Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERS...

By deapsanchez

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La vida, la rutina, el pasar de los días era tarea sencilla, cada uno vivía a su ritmo sin conocerse, sin hab... More

Sinopsis.
2: ¿Por qué?
3: Conflictos.
4: Te odio.
5: Creo que estoy loca.
6: Ambos podemos jugar el mismo juego.
7: Posesivo.
8: No soy alguien fácil.
9: París.
10: No lo puedo resistir.
11: Guerra, infidelidades y lágrimas.
12: ¿Celoso?
13: De vuelta a casa.
14: Alta bipolaridad
15: Intensidad.
16: ¿Qué rayos Johnson?
17: Todo tuyo.
18: Modelos.
19: La noche es joven, Jack no.
20: Estás loco.
21: Tú no...
22: ¿Cuándo dejarás de subestimarte?
23: ¿Esto es real?
24: Decisiones.
25: ¿Británico lunático?
26: Inmadurez.
27: Zoe, ella es mía.
28: Me la vas a pagar, Annie.
29: ¿Es cierto?
30: Aclaraciones.
31: ¿Disculpas?
32: Apoyo incondicional.
33: Enigma.
34: ¿Qué da tanta risa, Johnson?
35: Miami.
36: Enemigo del sol.
37: ¿Qué pasó ayer?
38: No me iré, Jack.
39: Un nosotros y nada más.
40: Por que eres mi mejor amiga y te amo.
41:Una habitación para dos.
42: El hubiera no existe.
43: Reencontrarlos.
44: Me tienes a tus pies, Cassie Clark.
45: Prioridad.
46: Te amo, papá.
47: Roselen Johnson.
48: Domingo.
49: ¡Feliz cumpleaños!
50: Grietas
51: El cielo está de fiesta.
52: "Nada grave".
53: Pánico-activado.
54: Cobarde.
55: Jack, estoy...
56: Esto parece de telenovela.
57: Lidia.
58: Por eso te amo.
59: ¡Hijos de su qué horror!
60: Las pantaletas de arcoíris.
61: Ésa película otra vez...
62: Bebé Johnson Clark.
63: Isabella.
64: Amenaza.
65: Simplemente perfectas.
66: Goals.
67: Detente, es mi hombre.
68: Eres mi feliz para siempre.
Epílogo.
IMPORTANTE LEER ESTO
SORPRESA
Hola ♡

1: ¿Qué es esto?

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By deapsanchez

—Cassie te doy 5 minutos para que despiertes y te vayas al trabajo —refutó mi tutor, Michael.

—Tranquilo, ya desperté —dije saliendo de mi habitación con toda la tranquilidad que mi pequeño cuerpo posee.

Bajé a paso perezoso las escaleras sin dejar de quejarme y maldecir para mí misma. Llegué hasta la cocina dónde estaba Michael sentado tomando de su café de todas las mañanas. Me senté a desayunar frente a él.

Mire frente a mí el plato con mi desayuno preparado por Michael, constaba de una tostada con crema de avellanas y una taza de café negro.

—¿Una tostada con nutella? —arqueé una ceja divertida, pues me encantaba molestarlo por los desayunos— ¿Es enserio?

Bufó y rodó los ojos con fastidio—. Soy un tutor, no un chef profesional —se defendió.

Oprimí los labios para no sonreír—. Ajam... sí cómo sea —reí. Y procedí a darle el primer bocado.

—Por cierto, casi lo olvido, aunque es claro que no lo olvidaría porque es muy importante...

—¡Ve al grano! —exclame desesperada al ver que solo le estaba dando largas a sus habladurías.

Sonrió de oreja a oreja—. ¡Feliz cumpleaños! —me abrazó.

¿Qué?, si mis cuentas no me fallan mi cumpleaños es mañana y no hoy. Porque debería estar segura de que hoy no es.

Me quedé paralizada entre sus brazos sin poder corresponderle el abrazo, pues con los suyos tenía aprisionados los míos a los costados de mi esbelta figura.

—Michael... Mi cumpleaños es mañana —dije con cautela.

Meneó la cabeza reiteradas veces con una sonrisa—. No, es hoy —aseguró riéndose.

Fruncí el ceño—. ¿Qué día es hoy? —pregunté más confundida de lo que ya estaba.

—¡Feliz cumpleaños! —gritó mi mejor amiga Zoe entrando por la puerta principal con una caja en sus manos.

Di un respingo y sentí que el pan se me atoraba en la garganta.

—¡Alguien dígame, ¿qué día es hoy!? —exclamé exasperada.

—El día en que naciste —dijo Zoe con un tonito fastidioso cargado de obviedad e ironía.

Y en shock...—. ¿Es enserio?, ¿es mi cumpleaños? —fruncí el ceño y por mis adentros comencé a ver mi calendario biológico.

—Sí, oh... —hizo una pausa y abrió los ojos de par en par—. ¡No puedo creer que hayas olvidado algo tan importante como tu cumpleaños Cassie! —me regañó Zoe.

Fruncí el ceño disgustada y me crucé de brazos.

—Tienes veinte años, y actúas cómo si tuvieras setenta —parloteó Michael mientras negaba con la cabeza.

Rodé los ojos con fastidio—. Cierra la boca —dictaminé y le saqué la lengua, Michael de igual manera me mostro la suya haciéndome reír, pues éste tipo de peleas estúpidas eran muy normales entre nosotros.

—Cassie, date prisa llegaremos, bueno llegarás tarde —dijo Zoe mientras tomaba una taza con café.

Suspiré y me levanté pesadamente, lavé mis dientes y me vestí, ambas subimos a su auto y nos dirigimos a mi trabajo el cuál no quedaba tan lejos. Una vez que llegamos, ambas bajamos de un brinco y nos dirigimos a toda velocidad a la agencia. Una vez dentro, nos acercamos a la oficina de John, quien es un gran amigo de mi familia desde hace años. Éste estaba sobre su escritorio revisando un papeleo, al percibir nuestra presencia su ceño se frunció levemente.

—Cassie, ¿qué haces aquí? —preguntó John despegando la mirada de sus hojas y luciendo bastante confundido.

—Vengo a trabajar —dije entrecerrando los ojos.

—Mira tu celular —suspiró y se frotó los ojos.

Tomé mi celular, tenía un mensaje. Tenía que ser una puta broma, ¿qué acaso es el día de "Cassie la despistada"?

"Cassie, hoy no vengas, tienes el día libre, feliz cumpleaños dulce Cassie".

—No me... arg —gruñí antes de terminar mi maldición.

Se preguntarán en qué trabajo, ¿no?, soy modelo junto a Zoe, se suponía que hoy haría una sesión, pero al parecer me cancelaron.

—Lo siento —me abrazó—. Feliz cumpleaños —susurró en mi oído y me entregó una caja pequeña de color rojo.

—Gracias —sonreí.

—De nada pequeña —besó mi frente.

John es una de las pocas personas que más se preocupan por mí.

Zoe y yo salimos, nos dirigimos al centro comercial.

MICHAEL SPARKS

Todo iba perfecto en éste día, excepto... Cuando recibí una llamada de la empresa de los Johnson, bueno la familia Johnson.

—¿Si diga? —respondí con cautela una vez que cogí el teléfono.

—Sparks, ¿tienes lo que te pedí? — preguntó ése señor con un tono cargado de entusiasmo.

Puta madre.

Trago saliva—. Sí, pero... ¿por qué ella?, ¿por qué ahora?

—Sus padres me dijeron que cuando la chica cumpliera veinte años tendría que casarla con mi hijo.

Odiaba esto, Cassie era como mi hija, pues la críe como tal y me dolía que las malas decisiones de sus padres, ahora le perjudicaran. Ahora que es joven, ahora que lo mejor en su vida estaba por comenzar.

—¡Es como mi hija! —exclamé de mala gana—, me niego a que se la lleven, es mía, es mi hija.

El señor suspiró algo cansado—. Lo siento, en éste caso no hay oposiciones menos si son por parte tuya. Son órdenes y las tienes que cumplir.

La rabia burbujeando por mis venas y sintiéndome cada vez más impaciente mientras los segundos en la llamada corrían.

—No se la va a llevar, menos la van a casar —mascullé.

Su risa burlona hizo eco por la línea telefónica—. Pruébame Sparks —dijo con un tono amenazante y corto la llamada.

CASSIE CLARK

—¿Por qué una bella chica como usted está tan sola? —preguntó un chico en mi oído.

Me moví bruscamente, hasta quedar frente a él. Y fue inexplicable el gran alivio que se instaló en mi cuando lo vi, mi novio.

—Nate —dije aliviada y relajando cada uno de mis músculos y sintiendo como mi pulso retomaba su ritmo cardíaco normal.

—Feliz cumpleaños hermosa —me abrazó la cintura y me dio un corto beso en los labios.

—Gracias —sonreí.

—Ew, que cursis son —dijo Zoe arrugando la nariz. Ambos miramos en dirección a la chica de cabellos color caramelo, quien bebía de su pajilla mientras nos observaba.

—Te falta amor —le dijo Nathan con una sonrisa divertida.

Zoe negó con la cabeza—. No gracias —dijo Zoe apretando los labios.

Ambos caminamos por el centro. Un chico de estatura normal piel morena y ojos café, se lanzó sobre mí, bueno lo empujaron hacía a mi accidentalmente.

—Wow, cuidado —lo sostuve de la espalda.

Me giró rápidamente encarándome, un destello de arrepentimiento cruzó su mirada—. Lo siento, lo siento, no quería, fue él —señaló a un alto moreno de cabello corto pero rizado color negro azabache.

—Está bien, no hay problema —sonreí.

—¿Estás bien amigo? —preguntó Nathan al castaño frente a nosotros de manera amigable.

Éste nos sonrió en grande—. Sí, sí, soy Cameron.

Sonreímos satisfechos—. Nathan, Cassie y ella... Zoe —nos presentó Nathan.

—Hola —dijimos Zoe y yo al unísono.

El otro chico se acercó rápidamente—. Hey lo siento, no sabía que Cam se lanzaría sobre ti —me dijo el chico moreno que lo había empujado.

—No, no te preocupes —sonreí.

El celular de Cameron comenzó a sonar, él lo tomó sonrió y contestó.

—Hey, ¿qué pasa? —rio—. Oh si, entendido vamos para allá.

—¿Quién es? —preguntó el alto moreno.

Cameron lo miró con una sonrisa mientras guardaba su celular en el bolsillo delantero—. Johnson al mando —dijo en tono burlesco.

¿Dónde he escuchado ése apellido antes?

—¿Johnson? —fruncí el ceño confundida ya que me parecía una referencia poco normal y bastante familiar.

Me miró con una sonrisa y asintió—. Un amigo —rio—. Bueno, nos vemos, oh, por cierto, Cassie, ¿no? —dijo Cameron.

—Si —afirmé con una expresión confundida.

—Feliz cumpleaños —dijo sonriendo.

Me quedé boquiabierta, ¿cómo sabía que era mi cumpleaños?, ¿o será por mi carrera de modelo? Esto era poco normal, no era una modelo reconocida, no tenía sentido que supieran tanto de mí, quizá mi nombre sí, pero mi cumpleaños no.

Ambos se fueron, Nathan o como yo le digo Nate, Zoe y yo fuimos a comer algo de eso volvimos a casa. Abrí la puerta encontrándome con un Michael muy desanimado tumbado en el sillón con su celular en las manos.

—¿Cassie? —preguntó Michael.

—Hey —sonreí mientras me acercaba a él.

Me sonrió y se puso de pie—. Ésta noche iremos a una cena, tu familia se reunirá con los Johnson y cenaremos con ellos.

Los Johnson... segunda vez que lo escucho en éste día.

Interesante.

—¿Muy bien?, ¿Qué tienes? —pregunte al verlo desanimado.

Me sonrió elevando solo una comisura—. Nada, estaba viendo una película —dijo desviando su mirada de mí.

—Está bien —reí y le di un abrazo el me estrujó y suspiró.

—Te quiero —susurró en mi oído.

—Yo más —dije apretándolo un poco más.

°°°

—¡Nate! —grité divertida.

—¡No me grites! —rio.

—¡Aaaaaaaah! —grité.

Él se lanzó sobre mí y me dejó caer en la cama, comenzó a hacerme cosquillas... mi maldita debilidad.

—¡Para, para me estás matando! —grité riendo.

—¡No! —río.

—¡Nathan!

Logré ver a Zoe en su celular, ella estaba muriendo de risa.

—¿Con quién hablas? —pregunté.

—Con nadie —se encogió de hombros.

—¿Nadie? —arqueé una ceja.

—¿Segura Zoe? —preguntó Nathan.

Nos miró confundida—. Ajam —dijo insegura.

Nathan y yo nos miramos, de eso nos lanzamos sobre ella y comenzamos a hacerle cosquillas.

—¡Ya paren! —gritó desesperada mente.

Nate y yo obedecimos y nos sentamos a su lado.

—Te damos un minuto para que confieses —dije.

—¡Enserio no hablo con nadie!

—Dame tu celular Zoe —arqueé una ceja y extendí mi mano.

Ella me lo entregó soltando un bufido, revise todo y nada, absolutamente nada. Ésta guerra de cosquillas solo fue una maldita pérdida de tiempo y aire.

—Tiene razón, no es nadie —dije devolviendo le su celular.

—¡Ja! —gritó triunfante.

—Después de la cena, ¿vendrás con nosotros? —preguntó Nathan.

Asentí—. Si, ¿a dónde iremos?

—¿Sabías quien también cumpleaños hoy? —preguntó Nate elevando ambas cejas.

Y pareciera como di Zoe y el manejaran un vocabulario diferente porque con solo una mirada ellos se entendieron—. ¡No! —exclamó Zoe divertida.

—Si —dijo Nathan asintiendo con la cabeza mientras sonreía.

Y yo solo me sentía más confundida.

—¿Quién? —fruncí el ceño.

—Joanna Ferreira.

—Ugh —arrugué la nariz.

—¿Qué? —rio.

—La chica más drogadicta de la tierra —rodé los ojos.

—Tú bebes en exceso y no decimos nada —reprochó Zoe encogiéndose en hombros.

—Shta —reí.

°°°

—¿Cassie? —dijo Michael tocando la puerta de mi habitación.

—¡Estoy lista! —dije abriendo la puerta.

Estaba orgullosa por el resultado, llevaba un vestido rojo de tirantes y abierto de una pierna, unos tacones beige, labios color rojo carmín y mi cabello rubio rizado solo un poco.

—Hermosa —sonrió.

—Gracias —sonreí.

Ambos subimos al auto y nos dirigimos a casa de mis abuelos la cual quedaba un poco lejos. Ver a mi familia unida era algo extraño, después de los de mi padre me alejé de ellos ya que literalmente todo con ellos solo logra que extrañé más a mis padres.

—Hola —dije entrando.

Todos me abrazaron y me felicitaron, comenzamos a charlar, me senté en un sillón junto a Michael.

—Llegaron —dijo mi abuela con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Quiénes? —le susurré a Michael.

En ése instante, la puerta se abrió con una familia que llevaba algunos segundos de ser bien recibida.

Los famosos Johnson.

Saludaron a todos, el señor se acercó a Michael y a mí.

—Pero, ¿quién es esta preciosa gema? —preguntó tomando mi mano y dándome una vuelta.

Extraño e incómodo.

—Cassie —reprochó Michael con su semblante neutro. El señor Johnson sonrió de oreja a oreja y se hizo a un lado.

—Cassie, él es mi hijo, Jack —dijo presentándome a un chico de como uno ochenta de altura, cabello color caramelo, unos ojos intensamente verdes y tez blanca.

Era guapísimo, tengo que ser sincera.

—Un gusto Jack, soy Cassie —le extendí mi mano con cortesía al bello chico frente a mí, porque cabe destacar que sí, si es guapo.

Su mano hizo contacto con la mía de manera delicada y suave, la elevó hasta sus labios y posó un suave y tierno beso que dejo un poco húmeda ésa área—. Igualmente, o, y feliz cumpleaños —sonrió.

Su cordialidad me hizo sonreír pues aparte de atractivo era educado, un eleve rubor se instaló en mis mejillas y aparte mi mano colocándolas detrás de mi espalda.

—Gracias —sonreí. Me devolvió la sonrisa y asintió.

A la hora de la cena todos nos dirigimos a la mesa, ahí el señor Johnson comenzó a hablar.

—Cassie, ¿tu familia no te ha dado la noticia? —me preguntó el señor Johnson tomando un poco de vino blanco en una copa.

Todos intercambiaron miradas confundidos. Y yo fruncí el ceño al ver su comportamiento. Pues la realidad el asunto es que yo no tengo ni la más remota idea de que está hablando.

—Oh lo siento, creo que tus padres sólo se lo dijeron a Michael y Raquel —agregó al ver mi cara confundida.

Raquel es hermana de mi mamá, es como mi madre.

—No, ella aún no lo sabe —dijo mi tía Raquel apretando los dientes mientras también le lanzaba una mirada fulminante.

¿Qué pasa aquí?

—¿Y qué esperamos?, ¿qué mejor noticia que está en el día de su cumpleaños? —dijo riendo de una manera tan maliciosa que solo logro instalar un ardor en la boca de mi estómago.

Muy bien... Esto no me está gustando para nada. ¿Qué me ocultan?

—No, no creo que sea lo mejor ahora —masculló Michael fulminándolo con la mirada.

—¿Qué pasa? —pregunté confundida mientras miraba a Michael.

Su ceño se relajó una vez que me miró, me sentí vulnerable, estúpida y desorientada. No tenía idea de que hablaba, pero sabía que era de mí.

—¡Te casarás con mi hijo! —exclamó el señor Johnson alegre.

Y el mundo de detuvo. Todo se convirtió en cámara lenta, el rostro de Michel cargado de culpa, mi semblante horrorizado, sentí como nos movimientos hasta encarar al señor Johnson eran lentos, así pudiendo ver los rostros de cada uno de mis familiares era: sorprendidos, felices, confundidos y algunos de desacuerdo.

Logré encarar al señor Johnson, quien mantenía su sonrisa amplía—. ¿Yo qué? —tragué saliva.

—¿Eh? —fue lo que Jack logró articular con el ceño fruncido.

Pues cuando mis ojos se toparon con los suyos, mantenía la misma cara de horror que yo.

Comencé a menear la cabeza reiteradas veces tratando de no hiperventilar. No quería tener un ataque de ansiedad justo ahora.

—No, no esto es un error —me levanté tomando grandes bocanadas de aire—. Tengo novio de acuerdo, tengo una vida y un trabajo no puedo casarme con él —señalé a Jack—, ni siquiera lo conozco.

—Tendrán mucho tiempo para conocerse —agregó el señor Johnson tomando un sorbo de su copa de vino blanco—. Toda una vida, hasta que la muerte los separe.

Hijo de puta.

Devuelvan me al momento en qué salude a Jack para regresarle el maldito beso que planto en mi mano porque ya no lo quiero.

—No, no, no, no puedo, Michael —dije exaltada. Miré a Michael rápidamente con la respiración agitada.

—Tus padres pidieron eso, cuando cumplieras veinte años, tendrías que estar con mi hijo, Jack Johnson —dictaminó el señor Johnson a mis espaldas, pues no podía dejar de mirar a Michael exigiéndole respuesta, y que su silencio solo me confirmara que era real, me dolía en el alma.

Con la rabia burbujeando dentro de mí, lo volví a encarar—. ¿¡Qué no pueden entender que me niego a casarme!? —exclamé.

¿Por qué nadie dice nada?, ¿por qué solo me observan y se mantienen callados?

—¡Cassie! —espetó mi abuela molesta.

—Lo siento, pero no quiero.

—¿Defraudaras a tus padres? —preguntó el señor Johnson elevando ambas cejas.

A esto se le llama manipulación.

Bufé y me senté de nuevo.

—No quiero —dije cruzando mis brazos.

—Tienes que hacerlo —dijo arqueando una de sus cejas.

—Es la peor noticia que me han dado, es el peor cumpleaños de mi vida —dije en voz baja.

—Cassie, por favor —susurró Michael.

Lo miré rápidamente—. ¡No! ¿¡qué le voy a decir a Nathan!? —dije molesta.

—Que te casarás con Jack —dijo el papá de Jack riendo como si fuera una situación de lo más cómica.

Lo miré con el ceño fruncido—. Nathan es mi novio, Jack no tiene ningún derecho a mí, ni lo tendrá.

Jack elevó una ceja disgustado—. Sé que no lo tengo, pero créeme tampoco me agrada la idea de estar contigo —espetó.

Te devuelvo tu maldito beso baboso.

—¡Entonces ambos estamos de acuerdo!, esto no ocurrirá —dije levantando mis manos—. Váyanse a la mierda —musité.

—Cassie espera un momento, ven acompáñame —dijo su padre.

Él y yo fuimos a la cocina, tomó aire y me miró.

—Tus padres quieren que te cases con mi hijo.

—Mis padres no están, están muertos —refuté cruzándome de brazos.

Suspiró—. Tengo una nota —dijo sacando pedazo de papel doblado, de su carísimo traje.

Como si fuera tan estúpida.

—Wow —rodé los ojos.

—Hagamos un trato, ¿sí?, cuando se casen tendrán una mansión para ustedes dos, podrán salir, pero, con la condición de volver, podrán ir visitas, una vida normal... Pero casada —dijo de manera relajada.

—No —dije volteando mi cara.

—¿Quieres que Michael esté bien? —preguntó.

¿Qué mierda está hablando?, he visto esté tipo de escenas antes y enserio si da miedo.

—Si —dije frunciendo el ceño.

—Hazlo por él —dijo sonriendo.

—¿Me estás amenazando? —pregunté levantando las cejas sorprendida.

Asintió despreocupado—. Si, supongo —dijo tomando un sorbo de su copa de vino tinto.

Tiene que ser una puta broma.

♡♡♡

Holaaaa, aqui les dejo a Cassie en multimedia

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te quieroooo, no olvides que puedes pasar por mis otras historias.

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