? ¡Hablo de Richard!
Exclamo ofendida, refiriéndome a uno de los gorilas. Justin deja de sonreír y yo empiezo a reírme.
-Es demasiado fácil hacerte dudar de mis ideas.
Murmuro sonriente mientras le doy un trago al té. Justin niega con la cabeza y sonríe.
-Nunca le cuentas a nadie lo que piensas, por eso dudo.
Dice Justin encogiéndose de hombros y yo dejo la taza, apuntándolo con un dedo.
-En eso te equivocas. Cuando fui a la India, viajé una n...
Empiezo a decir y Justin me mira confundido.
-Espera, ¿has ido a la India?
Pregunta él sin poder creérselo y yo asiento.
-El verano pasado, sola, con solo una mochila de acompañante. ¿Dejas que termine?
Respondo fastidiada, odio que me corten. Él asiente sorprendido y yo pongo mis manos alrededor de la taza para sentir el calor.
-Viajé una noche entera en un autocar con un suizo al que no conocía de nada. Atravesamos las llanuras de Kerala, le conté más cosas por iniciativa propia en unas horas que a mis mejores amigos en años, sabía que no volvería a verlo... Era una oreja sin consecuencias.
Le cuento indiferente pero a la vez emocionada por recordarlo. Le doy un sorbo a mi té y veo como Justin me mira en silencio.
-¿Justin?
Pregunto minutos después cuando él sigue haciendo lo mismo.
-Me parece increíble que hace unos momentos estabas destrozada y ahora pareces feliz. Yo no podría hacer eso.
Murmura él atónito mientras me agarra la mano. Yo agacho la mirada, pero cuando vuelvo a mirarlo vuelvo a sonreír.
-Nunca había conocido alguien como tú; capaz de reír desde la herida.