-Hice algo malo Judie.
Murmuro entrando a la cocina, donde sabía que la encontraría debido a que le encanta despertarse temprano. Pero, con su típico mal humor. Me mira sosteniendo un cuchillo en su mano, el cual usa para untar el pan con mermelada.
-¿Eso me afecta?
Pregunta ella con el ceño fruncido, y yo me siento en uno de los taburetes, viendo su espalda tensa. No ha dormido bien.
-No.
Respondo viendo como ella termina de untar la tostada y deja el cuchillo en el lavavajillas.
-Entonces sufre en silencio.
Exclama ella poniendo sus tostadas en un plato y dándose la vuelta con el plato en sus manos. Levanto una ceja y la observo, sin saber del todo si lo decía en serio.
-Cuéntame, imbécil.
Me pide sentándose delante de mí y empezando a comer su almuerzo. Yo le cuento todo, desde que llegué aquí y me enteré de la "maldición", hasta lo sucedido anoche con Bieber.
-Espera, ¿estás enamorada de Bieber?
Pregunta ella con la boca llena de comida y los ojos abiertos como platos. Yo suspiro fuertemente, desesperada.
-¿Te digo que tengo poderes mentales y tú solo te fijas en mis sentimientos por Justin? ¡Judie!
Exclamo cabreada y a la vez, con impotencia. Escondo mi rostro entre mis manos y niego con la cabeza. Segundos después noto sus brazos rodearme, y acariciarme con cariño.
-Es que, es irreal.
Susurra y yo la miro, ella observa la cocina con la mirada perdida en algún punto. Yo la aparto un poco.
-¿Acaso quieres que te lo demuestre?
Pregunto con el ceño fruncido, y ella sonríe feliz. Primera vez que Judie sonríe por la mañana.
-Pídeme que me manche con algo, o cualquier cosa que no tenga que ver con mi cabeza.
Ordena ella feliz, y yo suspiro para después centrar mis ojos en los suyos. Pero la tensión no aparece y yo frunzo el ceño.
-Quítate eso.
Murmuro después de ver que lleva un colgante que tenemos las dos igual. Ella se lo saca y la vuelvo a mirar, notando esta vez la tensión acumularse en la parte trasera de mis ojos.
-Quiero que cojas el bote de mermelada, y te manches las mejillas con él.
Ordeno seria y entonces Judie pone los ojos en blanco, para segundos después agarrar el bote de mermelada y cumplir con mi orden. Cuando termina, se sacude un poco y me mira confundida.
-¿Ha funcionado?
Pregunta confundida y yo me río, viendo toda su cara manchada con esa pasta de color naranja.
-Yo de ti iría a lavarme la cara.
Digo entre risas y ella se mira en la pantalla del móvil para después mirarme sorprendida. Agarra su colgante y vuelve a ponérselo.
-Eres una maldita bruja.
Susurra sorprendida y yo niego con la cabeza.
-¿Bruja? Esto no es una novela ficticia Judie, pon los pies en el suelo.
Murmuro divertida y ella se lava la cara en el fregadero. Le pido que me acompañe a fumar fuera y ella lo hace, y eso sólo significa una cosa; quiere interrogarme. Nos sentamos en un banco y empiezo a fumar tranquilamente, notando el calor invadir cada poro de mi piel.
-¿Y qué vas a hacer con Bieber?
Pregunta cuando yo ya llevo unos segundos con los ojos cerrados por los rayos del sol. Los abro un poco y la miro de reojo, para después pegar una calada y cerrar los ojos de nuevo.
-Nada.
-¿Nada?
-Absolutamente nada.
Afirmo decidida asintiendo con la cabeza y noto como Judie se levanta del banco. Después los rayos de sol que me molestaban desaparecen, y abro los ojos encontrándome a Judie delante de mí.
-____, por una maldita vez que consigues sentir algo más que asco por un chico, ¿y vas a evitarlo?
Se queja ella cabreada y yo la miro con obviedad. Me cruzo de brazos y suspiro, rindiéndome ante ella.
-He hecho lo correcto Judie, aunque ahora me sienta como una gilipollas.
Murmuro en voz baja para después volver a poner el cigarro entre mis labios. Veo como Judie va a decir algo, pero Justin y Max aparecen en el jardín, haciendo que nuestra conversación termine.
-Buenos días renacuajas.
Saluda Max dándole un beso a Judie en los labios y estirando su cuerpo. Justin sonríe como siempre, y veo que su mirada, ya no se centra en mi todo el rato.
-¿Cuál es el plan para hoy?
Pregunta Justin sonriente mientras se enciende un cigarro y vuelve a guardar su mechero en el bolsillo de su pantalón. Entonces me mira a mi, y se sienta a mi lado, pero sin ánimo de segundas intenciones.
-Podríamos quedarnos aquí, en la piscina. Hacer una barbacoa tal vez.
Responde Judie sonriente mientras mira a Max como una loca enamoradiza. Yo suelto un bufido.
-Y ya de paso, emborracharnos hasta perder la memoria.
Murmuro irónica y todos me miran confundidos, menos Judie quien me mira con su mirada de "Cállate".
-¿Estás bien?
Pregunta Justin en mi oído cuando Max y Judie se ponen a darse mimos repentinos. Yo lo miro y asiento.
-¿Cuándo dejarás de preguntarme si estoy bien?
Respondo cansada y él se ríe; maldita carcajada. Pone su mano en mi muslo y acerca su rostro a mi.
-Cuando tu respuesta suene convincente.
Susurra mirándome a los ojos y me doy las gracias a mi misma por haberle puesto mi pulsera. Niego con la cabeza y sonrío falsamente. Lo aparto de un empujón y él se ríe.
-Eres idiota.
Me quejo sonriente poniéndome de pie, y dejando mi paquete de cigarrillos encima de la mesa que hay. Él levanta sus manos en señal de inocencia.
-Ser idiota no va contra la Ley.
Me responde Justin con su típica sonrisa de blancos dientes y labios perfectamente curvados. Yo lo miro de reojo y me río.
-Ésa es la suerte que tienes.
Susurro como si le contara un secreto, y él estalla en carcajadas. Me vuelvo a sentar, pero esta vez en la hierba.
-Oye, ¿te dije ayer que le dieras las gracias a tu hermanita por la pulsera? Es que no me acuerdo.
Dice Justin confundido observando mi pulsera y yo me pongo algo nerviosa. Sonrío falsamente y asiento.
-Tienes memoria de pez Bieber.
Exclamo algo nerviosa aún, intentando disimular. Justin se ríe y asiente, dejando correr el tema, por suerte.
La mañana pasa tranquila, todos van despertándose poco a poco y desayunando por su cuenta. Entonces, los chicos se ponen a hacer la comida: barbacoa en el jardín.
Me pongo un bikini rojo básico y encima una camiseta XXL blanca con algunos dibujos en gris muy claro. Olvido arreglar mi pelo o mi maquillaje, ya que seguro que termino dentro de la piscina. Empiezo a mover la librería de mi habitación, dejando a la vista un pequeño escondite; lleno de botellas vacías de alcohol. Rebuscó entre ellas y encuentro una de vodka medio llena. La agarro y vuelvo a poner la estantería en su sitio, volviendo a esconder mi antiguo secreto. Bajo al jardín y dejo la botella encima de una de las mesas.
-¿Piensas empezar a beber a las 2 del mediodía?
Pregunta Dylan dejando la carne en la barbacoa unos segundos. Yo lo miro y me encojo de hombros con una sonrisa.
-Quién sabe.
Respondo entre risas y le hago una caricia en su hombro, tatuado. Las chicas están tumbadas en unas hamacas tomando el sol, excepto Judie y Max, quienes están apartados de todos en uno de los bancos del fondo. Los chicos, se dedican a preparar la comida mientras beben cerveza como si fuera agua. Agarro una cerveza y voy con las chicas, sentándome al lado de Alexa.
-¿Habéis dormido a gusto?
Pregunto encendiendo un cigarro y dejando la cerveza en la pequeña mesa. Ellas asienten y sonríen, excepto Charlotte quien me trata con indiferencia.
-Esto es un aburrimiento.
Murmura Charlotte con las gafas de sol puestas mientras se cruza de brazos.
-Pues si tanto te aburres puedes ir al hotel con el equipo, digo yo.
Respondo dejando de sonreír y pegando un trago a mi bebida. Ella pone su mirada en mí y yo la miro con las cejas levantadas.
-Vamos chicas, tengamos un día en paz.
Dice Thalia tocando mi muslo y yo asiento, dando una calada a mi cigarro y desvío mi mirada a Bieber, quien está al lado de la barbacoa con sus gafas de sol, un bañador negro y una camiseta gris. Se ríe a carcajadas mientras voltea los trozos de carne divertido.
-¿Qué pasó entre Justin y tu ayer por la noche?
Me susurra Alexa en mi oído con una sonrisa pervertida. Yo la miro confundida, disimulando.
-¿Qué? Nada.
Respondo poniéndome las gafas de sol y volviendo a beber de mi cerveza.
-Chocasteis contra mi puerta mientras os debíais estar devorando, tonta.
Susurra ella divertida y yo me sorprendo. Era su habitación. Levanto mis gafas de sol y la miro fijamente a los ojos, notando la tensión de siempre.
-Vas a olvidar todo lo que oíste ayer por la noche entre Justin y yo, no recordarás nada, solo que dormiste muy bien.
Ordeno en voz baja y ella asiente, repitiendo en voz baja lo que he dicho. Me vuelvo a poner las gafas de sol y termino de fumarme el cigarro.
Suena el teléfono de Thalia y ella suelta un bufido.
-¿Qué pasa?
Pregunto interesada en porque se ha puesto de esta manera. Ella deja el móvil encima de la mesa y se acomoda en el banco.
-Mi madre, no para de enviarme mensajes diciendo que me controle, que no haga estupideces, quiere controlar mi vida.
Se queja ella y yo me río, recibiendo la mirada de Thalia y Alexa en mi persona. Me encojo de hombros y agarro la cerveza entre mis manos.
-Huye de quien te diga cómo vivir porque ni ella ni nadie tenemos idea de cómo hacerlo.
Digo sonriente para después darle un trago a mi bebida y ponerme en pie, dirección a la barbacoa.
-¿Cómo va esto chicos?
Pregunto sonriente mientras me apoyó en un poste cercano y los observo entretenidos. Ellos me miran y me sonríen.
-Va a ser la mejor carne que hayas probado en tu vida.
Responde Nathan feliz y yo me río.
-Cuestionable, pero vale.
Exclamo yo entre risas y ellos entienden el doble sentido de mi frase. Justin agarra su cerveza y se acerca a mi, poniéndose en frente mío.
-Adivina quien me ha dicho de ir al cine.
Susurra él sonriente mientras me mira a través del oscuro cristal de sus gafas. Yo levanto una ceja y me cruzo de brazos.
-Sorpréndeme.
Murmuro relajando mis hombros y bebiendo un trago de mi cerveza. Justin me imita y sonríe.
-Charlotte.
Susurra acercándose a mí y yo pongo mueca de asco. Justin se ríe y yo niego con la cabeza.
-Pues que te vaya bien con tu nueva novia.
Exclamo algo celosa mientras me doy un leve empujón para que se aparte. Él sigue riendo y yo empiezo a cabrearme.
-No es mi nueva novia stormy, te lo cuento para que me ayudes a decirle que no.
Se explica Bieber con su sonrisa y yo niego con la cabeza fastidiada. Ruedo los ojos y me acerco a él, hasta tenerlo a pocos centímetros.
-Si quieres decirle que no, se lo dices tú. No soy el salvavidas ni la salida de emergencia de nadie, Bieber.
Gruño para después irme de su lado, no sin antes darle un leve empujón con mi hombro. Me siento al lado de la barbacoa y dejo mi cerveza ahora ya vacía. Justin se sienta a mi lado y nos miramos durante unos segundos en silencio.
-Vamos ____, no puedo ser tan descarado, me conoce y sabe que no puedo decirle que no.
Murmura él algo fastidiado y yo suelto un bufido con algo de burla. Aparto un mechón de pelo de mi rostro y lo miro seria.
-Conocerte sería saber que no crees en el destino y, sin embargo, cuando algo se complica, siempre culpas algo; tener la certeza de que nunca llegarás pronto, viviendo a contrarreloj, porque no quieres ser esclavo del tiempo.
Explico sacando mi paquete de cigarros y dejándolo encima de la mesa. Justin se queda en silencio, sin dejar de mirarme. Yo lo miro y suspiro.
-Eso sería conocerte, no saber qué no sabes decir que no porque eres demasiado bueno.
Termino de explicar para después ponerme un cigarro en la boca y darle uno a él. Justin lo coge y se lo enciende, cerrando los ojos y suspirando para sí mismo. Yo lo imito y los dos nos quedamos en silencio.
# POV Justin Bieber #
Me levanto de la mesa donde ____ se encuentra y me dirijo a Max y Judie; malditos enamorados. Me acerco y ellos me miran.
-¿Puedo robarte el novio unos minutos?
Pregunto antes de darle una calada al cigarro y que ella asienta, desapareciendo del lugar. Me siento al lado de mi mejor amigo y él pone una mano en mi hombro.
-¿_____?
Me pregunta Max con una sonrisa y yo asiento, serio, observando el suelo.
-Le acabo de contar lo de Charlotte, y se ha puesto medio celosa, diciendo que Charlotte no me conoce, que me fuera con mi nueva novia.
Le explico mirándolo a los ojos y fumando otra vez. Max asiente y sonríe levemente.
-Está claro hermano, le gustas.
Exclama Max golpeando mi espalda con cuidado. Y entonces mi mente se pone en blanco, y unas palabras salen de mi boca:
-No, entre nosotros solo hay amistad, nada más que eso.