Capítulo 3 · La visión ·

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—Bonita túnica de Gryffindor.

Emma llevaba diez minutos desayunando en el Gran Comedor. En su plato quedaba media tostada con mantequilla y un trozo de manzana, y frente a ella había un vaso de leche al que solo le quedaban dos tragos. Todavía seguía abrumada por la cantidad de comida que aparecía frente a ella en cada comida. Desde luego, en Ilvermorny el desayuno estaba colocado a modo buffet y cada uno se servía solo lo necesario porque siempre había cola, pero en Hogwarts podías comer hasta reventar.

Se giró a ver quién se sentaba con ella y con Maisie y Verónica, que la acompañaban en el desayuno.

Uno de los gemelos, no estaba segura de cuál, se colocó justo a su lado izquierdo. Él se giró y le dedicó una sonrisa somnolienta, como si esperara a que ella respondiera a aquel comentario.

—Estaba claro que serías Gryffindor —comentó la voz del otro gemelo sentándose justo al otro lado de ella.

—No mientas, Fred—le reprendió el hermano de la izquierda—. Habías dicho que tenía cara de Ravenclaw.

—Es solo porque parece muy inteligente, ¿me equivoco? —preguntó Fred a su derecha.

—No sé —contestó Emma, agobiada por tantas preguntas a las ocho de la mañana—. Lo normal, supongo.

—Sí eres inteligente, sabías cómo defenderte de un dementor —intervino Lee sentándose frente a ellos, junto a Verónica.

—Tú no mientas tampoco, Lee, tú dijiste que sería Hufflepuff.

—Es que tiene cara de buena chica.

—Bueno, sea como sea, yo tenía razón, así que ya sabéis lo que toca —anunció George, extendiendo sus manos sobre la mesa.

Fred y Lee suspiraron con exasperación y colocaron algo sobre sus manos. Lee dejó un galeón, y Fred depositó lo que parecía ser una caja de grageas.

—¿Hicisteis apuestas sobre en qué casa entraría? —preguntó Verónica poniendo la vista en el cielo—. Siempre estáis igual.

—Es lo que mejor se nos da

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—Es lo que mejor se nos da. Además, yo tenía razón, Emma es una Gryffindor—declaró George con orgullo. Colocó un brazo alrededor de Emma y la acercó hacia él—. Ya me caes bien, chica americana, me vas a hacer de oro.

Emma se apartó educadamente, con el ceño fruncido.

—¿Y exactamente por qué pensabas que era Gryffindor? Si era Ravenclaw por mi inteligencia y Hufflepuff por mi aspecto gentil, ¿qué hace a un Gryffindor? —preguntó ella con genuina curiosidad.

—Suelen decir que la valentía—propuso Maisie—, aunque yo soy más cobarde que un chihuahua. ¿Sabéis qué perro digo? A los muggles les encantan, pero a mí me parecen bolas de pelo temblorosas. ¡Aunque son monos, en cierto modo!

Emma pensó que no era un símil muy acertado, ya que jamás había visto a un perro más agresivo que un chihuahua, pero le pareció un comentario muy dulce. Maisie era de esas personas que parecen ingenuas pero no tienen ni un ápice de maldad en su interior. Sabía que se llevarían bien.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now