· Especial ·

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24 de diciembre de 2009

Las navidades en la Madriguera eran un completo caos desde que la familia había comenzado a crecer añadiendo nuevos miembros cada año. Desde Hope, la hija adoptiva de George y Emma, que ya tenía trece años, hasta Lucy, la hija menor de Percy y Audrey, que tenía dos años recién cumplidos, los primos Weasley contaban dieciséis.

Los dieciséis niños junto a los padres y los abuelos sumaban treinta y dos, y en las cenas familiares importantes, como la del día de nochebuena, llegaban a ser treinta y siete, porque siempre invitaban a Alfred y a su novia, Carol, y a Keira y Luna con su hija, Amélie.

Tenían que levantar una carpa enorme en el jardín de la Madriguera para conseguir meter a tantas personas en un mismo lugar, porque la casa se quedaba demasiado pequeña, y después se convertía en un dormitorio enorme para que toda la familia pasara la noche junta y al día siguiente pudieran abrir los regalos a la vez. A los primos les encantaba la navidad porque pasaban por lo menos tres días todos juntos jugando y haciendo fiestas de pijamas, pero para los adultos era casi una pesadilla, porque tenían que hacer demasiada comida, limpiarlo todo y asegurarse de que uno de los niños no saliera de repente volando por alguna de las travesuras que ideaban.

Los primos eran, en su mayoría, revoltosos. Hope y Victoire, las más mayores, eran también las  que intentaban organizar a todos los demás para hacer lo que ellas quisieran. Normalmente, trataban de convencerlos de representar obras de teatro en las que todos acababan enfadados por no conseguir el papel que querían. Cuando eso no funcionaba, pasaban a los juegos grupales que terminaban con niños llorando y otros revolcados por el fango.

La pesadilla de todos era el grupo de cuatro formado por las hijas de Fred, Eva y Georgia, la hija mayor de George, Vera, y la mediana de Bill, Dominique. Las cuatro tenían la misma edad y eran sumamente inteligentes, pero utilizaban su inteligencia para el mal. Vera era la de las ideas locas, Eva la que calculaba todo para que la idea loca no fuera extremadamente loca, Georgia era la que llevaba a cabo la idea y Dominique era la que pedía perdón de parte de las cuatro con su rostro angelical y su increíble capacidad de comunicación.

Las navidades anteriores, Georgia había salido despedida por la ventana del tercer piso con una manta enrollada alrededor del torso que estaba atada a otras tres sábanas. Vera había pensado que sería buena idea asustar a James y a Louis si de repente una de las primas aparecía volando por encima de sus cabezas y les robaba el tren de juguete que no les habían dejado probar. Eva fue la que calculó cuántas sábanas harían falta para sujetar a su hermana y que no se estampara contra el suelo cuando realizara el salto desde la ventana, Georgia fue la que, sin duda, se pidió voluntaria para saltar, y Dominique fue la que explicó entre lágrimas que todo había sido idea de James, que las había obligado a hacerlo.

Las cuatro terminaron castigadas, por supuesto, pero Ron jamás olvidará el momento en el que su sobrina de seis años cayó por la ventana sujeta por la colcha de su infancia y le robó el juguete a su otro sobrino y le dio con él en la cabeza como venganza. Bill, Fred y George tuvieron la audacia de felicitarlas por un plan tan magistral, y por eso se llevaron dos collejas cada uno de parte de Fleur y Bella, que no pudo comer nada durante la cena de nochebuena por el susto tras ver a su hija saltando desde la ventana al grito de "¡Toma esa, James!". Emma, por suerte, jamás se enteró, o George habría pasado varios días durmiendo en el sofá como castigo.

Después de James y Louis, llegaron casi a la vez Molly, la primogénita de Percy, Mason y Cedric, los gemelos de George, Rose, la primera de Ron, y Arthur, el segundo de Ginny. Las navidades de aquel año fueron una sucesión de gritos, llantos y pañales volando por los aires. Era una suerte que Charlie fuera buenísimo con los niños y fuera capaz de calmarlos acunándolos y contándoles historias sobre dragones. Todos los niños Weasley querían ser domadores de dragones como él, y Molly juraba que ellos serían los que la enterrarían con tantos disgustos.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now