En medio de una oscuridad profunda, unos mercenarios con mas de 110 personas marchaban hacia la batalla. La leve visión que teníamos provenia de unas antorchas especiales, hechas de unos trapos humedececidos con sangre y grasa de diferentes bestias. La formación ahora era pequeña y cuadrada, muy diferente a la larga fila con la que avanzaba el grupo mercante.
El grupo se había separado en tres roles, Zentrus lideraba la primera línea, atacando a corta distancia y deteniendo el paso de la hidra, Su compañera Rea lideraba la línea media, los magos de larga distancia atacaran primero y los usuarios de viento rescataran a los heridos. Por ultimo estaba la retaguardia, nuestro trabajo consistía en asistir la heridas lo antes posible, minimizando perdida, todo bajo el liderazgo de Freya.
Las ordenes de Zentrus eran firmes, repasaba los roles mientras avanzabamos y atacaba cualquier bestia que se acercara antes que pudiéramos verlo. Su larga experiencia en combates se había revelado ante mis ojos, su mirada al asesinar a una de estas criaturas no era temor si no pena, como si se obligara a una persona a pisar un pequeño roedor, el hecho de lastimar un ser tan vulnerable resultaba hiriente.
Zentrus -Estamos cerca, puedo sentir el olor de la sangre..es posible que atraiga mas criaturas, mantenganse en guardia-.
Tal como Zentrus había predicho, los cuerpos destrozados de los mercenarios habían atraído a multiples criaturas nocturnas. Los cuerpos eran mutilados y devorados por bestias cuyos ojos brillaron a la leve luz de la luna.
Zentrus -No veo a la hidra-. Efectivamente habían muchas criaturas al rededor, sin embargo, la hidra no era una de ellas.
Rea -No importa, tendremos que luchar-. Señaló mientras lo que parecia ser un murciélago gigante y sin ojos volteaba en nuestra dirección.
Con un fuerte chirrido de la esquelética criatura, tanto el como sus compañeros se abalanzaron contra nosotros. Algunas criaturas corrieron ante nuestros numero, sin embargo, más de 15 criaturas embistieron sin temor.
Las antorchas pasaron de mano en mano, algunas incluso fueron lanzadas sobre montículos de tierra o rocas para evitar un incendio. El sonido y reflejo de las espadas y dagas resonaron a mi alrededor, los mercenarios gritaron mientras con fuerza arremetian contra las bestias.
Nuestro grupo estaba conformado mayormente por magos, pocos de ellos disponía de habilidades en combate cercano, por lo que muchos individuos comenzaron a temblar mientras la repentina batalla había comenzado.
Era mi primera ves presenciando una batalla a gran escala, aún cuando el grupo mercante fue atacado previamente, el gran numero y terreno estaban a nuestro favor...sin embargo, nuestro numero era menor en esta ocasión, aún si manteniamos una ventaja numérica, nuestro grupo no se había preparado para este encuentro.
Las multiples criaturas atacaron de diferentes maneras, uno de ellos conjuro unas gruesas piedras que volaron en nuestra dirección como metralla, otros habían saltado a una gran altura y pretendía atacar desde arriba, por ultimo, estaba la bestia murciélago que genero un potente chirrido que casi podria hacer que alguien perdiera el conocimiento al ampliar su voz, seguramente utilizando magia de viento.
Las batallas grupales no suelen ser un problema muy grande, sin embargo, luchar contra diferentes especies al mismo tiempo significaría sufrir ataques de todo tipo y direcciones. Por lo general las bestias no colaboraran, sin embargo, rodearlas o superarlas en numero tenia esta clase de efecto.
Las espadas y conjuros en menor escala habían atacado y repelido los primeros ataques, sin embargo, era imposible esquivar tantos ataques diferentes.
Tan pronto como 4 bestias fueron asesinadas, la garganta de un mercenario fue cortada y 5 perdieron el conocimiento ante los múltiples y estruendosos chirridos. Sin lugar a dudas las batallas de este mundo eran brutales, con la vida de uno en juego en cada movimiento.
Zentrus -¡Tomen a los caídos y curenlos!-. Ordeno mientras aplastaba la cabeza de una criatura con unos grandes guantes de roca que envolvian sus manos.
La impresion causada por la escena frente a mi me había sorprendido tanto que había olvidado mi propósito. Había vuelto desde mis pensamientos gracias a una palmadita que nuestra lider Freya dio sobre mi hombro, dirigiendo a los sanadores a rescatar a los hombres caídos.
Algunos de ellos fueron pisoteado o alcanzados por ataques enemigos mientras la batalla continuaba, si sus cuerpos no eran recuperados podían ser tanto una molestia como un riesgo.
A pesar de haber leído sobre incontables batallas en libros, la naturaleza de una pelea real es tan cruel que uno podria morir aplastado por sus mismos compañeros, el hecho de que hubiera magia que permitiera atacar a larga distancia solo empeoraba este hecho.
Logramos recuperar los cuerpos y comenzamos a sanarlos, algunos de ellos habían recibido un golpe letal, muriendo antes de poder hacer algo. Cerraba los dientes con fuerza al ver como la lucha continuaba y mi corazon deseaba ayudar en la pelea.
Freya -Enfocate, su vida esta en tus manos-. Fui regañado por la bella mujer mientras colocaba sus manos junto a las mias y realizaba un cantico, ayudando a tratar las heridas internas.
Tatsui -Lo siento...solo deseo ayudar-. Dije mientras no pude evitar expresar rabia y tristeza. No había pasado un día desde que me uni a los mercenarios, aún a si, había sido aceptado e instruido por alguno de ellos, confiaban y cooperaban entre ellos para mantener sus vidas a salvo.
Freya -Muchos de ellos luchan y arriesgan sus vidas por que creen en que podremos salvarlos de la muerte, si dudas o sales corriendo para entrar en la batalla..solo causaras una preocupación innecesaria-. Agito su cabeza mientras el sangrado interno del mercenario de detuvo. -No puedes dejar que tus emociones nublen tu juicio, debes enfocarte en dar todo de ti en cada accion y dejar que los demás hagan lo mismo, no asumas todo por ti mismo-.
Sus sensatas y calmadas palabras me habían tomado por sorpresa, ella se veía muy calmada pero concentrada en su tarea. Al momento en el que el mercenario tocio con fuerza, recuperando el conocimiento, el rostro de Freya fue salpicado con fluidos de aquel hombre...aún a si, ella sonrió con una sonrisa de verdadera alegría.
Freya -Continua con el siguiente-. Dijo sin más antes de alejarse. No pude evitar preguntarme cuánta experiencia tenia ella en este tipo de situación, su amabilidad y compasión eran innatural.
La batalla continuo por un aproximado de 8 minutos, algunas bestias adicionales se habían unido al combate debido al olor a sangre fresca. El numero de fallecidos fue de 4 y el triple de heridos.
Rea-Ese fue el ultimo-. Refunfuñaba mientras pateaba la cabeza cercenada de un monstruo, como si fuera una pelota.
Zentrus -Aún no, debemos encontrar la hidra-. Su voz parecia molesta, aún que no podía identificar el por que.
Rea -Que molesto..-. La cabeza del monstruo fue arrojado a los pies de los mercenarios, sus rostros se veían cansados y preocupados.
Freya -Todos parecen agotados..tal ves deberíamos detenernos unos minutos-. Sus palabras de compasión habían hecho que varios mercenarios levantaran sus miradas, como si vieran a una diosa.
Zentrus -Hmm....no es mala idea, con la cantidad de sangre derramada seguramente la hidra vendrá a nosotros, si es que aún tiene hambre-. Con estas ultimas palabras, la alegría de todos fue cambiada por una profunda angustia.
Cada mercenario se veía abatido.. incluso aquellos mas viejos, con sus rostros llenos de barba y cicatrices, suspiraban ante la charla de sus superiores..sin lugar a dudas este trío era bastante extraño y llamativo.
Esperamos durante varios minutos, lentamente fuimos rodeados por mas carnivoros, afortunadamente se retiraron luego de unos ataques preventivos. La poca visibilidad otorgada por las antorchas, el acecho constante de las bestias y el fuerte olor a sangre comenzaba a doblegar los corazones de los mercenarios mas novatos, pudiendo escuchar como contenían sus quejas y llantos.
-¡¡Comandante Zentrus!!-. Se escucho un fuerte grito que se dirigida a nuestra dirección.
El hombre que corria en nuestra dirección era un mercenario, anteriormente lo había visto escoltar al lider del grupo comerciante. Su brazo había sufrido graves heridas, a cada paso que daba un rastro de sangre era creado, seguido por tres criaturas que lo perseguian.
La vida del pobre hombre estuvo a punto de extinguirse al ser alcanzado por las bestias, sin embargo, una pequeña pero veloz figura salio disparada en su dirección. La mujer que se llamaba Rea había avanzado volando hacia una de las bestias, propinando una fuerte patada que no solo lo lanzo por los aires, si no que de esta forma se estrello y derribo a sus dos compañeros.
Debido al veloz movimiento, el manto con capucha que ocultaba su cuerpo se había perdido en el aire, revelando un cuerpo repleto de plumas y unas patas de ave. Los murmullos no se hicieron esperar entre los mercenarios, aún que su rostro emplumado había sido un tema candente entre los hombres, su cuerpo hibrido era sin lugar a dudas muy llamativo.
Rea -¡Rayos!-. Grito antes de sujetar al mercenario que había salvado y dar un gran salto, tomando la capa en el aire y aterrizando cerca de nosotros.
Freya -¡Ten mas cuidado!-. La regaño mientras se posicionaba cerca del mercenario, curando sus heridas.
Rea -No molestes, solo..-. Mientras ambas mujeres conversaban, las bestias atacaron de nuevo, pero en esta ocasion fueron intervenidas por Zentrus y un grupo de magos de tierra, atacando y eliminandolas.
Zentrus -¿Y bien?, ¿Que fue lo que sucedió?-. Pregunto dirigiendoce al mercenario que habían salvado, tan pronto como sus heridas habían sanado.
-Nos enviaron a buscarlos, habían otros 4 hombres con migo pero fuimos emboscados en el camino, quizás estén muertos..-.
Zentrus -Es peligroso deambular por la oscuridad con un grupo pequeño, ¿Por que los enviaron?-.
-¡Es el campamento! ¡¡La hidra llego al campamento!!-.
Tan pronto como escucharon a su compañero, un fuerte golpe fue propinado a los mercenarios, con forma de un gran temor. Por otra parte Zentrus se veía tranquilo pero molesto.
Zentrus -¡Volveremos de inmediato, Magos de viento, vuelvan volando y ayuden a Rea a evacuar a los heridos, nosotros escoltaremos a los magos de curación de vuelta al campamento, andando!-.
Fue a si que nuestro grupo se dividió y rapidamente volvimos al campamento. No esperaba que la hidra nos hubiera rodeado desde su ubicación al campamento sin que nos encontraremos, solo esperaba que Elena estuviera a salvo.
Tal como había temido el campamento se había vuelto un infierno, las tiendas eran consumidas por las llamas y un fuerte olor a sangre impregnaba el aire. Al seguir el sonido de los gritos pudimos encontrarnos con los magos de fuego que se habían quedado atrás, se encontraban recitando canticos y atacando a la bestia con fuertes ataques de fuego.
Para mi sorpresa la hidra había crecido desde la ultima ves que nos encontramos, su cuerpo y cabezas eran mucho mas grandes, con unos brillantes ojos rojos impregnados de sangre.
Cuando los proyectiles de fuego fueron disparados en dirección a la hidra, una de sus cabezas grito, elevando un gran montículo de piedra desde el suelo que había formado una pared de tres metros, bloqueando los multiples impactos de fuego. Con el fuerte grito de otra de las cabezas, la pared de roca comenzó a chorrear un fuerte liquido rojo, comenzando a derretirse, a simple vista parecia magma.
Sin dar oportunidad a que los magos se defendieran, la gran y burbujeante pared de fuego salio disparada en forma de pequeñas rocas de fuego, derribando a los magos que gritaban en agonia.
Freya -¡Es terrible!-. Grito freya al ver como los magos de fuego se retorcian de dolor. -
Rea -¡Por fin llegan!, ¡transportamos a muchos heridos al lado norte, los que se quedaron intentaron detener a la hidra pero es muy peligrosa-.
Zentrus - Hicieron un buen trabajo, ahora es nuestro turno, ¡Andando!-. Dando la orden, Zentrus avanzo con algunos hombres detrás de el, sin percatarse que habían mercenarios incapaces de moverse a causa del miedo, fue solo luego de que Rea pateara sus traseros que comenzaron a avanzar.
Freya - ¿A donde vas?-. Me detuvo del hombro mientras intentaba avanzar detrás de los mercenarios. -Tenemos que curar a los heridos-.
Tatsui -Quiero ayudar en la batalla, ahora mismo los magos de fuego están luchando-.
Freya -Hay diferentes formas de ayudar y ser útil durante el combate, si crees que arriesgar tu vida en todo momento es la única forma de ser útil, entonces desprecias el esfuerzo de nuestro trabajo-. Al percatarme de sus palabras, observe como los magos de luz me observaban, temerosos y molestos por la situación.
Al final no pude objetar al ver como la mujer frente a mi me observaba con un rostro serio y molesto, donde antes solo había gentileza. Me resigne y segui al grupo de curación hacia donde se encontraban los heridos, muchos de ellos habían sufrido quemaduras graves y otros fueron perforados por lo que parecia ser estacas de hielo, sin lugar a dudas la hidra tenia habilidades diversas y peligrosas.
Busque a Elena entre las personas que habían escapado, sin embargo, no la encontré, temía que algo le hubiera pasado pero no tuve oportunidad de buscarla, Rea y los magos de viento traian volando a los mercenarios que resultaban heridos en combate, tan pronto como se habían recuperado volvian al campo de batalla. El trabajo y esfuerzo de los magos de luz era mas extenuante de lo que imaginaba, muchos debieron descansar y reponer energia luego de utilizar mucha magia, lo que ocasiono que durante un tiempo el trabajo recayera sobre mi y Freya.
La tensión y sonido de la batalla se prolongo durante un tiempo, luego de que dos horas habían pasado, el sol había comenzado a salir por el horizonte, acompañado por una extraña paz. La batalla fue muy larga, en este mundo donde un combate de vida o muerte podía definirse en segundos, las ultimas dos horas habían parecido una eternidad.
Cuando mas de cien personas caminaron hacia nosotros, muchos de ellos se tambaleaban, otros eran llevados a hombros por sus compañeros, muchos habían perdido la conciencia debido al agotamiento. Entre este grupo de personas, Zentrus caminaba cargando a una niña en brazos, se trataba de Elena.
Tan pronto la dejó en el suelo, me apresure a tratar sus heridas y comprobe su estado, afortunadamente se encontraba dormida y sus heridas eran superficiales, lo cual alivio el fuerte golpeteo de mi corazon.
Zentrus -Novato-. Mi observo con un rostro serio mientras me encontraba de rodillas frente a Elena. -Buen trabajo-. Dijo sonriendo, dándome unas palmadas en el hombro antes de retirarse.
Fin del capítulo.