Los Cambios En El Amor

By Rryolen

104K 6.7K 890

Adamaris Gutiérrez es una mujer Mexicana que lucha constantemente por triunfar en un mundo en el que las medi... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítu...💔
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13 MARATÓN parte 1
Capítulo 13 MARATÓN parte 2
Capítulo 13 MARATÓN parte 3
Especial Final De Maratón
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17 MARATON parte 1
Capítulo 17 MARATON parte 2
Capítulo 17 MARATON parte 3
Especial fin del maraton
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capitulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55 Maratón parte 1
Capítulo 55 Maratón parte 2
Capítulo 55 Maratón parte 3
Especial Final de Maratón
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 69
Capítulo 70

Capítulo 68

113 16 4
By Rryolen


—¡Buenos días familia! —saluda Adamaris sentándose en la mesa. Rápidamente los presentes también devolvieron el saludo y continuaron comiendo. —Oigan, ¿Por qué no me levantaron? Es súper tarde —les recrimina, tomando una de las tostadas que estaban en la mesa.

—Te veías súper cómoda durmiendo que no nos dió el corazón para acerlo —habla Maricé. —además que no es demasiado tarde, apenas son las ocho.

—Si, pero ya todos estan listo para ir al trabajo y no me gustaría retrazarlos —replica.

—Tranquila. Mónica esta encargada de la tienda hasta que nosotros lleguemos.

Adamaris no continúo alegando, sabía que era una batalla perdida tratar de razonar con su familia por lo que continúo desayunando. En ese momento, María entra a la casa y se aproxima a su encuentro, sin sentarse a la mesa.

—Buenos días familia, que bueno que los encuentro reunidos a todos porque tengo una noticia que darles. Una noticia importante.

—¿Pasa algo? —le pregunta Alan, dejando de comer y enfocando su mirada en la mujer.

—Si, ¿Hay algo que va mal? —pregunta Maricé.

María inhala y retiene el aire, sintiendo su corazón retumbar en su pecho.

—E decidido que  voy a regresar a la casa de mi ex suegra —anuncia.

—¿Qué? —dijeron al unísonomo, los tres con la misma expresión de sorpresa y perplejidad en sus facciones. Luego, Alan  añade. —¡Estás loca! ¿Por qué? ¿No me digas que Roberto esta nuevamente intimidandote?

—¡No, no! A decir verdad, desde hace un tiempo lo estaba pensando marcharme a otro lugar, pero como Roberto se va a ir a los estados unidos  yo decidí que ya era tiempo de volver.

—No estoy de acuerdo con eso —dice Alan, sin poder evitar sonar autoritario. —sería muy riesgoso si ese hombre no dice la verdad.

—Se va hoy, de hecho se acaba de despedir de nosotros. Creo que esta vez si es en serio —explica María.— y la verdad yo no quiero seguir siendo un estorbo.

—Ay no, no digas eso —habla Maricé llendo a su encuentro hasta abrazarla. —aquí nadie hace peso, y la casa se siente siempre alegre. Además sin Carlitos todo se va a sentir tan silencioso, tan vacío.

—Si María, nosotros encantados de tenerlos a ustedes —se le une Adamaris. —y de verdad nos preocupa tu seguridad.

—Ya les dije que todo a a estar bien —asegura la morena sin apartar su abrazo.—pero doña Berenice no se puede quedar sola, es una señora de edad y alguien debe cuidarla si su hijo no esta. Además, Roberto  se comprometió a  enviar dinero apenas consiga empleo allá a donde va, y yo no puedo dejarlos, no cuando ellos dejaron su vida... por seguir mis sueños y aunque ustedes digan lo contrario somos demasiadas personas para una casa tan pequeña —insiste. Alan abre la boca dispuesto a contradecir sus palabras, pero rápidamente María continuo.—¿O crees que no noto lo incómodo que es para ti Alan dormir en el sofá? Todo para darnos a nosotros una estancia cómoda. Estaré bien, ustedes son mis jefes jamás los dejaré ni ustedes a mi. Necesito su apoyo en esto, por favor.

Alan esta vez no la contradice así que su ceño se suaviza un poco. Adamaris como su tía se encuentran sollozando, aún sin poder procesar su desición. La estancia queda en silencio por algunos minutos, solo los sollozos invaden el lugar. Silencio que fue rápidamente cortado por Alan.

—¿Y cuándo te mudarás?

—Bueno yo, creí que podría tomarme el medio día libre mientras pasó las cosas de Carlitos a la casa. ¡Ya ven que no son muchas cosas tampoco! Solo nuestra ropa y algunos juguetes.

—No,no, tómate todo el día. Nosotros nos encargaremos.

—Te vamos a extrañar —murmura Adamaris.

—Nos veremos todos los días —insiste ya no tan convencida.

—Te vamos a extrañar aquí en la casa —corrige.

María ríe, una risa que contagia a los presentes. Pronto, cada integrante se dispone a prepararse para el día hasta que la casa queda completamente sola. Al llegar a las instalaciones el personal se encontraba esperándola para felicitarla por lo que una lluvia de aplausos y cotorreo se hizo sentir incluso para las personas que transitaban en la calle que no dudaron en  asomarse para ventanear lo ocurrido a dentro.

No se dijo ninguna palabra más allá de agradecimiento puesto que en el lugar se encontraban clientes y pronto todos se dispusieron a continuar su trabajo.

Los hermanos se dispusieron a llegar a encerrarse en su oficina, pero se detuvieron al ver a Mónica salir de su oficina llevando consigo un gran ramo de rosas blancas. La rubia al verlos, cambio su expresión de repulsión por una completamente neutral.

—Oh, que lindas flores, ¿Un admirador quizas? —pregunta Adamaris.

—¿Esto? —pregunta de vuelta, mostrando el arreglo. —¡No, que va!, creo que se equivocaron. Voy a votarlas.

—Es una verdadera pena, son muy hermosas —comenta Alan de manera mecanica. Luego, sonríe sin mostrar los diente aunque su sonrisa no llegó a sus ojos. —pero sería una verdadera pena votarlas, mejor llamemos a la floristería a devolverla —estira un poco la mano y aplicando un poco de fuerza agarra la nota y la enseña. —¡Total! La dirección está en la tarjeta —a Mónica se le fueron los colores de la cara y sus ojos se abrieron de par en par. Alan leyó la dedicatoria. —"Ninguna flor es digna de tu belleza, pero espero que con este arreglo sea el punto de quiebre a tu perdón. Javier" ¡Vaya! Nada original.

—Como sea —gesticula, aún nerviosa, recuperando el color. —voy a votarlas porque no aceptan devoluciones, así que con permiso.

Camina tan rápido que no permite que Alan continue hablando por lo que lo deja con la palabra en la boca. Éste la observa desaparecer y después de unos minutos de estar de pie a mitad de pasillo se dirige a su oficina donde se encierra, dejando a Adamaris sola y con una sonrisa llena de diversión en su rostro, que se fue nublando de melancolia al recordar el rostro de Alejandro. Sacude su cabeza tratando de alejar ese recuerdo y también se encierra en su oficina; y estando allí, se dispone a trabajar en los bocetos que habia imagino de camino a la ciudad.

Plasmar sus ideas la desconectan por completo de la realidad por lo que no se dió cuenta del paso de las horas hasta que terminó de plasmar todo en los bocetos. Sonríe feliz ante la imagen proyectada de estás. Con la mirada desplaza su vista para poder encontrar su celular pero al no verlo en su escritorio, agarra su bolsa y rebusca en él. Tampoco se encontraba allí, y entonces, pensó que muy probablemente lo abría dejado en auto por lo que se apresura a salir de su oficina, rumbo al parqueadero. De camino al lugar, también iva Mónica quien no dudó en unirse a ella.

—Hola, ¿A dónde vas? —le pregunta Mónica.

—Al parqueadero, creo que se me olvidó el telefono en el auto.

Mónica suelta una sillita baja.

—Con razón te llamé multiples veces y no me contestaste.

—Si bueno, se me había  ocurrido una gran idea y estoy trabajando en ella. Pero quería tener todo los bocetos listos antes de mostrarlos ha Evi, por lo que quise mandarle un mensaje y no encontré  mi teléfono —suspira con pesadez al terminar su relato. 

—Me imagino que pensaste que estaba en tu oficina y pusiste todo patas arriba para tratar de hallarlo —la interrumpe en tono de burla.

Adamaris hizo una mueca sin asentir pero tampoco negar por lo que otra vez Mónica se carcajeo. Ambas salieron al parqueadero y empezaron a buscar el coche.

—¿Y tú? ¿Vas algún lugar?.

—Si, a entregar unos cheques al banco. A esta hora el banco esta más vacío y no me retraso tanto en la larga espera.

Para esas alturas, ya se encontraban en el parqueadero.  Ambas estaban tan inmersa en su conversación, que no se dieron cuenta que un hombre se les únia por la parte de atrás, dispuesto a interceptar las.

—Pensé que tendría que entrar a buscarte —dice. 

Adamaris se asustó y el semblante divertido de Mónica se convirtió en uno frio al reconocer la voz. La rubia volteo a mirarlo, esta vez con actitud amenazante. Javier, sin retroceder ante su mirada, avanza hasta llegar a su altura. Ambas, debido a la altura del hombre debieron subir un poco la cabeza.

—¿Qué haces aquí? —le pregunta, apretando los dientes.

—Por favor, hablemos —pide en tono despacio, pero sin ocultar su tono fastidiado.

—¡LÁRGATE! SI NO QUIERES QUE LLAME A SEGURIDAD —grita aún con su actitud imperturbable.

—¿Pasa algo? —interviene Adamaris.

—Moni, ahora las cosas son diferentes —comenta el hombre, acercándose a ella pero la rubia se aparta haciendo una mueca llena de asco. El hombre se paraliza, pero rindiéndose  ante la hostilidad de la mujer baja los brazos. —si tan solo me dejaras...

—Lárgate o llamo a la policia —amenaza, sacando su celular y marcando al número del comando. —tal vez no logre meterte preso por hostigamiento pero me daré la satisfacción de verte tras las rejas —cuando la otra linea abrió se apresuró añadir. —hola, policia alguien me esta acosando.

El hombre chasqueo la lengua, alza sus manos en señal de rendición y se marcha caminando sin dejar de mirarla, desapareciendo en una esquina.

—¿Esta usted sola con el hombre? ¿Donde se encuentra?.

—¡Oh el hombre se a ido! —exclama. —creo que me equivoque, lo lamento.

La mujer la regañó por haber sido tan imprudente y llamar sin ser un verdadero peligro y la llamada se corta. Mónica suelta un largo suspiro, guardando su teléfono.

—¿Qué fue todo eso? —le pregunta Adamaris.

—Nada —responde después de un breve silencio. —apurémonos, necesito llevar esto al banco.

Adamaris no siguió indagando en el asunto, saco su móvil del vehículo y despidiendose de su amiga, vuelve a su lugar de trabajo.

La rubia no volvió al trabajo, pero Adamaris tampoco se dió cuenta. Entre desarrollar la idea que tenía en mente y la reunión  con la influencer en donde pudo expresarle la idea que habia preparado se le fue la tarde por lo que regresó pronto a la casa. Allí se encontró con su tía que le informó de manera melancolica que María y su hijo ya se habían mudado por lo que Alan se fue a su cuarto  y la castaña siguió sus pasos, encontrándose a la rubia en su cuarto.

—Ah, hola, ¿Cómo te fue en el banco? 

—Hola, bastante bien. Tal como dije el lugar estaba vacío. 

Se mete al baño en donde empieza a quitarse la ropa para ducharse. Sentir el agua recorrer su cuerpo libera tensión en su cuerpo, y al salir, Mónica se encontraba en el mismo estado en que la habia dejado. Acostada, mirando hacia el techo y con sus pensamientos en algún lugar.

El silencio se hizo presente, uno que a la castaña le pareció incómodo, pero que intentó ignorar y seguir con su rutina. Así que procede a desenredar su cabello.

—Debo ofrecerte una disculpa por todo lo que sucedió hoy —se disculpa, rompiendo el silencio. — No debí hablarte así.

—No te preocupes —le dice sonriendo.—solo estaba preocupada por ese hombre. Por lo que observe hoy, no se va a rendir hasta hablar contigo.

—Si, lo sé —dice con pesar.

Adamaris se voltea a mirarla.

—Debiste denunciarlo.

—Soy abogada, va hacer en vano intentar colocar una denuncia.

Se queda en silencio, procesando las palabras de su amiga, recordando levemente todos aquellos casos que pasan en la televisión sobre mujeres desaparecidas que la justicia no protegió.

—Supongo que tienes razón.

Adamaris continúa desenredándose el cabello y el silencio reina entre las dos.

—Su nombre es Javier —dice volviendo a  romper el silencio.

Adamaris detiene sus movimientos y a través del  espejo observa a su amiga aún en la cama, sin atreverse a mirarla.

—Lo conocí en Londres, justo después de romper con tu hermano. Estaba tan dolida y destrozada por dentro que —se detuvo y me medio de sus pensamientos involuntariamente se encoje de hombros. —nunca quise algo serio, no me importaba con quien se encontraba o estaba, pero el se veía tan comprometido con conquistarme...  aunque todo fuera en vano. Un día llegue a su departamento y; ¡Oh sorpresa!, su esposa se encontraba ahí. No sabes todo lo que esa mujer me dijo, ¡Incluso llegó a golpearme! Como si yo tuviese la culpa de que su esposo fuera un jugador de lo peor que no la hande exhibiendo a los cuatro vientos —Mónica blanqueo los ojos y continuo con su relato. —obviamente él no intentó defenderme. Y lo dejé. Nunca seré la amante de nadie eso siempre lo e tenido claro. Hace unos días, no sé como, me lo encontre en el centro comercial y ahora esta acosándome por algo que pasó hace bastante tiempo ya.

Suelta un suspiro largo, lleno de cansancio. Adamaris se acerca a ella, Mónica se incorpora y ambas se toman de las manos, sonriéndose.

—Vamos a salir de esto, te lo aseguro —dice Adamaris.

—Como quisiera devolver el tiempo y no cometer los mismos errores. Esto es como una pesadilla, no sé como manejarlo.

—Bueno hasta el momento lo has hecho muy bien. Me sorprendiste gratamente como lo frenaste. Creo que vas bien.

—Ojalá eso sea suficiente para frenarlo, pero no va hacer así. Yo lo conozco, Fabio no es de los que se detiene cuando se propone algo. Él es implacable.

—Entonces comunícate con la mujer y dile...

—¡No, ni loca! —la interrumpe escandalizada, poniendo una cara de espanto. —esa mujer se ve que es de la que le cree todo al marido. Y aparte, la última vez que nos vimos me dejó el ojo colorado como por dos semanas. No, no y no. Ruego para que a Javier se le pase la idea de acosarme y me deje tranquila.

—Yo estoy convencida que no va hacer así. Pero siempre puedes recurrir a mi hermano para que te ayude a espantarlo.

Mónica aparta la mirada, sintiendo su rostro enrojecer, acción que hizo que Adamaris sonriera mostrando todos los dientes.

—No creo que le importe mucho—declara convencida, pero sin poder ocultar su tristeza.

—Te equivocas, a mi hermano  le importas —insiste.— Él sigue enamorado de ti.

—Por favor no digas tonterias, ya ha pasado mucho tiempo de lo nuestro —chista los dientes en forma de negación.— Contando que para tu hermano yo soy solo la hermana del hombre que te partió el corazón, dejándote destrozada en el proceso.

Adamaris suelta un largo suspiro ante las palabras de su amiga.

—Él me desprecia y yo estoy cansada de sufrir por él —solloza sin poder evitar derramar lágrimas.

Aquellas palabras conmovieron a la castaña por lo que la envuelve en un acojedor abrazo que la rubia agradece.

—Yo no lo creo así —insiste convencida. Mónica chasquea su lengua y se separa de ella, mirandola incredula. Ésta se apresura a explicar.— y jamás lo voy a creer porque si fuera así no estarías viviendo en esta casa, tampoco fueras su socia, ni mucho menos estaría celoso por las flores que te mandaron; y lo más importante, desde que ustedes se separaron mi hermano no a tenido novia.

Para esas alturas sus palabras afectaron a Mónica que no tenía la menor idea como procesar los sentimientos que habían estado escondidos en lo profundo de su corazón y que amenazaban con aflorar. Sin embargo, Adamaris no esta dispuesta a retroceder por lo que agarra su rostro, y con sus manos, seca  las lágrimas  sonriéndole dulcemente.

—Así que, cree cuando te digo del inmenso amor que mi hermano siente por ti y tienes solo una opción.

Continue Reading

You'll Also Like

187K 7.9K 33
Alice y Chloe nacieron prácticamente juntas. Sus madres eran muy buenas amigas desde la universidad y aunque éstas adolescentes no se llevaban muy bi...
41.4K 2.1K 45
Muchas veces la vida no es como la queremos, y las cosas nos salen un poco torcidas. No nacemos donde queríamos nacer o no somos lo que queremos ser...
465K 27.3K 43
¿Qué harías si quedas embarazada en tu primera vez? Y aún peor, el padre es el ex de tu mejor amiga. Marie Cibrián fue a una fiesta organizada por su...
183K 13.8K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...