Los Cambios En El Amor

By Rryolen

104K 6.7K 890

Adamaris Gutiérrez es una mujer Mexicana que lucha constantemente por triunfar en un mundo en el que las medi... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítu...💔
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13 MARATÓN parte 1
Capítulo 13 MARATÓN parte 2
Capítulo 13 MARATÓN parte 3
Especial Final De Maratón
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17 MARATON parte 1
Capítulo 17 MARATON parte 2
Capítulo 17 MARATON parte 3
Especial fin del maraton
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capitulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55 Maratón parte 1
Capítulo 55 Maratón parte 2
Capítulo 55 Maratón parte 3
Especial Final de Maratón
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70

Capítulo 64

173 22 3
By Rryolen


Pero Katrina seguía en la habitación y no tenía ninguna intención de irse a otra parte. No supo cuánto tiempo pasó pero el sonido del celular los alertó así que rápidamente ésta contestó. Trataba de hablar rápido y en monosílabos para que Alejandro no entendiera de que hablaban o con quién. Si, no. Era todo lo que contestaba. La llamada no duró mucho, así que cuando está finalizo, los pasos en la habitación pararon de golpe seguido por un portazo en la puerta.

Sin pensarlo dos veces, Alejandro abre sus ojos. La luz no le cegó ya que se encontraba a oscuras por lo que parpadeo sintiendo sus ojos picosos llenándose de lágrimas. Su pecho sube y baja con pesadez pero los aparatos conectados a su cuerpo le impiden moverse. Ya no tenía la garganta obstruida por lo que gimió cuando con todas las fuerzas que sus manos podían tener, arranca de un solo tirón las agujas de su cuerpo y casi de inmediato los aparatos médicos empezaron a sonar, el sonido fue altamente alarmante y lo enceguecieron por un momento tambaleándo su mundo, pero logró estabilizarse respirando profundo hasta llenar sus pulmones. Lograr sentarse fue incluso más difícil, estar tanto tiempo postrado atrofió sus músculos y el dolor le resulta insoportable, tanto que lo hace gemir y maldecir tanto a gritos como en susurros, aunque la sensación de hormigueo mezcla los numerosos sentimiento que aún no termina de procesar.

Con gran esfuerzo, baja los pies y casi de inmediato el frío piso genera una corriente eléctrica que viaja por todo su cuerpo provocando que su pecho suba y baje desenfrenado, lleno de gran felicidad. Sonríe por inercia, aún incrédulo de aquella situación. Aún siente sus piernas débiles, pero se obliga a levantarse, sintiendo su cuerpo emerger en el aire. Sintió terror de caerse al suelo pero increíblemente sus manos tienen demasiada fuerza como para sostener todo un cuerpo frágil. Quería andar y volver a sentirse útil, pero apenas y podía mover coordinadamente sus dedos.

Su sonrisa se estiró, logrando iluminar su rostro, entonces, la puerta de la habitación se abre de par en par y una Lucha con bandeja en mano aparece, misma que se le cae de las manos debido a la impresión. Los ojos ya cansados de la anciana se llenan de lágrimas mientras que el cuerpo de Alejandro se relaja sintiéndose feliz de ver una persona conocida y de su total confianza. La mujer no tarda en alzar su voz, presa de la felicidad.

-Oh, ¡Por Dios, estás de pie! ¡Estas bien! ¡Milagro, Milagro! bendita sea la virgen de Guadalupe, bendito seas San Judas Tadeo, bendito seas San Benito, San Charbel, San Antonio de Padua. Voy a ponerles su altar cómo Dios manda, ¡Cómo les prometí!... ¡Gracias, gracias por traerlo de vuelta! -bendice mirando y señalando hacia el cielo, o en ese caso el techo.- ¡Estás de pie!.

Para cuando terminó de hablar, Alejandro se había sentado en la cama, mostrando una postura relajada.

-Si, si, nana. Ahora ayúdame a buscar algo para ponerme, quiero irme de aquí. Me enferma estar tanto tiempo en cama-gime adolorido, mientras trata de masajear su espalda en una rara de postura.

La anciana parpadea confusa.

-Ahora no estás en condiciones de exigir nada jovencito -dice con tono amenazante.- usted nos dio un susto de muerte joven. Debería darle unos buenos zapes.

Alejandro chasqueo la lengua.

-Pe-pero no fue para tanto. Solo salí a divertirme.

-¡A pasado casi seis meses postrado! ¡SEIS! A saber que porquería se habrás metido, pero nos tenías a todos tan preocupados que incluso... ¡Bueno pero ahora estás bien! Recuperado. ¡Esto es un milagro! Bendita seas virgen de Guadalupe, San Judas Tadeo, San Benito, San Charbel, San Antonio de Padua...

Sus palabras cayeron como un balde de agua fría para el empresario quién se quedó tieso, estoico y mudo ante sus palabras, imposibles de procesar. No podía creer que había pasado tanto tiempo, era absurdo porque sentía que solo había pasado unos cuantos días, aunque le quedaba claro que al estar inconsciente por tanto tiempo ahora le daba cierta realidad de lo que había sentido. Intentó una vez volver a recordar cualquier cosa de su tiempo postrado y medio inconsciente pero extrañamente no podía. La voz entrecortada de Lucha lo hizo volver a la realidad. La mujer mantenía sus ojos llorosos y gruesas lágrimas caían sin ningún tipo de control, pero había .

-...¡No sé cómo no se murió! Todo gracias a mis santos. ¡Oh y su pobre madre! La pobre no quería ni siquiera despegarse de usted -dramatiza con las lágrimas derramándose sin control.- ¡y usted se levanta de repente e intenta huir!.

-¡No estoy huyendo! -exclama al recuperar la voz, pero aún con el escepticismo plasmado en todo su cuerpo. - me duele la espalda de tanta estar postrado en una cama -empieza a divagar.-¿y-y cómo es eso que estuve aquí postrado en esta cama por seis meses? ¡¿Cómo es que nadie se dios cuenta que estaba consciente?!.

-¿De qué estás hablando? ¿Todavía estas intoxicado?. Los doctores dijeron que había tenido una sobredosis e incluso algunos químicos seguían en su organismo dos semanas después de haberlo ingerido... Seguro estás intoxicado... -suelta un suspiro cansado.- seguro y ese lavado gástrico que te hicieron no te ayudo en nada.

Alejandro trato de asimilar que había durado tanto tiempo desconectado de la realidad. Sobretodo porque para él pasaron apenas horas y aunque apenas y se acordaba del inicio de aquel fin de semana, la realidad es que más que asustarse por su posible muerte; se encontraba bastante desesperado por retomar su rutina, volver a sentirse útil y continuar con su pausado plan de reconquistar a Adamaris. Desde que abrió sus ojos no había parado de pensar en ella y le resultaba difícil esperar para verla. Ni siquiera podía imaginarse el tiempo en que no la había visto. Estaba ansioso por volver a verla.

-Como sea, quiero irme a casa -demanda, intentado caminar.

Sentía sus piernas pesadas y la picazón aún no abandonaba su cuerpo pero ahora era soportable. Lucha se interpuso en su camino, mirándolo condescendiente.

-¡Terco como los Alcalá! Va hacer imposible, tiene que esperar a que venga el médico a revisarlo. ¿Hace cuánto tiempo usted está despierto?.

-¿Cuánto crees? -pregunta de vuelta mientras en su cabeza resuena los meses en que estuvo alejado de Adamaris.- lo suficiente para quitarme todos esos aparatos que tenía conectado y lograr ponerme de pie...

En ese instante, la puerta se abre y de esta aparece, Katrina. La enfermera. Ésta al verlo de pie, se queda pálida de la impresión con sus ojos saltones apunto de salirse de su órbita. Alejandro se la quedó viendo, incapaz de no sentir asco el solo tenerla cerca.

-¡Tú! -ruge, señalándola y su voz sonó dura, llena de resentimiento provocando que Lucha lo observé sorprendida notando el cambio repentino en el ambiente, sobretodo lo roja que se había puesto el rostro del empresario.

-Se-se suponía que estarías cuidando de ti las veinticuatro horas del día.

-¡Noooo, pero si lo hacía tan bien! Tanto que hasta intimaba a mi lado. En ese sofá para ser exactos -señala en la dirección izquierda. - desgraciada...

Ante sus palabras Lucha también abre los ojos perpleja sin poder creer lo que escuchaba, al voltear para verla descubrió que ésta ya no se encontraba puesto que había salido disparada lejos de aquella habitación. En un impulso, Alejandro salta de la cama dispuesto a perseguirla, pero sus piernas no le responden y cae al suelo. Lucha salta ah auxiliarlo, pero es detenida por éste.

-¡Atrápala! ¡No la dejes ir! ¡No la dejen ir!.

Indecisa y muy preocupada y consternada por la situación, Lucha se debate entre quedarse o ir tras la enfermera, pero los gritos de Alejandro la hacen reaccionar y corre detrás del único lugar por donde debió pasar. Llamando a gritos a los habitantes de la casa.

-¡A-atrapenla! ¡Ortencia, Carmelo, Moisés! ¡Atrapen a Katrina! ¡Que no escape! ¡Carmelo, Moisés!.

Alejandro intentó ponerse de pie pero su cuerpo no le responde a su cabeza por lo que no tuvo más remedio que arrastrarse sobre el suelo con todas sus fuerzas, recorriendo el mismo camino que Lucha, haciendo un esfuerzo sobre humano porque su cuerpo reaccionará. Pero aún así sentía su cuerpo adolorido por la sobrecarga de movimientos y le resultaba cansado cada uno de ellos, pero el rencor es más grande y se encuentra decidido atrapar a esa mujer. Tenía esa esperanza.

Para cuando llegó al pie de la escalera sudaba, temblaba y hasta cansado estaba, se topó con Lala, Ortencia y Carmelo quienes acababan de entrar muy agitados a la hacienda. Estos últimos al ver en el estado en que estaba, abrieron los ojos de par en par sin poder creer lo que sus ojos veían. Pese a la apariencia cansada, estaba bien, bastante bien si había llegado hasta ese lugar.

-¿Y? ¿La atraparon? ¿Dónde está? -pregunta desesperado, aún con la respiración entrecortada.

-No, lastimosamente fue muy escurridiza -responde Lucha.

-¡Maldita sea! -gruñe conteniendo su ira y sin poder evitar estrellar su puño contra el suelo. -¡¿Pero, cómo la dejaron ir?! ¡Es una mujer por dios! ¿Qué tanto conoce estos precios como para desaparecer en sus narices?

-Pero Moisés ya está tratando de hallarla, patrón -habla Carmelo, reponiéndose de la sorpresa. -no debe estar muy lejos y ya avisamos al comisario, él ya puso a todos sus hombres a buscarla, así que no se preocupe esa mujer aparece porque aparece.

-Tienen que encontrarla -ordena.

-Si patrón. Ahora mismo yo voy a ir ayudar a Moisés así abarcamos más zonas y así no esté escondida en cualquier monte. También voy a llamar a los demás empleados, para ayuden a buscarla.

-Pero antes de que te vayas, ayúdame a llevar a Alejandro a su habitación -lo interrumpe Lucha. Carmelo estaba apunto de caminar directo a su ubicación pero las palabras de Alejandro, lo detuvieron de golpe.

-¡No! Yo no estoy ningún invalido, no necesito ayuda de nadie -se niega con determinación, incapaz de permitir que alguien lo carguen. Que lo humillen de ese modo.

-¿Qué pretendes? ¿Arrastrarse hasta tu habitación por mero orgullo, verdad? ¡E dado un a orden jovencito y cuando yo hablo tu obedeces! ¡Mira cómo estás, sudado, pálido, evidentemente cansado! ¡Obedeces! -grita Lucha, harta de la altanería de Alejandro sube las escaleras llegando a su lado y señalándolo. -¡Carmelo! ¡Llévelo ya a su habitación! ¡y no acepto un no como respuesta, ¿Comprende?! -acatando la orden, Carmelo también sube las escaleras y tomando a un malhumorado pero obediente Alejandro por las manos, lo carga. Ya más calmada se dirige a Ortencia. -comadre, por favor comunícate con el doctor y dile que venga urgente a la hacienda y trae algo de comer, algo ligero ya vez que acaba de despertar.

-Si, ahora mismo se lo subo.

Al ver desaparecer a Ortencia, Lucha camino directo a la habitación, donde Carmelo salia. Se despidieron para irse casa uno a su tarea y termino entrando, encontrado todavía ofuscado a Alejandro. Sin embargo, Lucha no iba a permitir quedarse con la intriga.

-Ahora si, me vas a decir, ¿Por qué esa pobre muchacha salió huyendo como si hubiera visto un muerto apenas te vió? ¿Y por qué estás tan agresivo? ¿Qué pasó con esa mujer?

Alejandro se mantuvo en silencio. No podía permitir que nadie supiera todo el infierno que el pasó. Nadie nunca deberá enterarse de lo que le hicieron. Ya se encargaría de los responsables... Porque cuando esa mujer estuviera frente a él se iba a encargar de hacerle pagar. Suspiro y miró a su nana, aún esperando una respuesta.

-Ay nana, no pasa nada. Es un asunto entre esa mujer y yo. Más bien, alista un auto que no pienso quedar ni una sola noche en este lugar.

La respuesta de Alejandro no la convenció, porque esa evidente que Alejandro no era el que soltaba la lengua con facilidad. Es más, cuando en verdad se empeñaba por no haber, era imposible que alguien lo hiciera hablar. Por lo que soltando un largo suspiro, se acercó a la cama y agarra sus manos, acunándolas.

-Primero, esperemos a que el doctor te revise -Alejandro chasqueo la lengua, en evidente desacuerdo. A Lucha se le llenaron los ojos de lágrimas recordando los tiempos de su niñez por lo que se propuso no ser tan ruda con él. -te prometo que apenas él te revise alistó todo para irnos esta misma noche si deseas.

Alejandro lo miró agradecido y aunque sus ojos no parpadearon, Lucha se dio cuenta que estaba conteniendo sus ganas de llorar.

-Bien, pues que venga el médico rápido. No soporto estar en cama, ya quiero caminar -reprocha. -¿Y mi teléfono? ¿Dónde está?.

-Por lo que sé, todos tus objetos personales se extraviaron en medio de tu "fin de semana loco".

Tras su respuesta, el corazón de Alejandro de hundió y el desespero lo invadió. En su teléfono tenía muchas fotos de Adamaris y de él juntos, tantos buenos momentos y recuerdos en aquel aparato extraviado le helaron la sangre, lo bueno es que tenía grabado su número en su memoria. Pero no pudo evitar lamentarse.

-¡¿Qué?! ¡No puede ser nana! Yo ahí tengo información privada... Fotos... ¡Demonios!.

-Bueno pues entonces siga llendo a fiestas locas y todo eso. Nadie lo manda hacer tantas locuras.

-Ya nana, no necesito tu regaño -dice, sintiéndose regañado.- Más bien, por favor consígueme un nuevo teléfono y pásame el teléfono de la casa necesito hacer unas llamadas, me voy a poner en contacto con la compañía telefónica; haber si ellos me ayudan a recuperar mi antiguo número, necesito también ponerme al tanto de todos los pormenores ocurridos en mi ausencia -se acordó de otro método para recuperar algunas fotos y aquello lo ánimo, sonriendo iluminándole también la mirada. - Haber si logro recuperar mi cuenta de correo y con eso la mayoría de fotos. Por cierto nana, ¿Qué demonios estamos haciendo aquí? ¿Porque estoy lejos de mi casa? ¿Por qué me trajeron aquí?.

-Así lo decidieron tus padres -responde unos minutos después de un tenso silencio y sin poder evitar que su voz tiemble.-después que le dieron salida del hospital decidieron instalarlo aquí.

El rostro de Alejandro fue perdiendo luz a medida que escuchaba las palabras de su nada, hasta que frunce completamente el ceño, analizando el significado de estas y encontrado el doble sentido. Conociendo el temperamento de cada uno de sus padres, supo de inmediato que su madre jamás lo dejaría olvidado, sobretodo porque ella había estado acompañándolo por un tiempo mientras estaba inconsciente, pero de su padre, por más doloroso que sea, lo cree capaz de cualquier cosa... incluso de haber contratado a esa disque enfermera para mantenerlo sedado y con esa idea el resentimiento creció dentro de su corazón, y con ella, una inmensas ganas de golpearlo. Tomó aire, sabiendo la verdadera respuesta.

-¿Decidieron? Dime nana, ¿Quién lo decidio? ¿Por qué mis padres no están aquí, conmigo? Cómo debe ser -pregunta, serio. Con la vena de la frente a reventarse de coraje. Lucha no tiene forma de refutar aquella pregunta. -¿Lo decidió él, a que no me equivoco? dame permiso -demanda, intentando levantarse de la cama a lo que la anciana, lo arroja nuevamente sin mucho esfuerzo.-¡Ey! -se queja, mirándola enfuruñado.

-A mi no me hables así muchachito malcriado. Yo puedo no ser su bendita madre, pero le limpie mucha caca desde que conoció el mundo como para permitir aquel tono autoritario. Me contuve hace rato porque usted no va aguantar una cachetada -gruñe en respuesta.-ahora estése quieto, que yo me ocupo de llamar al doctor -dice mientras saca su móvil apuntándolo con un dedo sin dejar de observarlo amenazante.-y de paso avisarle a su madre.

-No quiero que ellos se enteren -refuta impidiendo los planes de la mujer.-ellos no están aquí. A la primera oportunidad que tuvieron me abandonan y olvidaron y no dudó que pretenda ocupar lo que por ley me pertenece, pero seguro que ya lo sabrán y... ¡Ay!-exclama, adolorido ya que Lucha lo pellizca en respuesta, interrumpiendo sus inherentes pensamientos. Y al este alzar la cabeza para regañarla, su cerebro grita peligro al atraparla mirándolo en un mezcla entre furiosa y decepcionada.

-Definitivamente tienes atrofiado el cerebro. ¡Aparta esas ideas y cállate!. ¡¿Cómo es posible que se exprese así de sus padres después de todo por lo que los pobres han pasado?! ¡El irresponsable aquí es usted, no lo olvidé! Se fue, a vivir su vida loca sin importarle nada, sin importarle las cientos de familias que dependen económicamente de usted, la empresa, la dichosa herencia que por ley le pertenece. Se fue valiéndole un reverendo comino su familia, ¡Su vida misma! Y es capaz de juzgar a los demás por las acciones que ustedes deberían estar realizando y por la que cambio por una semana loca.

Alejandro frunce el ceño y hace una mueca, incapaz de aceptar las palabras de la anciana. Cruza de brazos de forma infantil mientras se sienta lentamente en la cama.

-¿Por qué te hago caso?

-Porque sabe que tengo razón, y porque le voy a dar unos buenos trancazos si no me hace caso. Ya es hora que alguien te rompa la tranca en la cabeza.

Alejandro abre su boca, bastante asombrado por la manera tan rara de hablar de la anciana.

-Nana, nunca te he escuchado hablar así.

La anciana bufa en respuesta.

-E sido demasiado condescendiente con usted, jovencito. Ahora le toca a la mala.

🥴🥴🥴🥴

Sin Comentario Queridos Lectores... Disfruten el Capítulo y Recemos Para Que Salga Uno Pronto 👀 Por Mi Lado, Trataré De Sacar Más Tiempos... Pero creo que Estos Serán mis 10 Capítulos Finales 🤷💋 Besos y Abrazos 💪

Continue Reading

You'll Also Like

41.4K 2.1K 45
Muchas veces la vida no es como la queremos, y las cosas nos salen un poco torcidas. No nacemos donde queríamos nacer o no somos lo que queremos ser...
466K 27.3K 43
¿Qué harías si quedas embarazada en tu primera vez? Y aún peor, el padre es el ex de tu mejor amiga. Marie Cibrián fue a una fiesta organizada por su...
2.1M 87.8K 55
Ella una chica tierna, hermosa, delicada, inteligente, amable que ama a su familia más que nada en este mundo, su único defecto ser tan directa y su...
186K 14K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...