Nightmares ➽ Finnick Odair. [...

By iRULEDBYWIT

140K 10.5K 1K

❝Es una pesadilla, solo que ésta, a diferencia de otras, es real❞ Todos los personajes de la trilogía y la e... More

P R Ó L O G O
➽ C H A R A C T E R S.
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XVIII.
XIX.
XX.
XXI.
XXII.
XXIII.
XXIV.
XXV.
XXVI.
XXVII.
XXVIII.
XXIX. [Final]
E P Í L O G O
Segunda temporada & agradecimientos.

VIII.

4.3K 395 39
By iRULEDBYWIT

❝ 75 años.❞

No puedo dormir.

Me encuentro sentada en uno de los sillones de la enorme sala que el tren nos ofrece. No podía estar en mi habitación, sentía por alguna razón que las paredes comenzarían a venir hacia mí y me aplastarían.

Quizá por las imágenes que he tenido que ver en estos días.

Casi friego mi rostro con mis manos, mientras que un suspiro escapa de mis labios.

Honestamente no pensé que sería así, no pensé que ya iba a existir tanta violencia.

Una imagen de un agente de paz que apunta un arma en la cabeza de un hombre, no sale de mi mente. Y conforme avanzaban los distritos, era peor. Golpes, disparos, los carros hidrantes que lanzaban agua con una fuerza aterradora.

No pensé que sería así, aunque debí hacerme una idea, porque en el 5, las cosas tampoco están demasiado tranquilas por momentos, y menos con tantos agentes de paz por todas partes.

Lo único que me saca una sonrisa, en medio de tanto caos, sin duda es Finnick. Sus ojos brillantes, su sonrisa, sus hoyuelos, nuestras risas extremadamente tontas, el "quizá". . .

Muerdo el interior de mis labios entonces, cuando mi sonrisa se desvanece.

Quizá en un mundo en que no existan cercas electrificadas, quizá en un mundo donde no existan asesinatos, violencia, juegos del hambre. . . quizá.

Mis hombros caen cuando suspiro de nuevo, y mi espalda finalmente termina cayendo contra el respaldo del sillón. Un tiempo más en silencio pasa, cuando oigo entrar a alguien.

Volteo entonces.

Sonrío suavemente al ver de quién se trata.

— Hey. —Saluda Devon, devolviéndome la sonrisa.— Aún estás despierta.

Yo termino asintiendo, y lo sigo con la mirada hasta que se sienta, en un sillón al lado mío. Miro a mis pies entonces.

― Si, fueron días. . . violentos.

― Sí, te entiendo ―Responde suspirando, viendo la vista a través del ventanal llame a mamá hoy.

Mis cejas se levantan en sorpresa y miro hacia él.

― ¿En serio? ¿Y qué te dijo?

― Ella dice estar bien, pero ―hace una pausa, desviando la mirada y sobándose la nuca hay algo en su voz, que no lo hace convincente. . .

Nos miramos a los ojos y se me para el corazón por una fracción de segundo, porque se lo que puede significar. Violett sin nosotros, está totalmente desprotegida, totalmente desarmada, y en la mira del Presidente Snow, y muy especialmente, porque estoy más que segura que estamos con Katniss y Peeta.

Mi pecho tiembla al respirar.

― ¿Tu no crees que. . .? —Comienzo la pregunta, sin poder terminarla. Refiriéndome ante la posible situación en que Snow le haya hecho un regalo. Rezo porque no haya sido así.

― Es lo que sospecho ―Responde, sin tener ánimos a oír toda la pregunta.

― ¿Pero cómo saberlo?

― Lo noto en su voz ―Dice preocupado.

Lo miro entonces. Sus ojos están levemente cristalizados, y su mano cubre su boca y parte de sus mejillas, su ceño se arruga entonces y mi corazón cae a mi estómago. La ama mucho, y se preocupa por ella, después de todo, es su madre. Mi expresión se ablanda y mis manos se posan en las suyas, para darle suaves apretones.

Devon toma mis manos de la misma forma.

― Ella está bien, Devon. Nada malo va a pasarle.

― Tengo tanto miedo. . . por ella. —Dice, con la voz algo ahogada. Su pecho se sacude entonces, y suelta una de sus manos de las mías para limpiarse las lágrimas de sus ojos— A veces no sé si debí ganar esos juegos.

Y mi estómago se hunde.

Mi mano aprieta aún más las suyas y lo termino por abrazar. Ningún vencedor está seguro en realidad si debió ganar sus juegos o no. Ningún vencedor se siente vencedor, y este era el costo.

A veces en realidad me pregunto si es que a todos y cada uno de los que nos coronamos vencedores, nos atormentan igual, si es que todos tienen algo que perder, si es que en realidad para alguno no hubo "consecuencias"

Pero sé que eso no existe.

Aunque hayas ganado, y te hayas entregado a los juegos tal y como el capitolio quería, y aunque jamás hayas sentido compasión por las personas a las que mataste, ellos siempre vivirán en tu mente, y especialmente, en tus pesadillas.

Devon me abraza con fuerza, y nos quedamos en esa posición, por un buen tiempo, hasta que nos separamos, y entonces, puedo limpiarle lo húmedo de las mejillas con mis pulgares. Sus iris azules miran a los míos y sé que debo trasmitirle algo reconfortante.

— Sé que te preocupa. —Le digo, entonces, y mi mano que se encontraba en su mejilla baja a su hombro.— Pero créeme, si Snow hubiera querido hacerle algo, ya lo habría hecho. —Y noto como se remueve un poco, sin embargo, no deja de prestarme atención. Mi vista vacila de la suya un rato cuando llego a una conclusión. — Si le hizo un regalo, quizá no fue para amenazarla a ella. —Sus ojos se ensombrecen entonces.— Quizá fue para amenazarte a ti.

Siento una piedra en el estómago, y un sabor amargo en mi boca. ¿Por qué no nos deja simplemente en paz?

Mis ojos se cierran y niego con la cabeza. Es una conclusión que me revuelve el estómago, pero aun así sé que no van a hacerle nada a Devon, sé que no intentarán nada.

Espero.

Realmente no debió estar nada feliz al saber que nosotros vendríamos con ellos. Un suspiro sale de mi boca, y Devon aparta la vista entonces.

Su mandíbula se tensa.

— Bueno. . . Eso fue de mucha ayuda. —Dice él, sin mirarme, y para cuando mi boca se abre para responderle, él ya se había puesto de pie, saliendo por donde entró.

—Devon, yo no- —Pero entonces, la puerta cerrándose me interrumpe y yo vuelvo a caer en el respaldo del sillón. — Siempre haciendo las cosas bien, Nova, felicidades.




[..]




A la mañana siguiente Haymitch me despierta, y desayunamos todos juntos a excepción de Devon, no aparece en todo el desayuno y según Effie, fue el primero en levantarse y el primero en desayunar.

Un suspiro sale de mi boca y mis párpados se cierran con culpabilidad.

— Te ves como si supieras que le pasara. —Comenta Haymitch con una sonrisa burlona, mientras que le ponía whisky a su taza de café.

Mis ojos se levantan hacia él y lo miro brevemente. No respondo nada sigo desayunando. Eso es suficiente para que él también entienda que no debe insistir.

A lo largo de toda la mañana no vi a Devon ni si quiera cuando Katniss y Peeta se presentaron en el Distrito 1, ahora mismo hay una especie de celebración porque termina la gira de la victoria, hay comida, una banda de música neo-clásica tocando algo, al aire libre.

Siempre se pone en modo evasión cuando algo lo entristece, y él tiene razón, mi comentario no le ayudó en lo absoluto.

Yo suspiro mientras observo a los niños correr y jugar desde la ventana del edificio de justicia. El distrito 1 está más que lleno de agentes de paz, y me sorprende que con lo imbéciles que pueden llegar a ser, que dejen jugar así a los más pequeños.

Cuando Haymitch y los chicos aún seguían adentro del edificio hablándose con enfado uno al otro, busco a Devon, porque su inminente desaparición ya comienza a preocuparme.

Al salir del edificio de justicia, ya en la estación, miro al lado derecho por inercia, y pensando que estaba en el tren, lo encuentro ahí, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, y el ceño fruncido. Comencé a hacer mi camino hacia él, pidiendo gentilmente permiso a uno de los agentes de paz, que no se mueve, ni tampoco me niega el paso.

Llego a su lado entonces y suelto un suspiro. Miro exactamente a donde él mira, lo cual técnicamente, es el distrito 1. . . Rodeado de vallas eléctricas, bolsas de arena, agentes de paz. . .

— Si quieres mi opinión, no es una vista muy bonita. —Digo suavemente, mientras que oigo una risa de su parte, lo cual también me hace reír suavemente a mí.

— Quizá sería una vista más feliz si es que Peeta y Katniss no hubieran ganado. —Dice por fin.

Yo me remuevo suavemente, mientras que mis brazos se cruzan sobre mi pecho.

— Ambos sabemos qué hace 75 años, la vista dejó de ser feliz. —Respondo, y ese comentario hace que un gran silencio crezca entre nosotros.

Ni si quiera el distrito uno, que es uno de los distritos que es favorecido por el capitolio, se salva de las medidas de seguridad. Pero ni si quiera pasa por ser el distrito 1, se trata de que la gente está cansada de vivir aplastada por las personas del capitolio. Todos los distritos produciendo cosas para el capitolio, padres enviando a sus hijos a la cosecha, padres recibiendo a sus hijos en ataúdes. . .

Todo para mantener el "orden" de la nación, y "honrar" a los caídos de los días oscuros. . .

Hace 75 años. . .

Bastante lógico.

Y como Devon no parece querer decir nada, yo hablo.

— Escucha. -Llamo, y volteo hacia él para mirarlo, él hace lo mismo. —Lo que dije anoche-

— No importa. —Me interrumpe, mientras que se remueve mirando hacia sus pies. — No espero que entiendas.

Pero su comentario me llena la cabeza de confusión y hasta logra enojarme un poco. ¿Qué no entiendo qué? ¿Qué su madre corre peligro? ¿Qué él corre peligro?

Mis mejillas se ponen levemente rojas. Sacudo la cabeza.

— ¿Qué?

— Que no entiendes lo que se siente. —Responde él y mi mandíbula se tensa rápidamente, porque mi mente comienza a hacer una lista de un "porque" sí las comprendería.

Me muerdo la lengua.

— Mejor que nadie podría contestarte porqué si te entiendo, y me disculpo si es que solo hice que te sientas peor con lo que dije.

Él suelta una pequeña risita amarga que hace que mi expresión se ensombrezca.

— Lo noté bastante bien mientras que reías con Peeta en el pasillo, y coqueteabas con Finnick en el 4.

Ay, voy a explotar.

— Perdona si es que quise hacer amigos un rato. —Le respondo, escupiendo total desagrado en mis palabras.

El vuelve a sonreír de la misma manera. Mis ojos se cierran y se presionan por un segundo, si lo vuelvo a ver sonreír así, juro que voy a encajarle un cuchillo en la mano.

— Se nota. —Comenta, mientras que prende el botón de la muñeca de su chaqueta, y comienza a caminar hacia el tren.

— ¿Cuál es tu problema, amigo? —Le pregunto, casi gritando, sin poder sostener la furia en mi pecho. — ¿Estás celoso acaso? ¿Triste? ¿Preocupado? ¿Vas a monologarme una vez más que no sé lo que siente? Porque —Y debo reír tan amargamente como puedo, mientras que él para en seco de caminar, y se voltea hacia mí.— Honestamente, en todos estos miserables 75 años, puedo hacer una saga de libros de que sí sé lo que siente.

— No, no lo sabes. Tu familia está muerta. —Dice y mi boca se cierra.

Todo pasa demasiado rápido entonces, porque mis pies comienzan a caminar a pasos apresurados, enojados, hasta él, mi sangre corre con fuerza, tanto que zumba en mis oídos, mi rostro se pone más rojo de lo normal y mis ojos comienzan a picar y no pienso, no razono, cuando mi puño va a parar con fuerza contra su rostro, mi nudillo se corta por la fuerza del golpe, y su nariz comienza a sangrar.

Todo parece volver a mí cuando oigo la voz de Haymitch llamarme, y siento que manos sujetan las mías.

— ¡NOVA! —Grita entonces, mientras que mis brazos permanecen quietos y sujetos, me doy cuenta, por Peeta.

Un par de agentes de la paz se acercan entonces y Haymitch no sabe cómo controlar tantas situaciones al mismo tiempo. Yo no despego la vista de Devon ni él de mí. Estoy temblando. Estoy enojada. Estoy dolida. Y todo lo que puedo recordar es a un joven sosteniendo una sombrilla para mí.

Mi cara se arruga y mis ojos se nublan.

— Tú no sabes nada, n a d a, de mi familia. —Deletreo, siseando con rabia, mientras que las lágrimas resbalan de por mis mejillas. — Tú solo viste sus lápidas.

Y Katniss, Peeta, Effie, Cinna, Portia, Devon, todos se quedan callados ante ese último comentario.

— Sácala de aquí, Peeta. —Le ordena Haymitch, quién aun lidia con los agentes de paz.

— Ojalá nunca tengas que enterrar a Violett por tu cuenta. —Y trago con dificultad cuando lo digo, puesto que lo hice con la intención de que le duela a él, no a mí también.

— ¡PEETA! —Le grita Haymitch.

Peeta, quien primero vacila, se apresura aguiarme hasta la entrada del vagón, pero no entra sin decirle a Devon:— No te le acerques.

Continue Reading

You'll Also Like

85.9K 5.1K 19
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
46.9K 6.6K 37
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
97.7K 5.7K 24
𝐒┊𝐒 𝐂 𝐑 𝐄 𝐀 𝐌★ 𝐋 𝐀 𝐑 𝐀 no entendía el por que le temian tanto a su compañero de universidad 𝐓 𝐎 𝐌, el tenía actitudes raras pero no lo...
379K 34K 49
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Estos eran los pensamientos de Madelyn...