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Después
La enfermera Bliss lo confortaba.
Ella le gustaba leer comics, prefería la música clásica, estaba al pendiente de todo lo que se decía en el horóscopo chino, era amante de los anime, y aunque tan solo tenía veintidós años, Thiago sabía que ella era muy madura para su edad.
Había estado ahí para él, desde que despertó.
Bliss era bonita, con sus rizos castaños que le llegaban hasta los hombros y unos ojos marrones tan cálidos como el chocolate; pero lo que la hacía ver más encantadora, era su sonrisa, tierna y brillante.
Le gustaba hablar con todas las personas, en especial con él.
Pero en los últimos días, cada vez que Thiago mencionaba a Celeste, Bliss prácticamente huía de la habitación. Cuando volvía el día siguiente, sonriendo, continuaba preguntándole qué haría luego de ser dado de alta. ¿Regresaría a aquel pueblo o permanecería en la ciudad? ¿Encontraría un nuevo trabajo o se aventuraría a comenzar la universidad después de todo? ¿Qué haría?
Thiago no sabía qué responder. Había llegado al punto en que la confusión lo invadía. No sabía qué hacer, no sabía qué camino tomaría, estaba indeciso, confundido, nostálgico..., y tal vez eso era lo que más lo había alejado de Celeste.
Él tenía que comenzar a ser firme, avanzar, actuar, no quedarse estancado en el pasado, en sus errores. La vida se resumía a aquello, Thiago tenía que comenzar a aprender que no se podía obtener un arcoíris, sin haber atravesado un cielo tormentoso.