Capítulo 5 · Amigos ·

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—Creo que todavía no nos han presentado.

Emma se encontraba a solas por primera vez desde que había llegado al colegio. Sin sus amigos, quienes casualmente tenían algo que hacer, y su hermana, que tenía lecciones de vuelo, ella había decidido usar su tiempo libre en solitario para realizar una de sus actividades más añoradas: leer.

Con el paso de los días, la luz solar era cada vez más escasa, así que Emma intentaba aprovechar las pocas horas de sol que quedaban aquella tarde leyendo frente a la ventana de la sala común. Ya no recordaba cuánto le gustaba la sensación de las hojas de papel contra su dedo índice mientras aguantaba el libro, o esa extraña ensoñación en la que se sumía cuando la lectura era lo suficientemente interesante como para hacerla abstraerse de sus alrededores y hacer que saliera de su fantasía unos buenos minutos después, dándose cuenta de que la vida había seguido sin que ella participara en absoluto.

Miró hacia la chica que le había hablado.

Isabella O'Connor.

En todos los días que llevaba en el castillo, no las habían presentado, aquello era cierto, aunque ambas sabían perfectamente quién era la otra. Compartían habitación, mesa en el comedor y todas y cada una de las clases, pero de alguna forma la rubia se las había apañado para irse a dormir y cerrar las cortinas antes de que Emma llegara a la habitación y de levantarse y vestirse antes que nadie, sin cruzar una sola palabra con ella.

En clase, se había dado cuenta de que Isabella era una buenísima estudiante. Se notaba que había estudiado el contenido de las clases antes de que estas tuvieran lugar, y que aunque se ganaba miradas de soslayo de sus compañeros por ser una sabelotodo, a ella le importaba mucho más el aprecio de los profesores. Emma había tratado de participar en las clases todo lo posible, pero pronto se había dado cuenta de que Isabella verdaderamente era la alumna más brillante del aula y, por las miradas que le había dedicado cuando Emma había levantado la mano para decir una respuesta, que no le gustaba que nadie le quitara ese puesto, como había dicho Verónica.

Maisie le había dicho que lo mejor sería alejarse de ella y no cruzarse en su camino, pero Isabella parecía haber decidido que quería entablar una conversación con ella. Emma leyó su rostro sin saber discernir ni una sola cosa acerca de lo que escondía. Isabella no parecía estar intentando ser amable, pero tampoco la miraba con la normal desidia que la caracterizaba.

—No, soy Emma Blackwood. —Se levantó y cerró el libro con un golpe sordo, decidiendo en ese momento que le daría un voto de confianza a la desconocida—. ¿Tú eres Isabella, verdad?

—Así es—respondió, pasando su cabello de delante de sus hombros hacia atrás con marcada elegancia. Emma pensó que todos los movimientos que hacían parecían previamente ensayados por la delicadeza con la que los realizaba—. Pero todos me llaman Bella.

—Un placer.

Hubo un silencio incómodo de algunos segundos. Emma hizo un rápido recorrido con su mirada por la sala común. En esos momentos, solo encontró a unos alumnos de cuarto, otros pocos de primero que jugaban al ajedrez y a Hermione, sentada en una de las mesas escribiendo sobre un pergamino.

—La gente no deja de hablar de ti —comentó Isabella, sacándola de nuevo de sus pensamientos.

—Bueno, es solo porque soy la novedad. Calculo que el lunes todos se habrán acostumbrado ya a verme. —Emma se encogió de hombros con una sonrisa tímida—. Aunque he oído también que hablan sobre ti.

—¿Ah, sí?

Bella parecía sorprendida de escuchar aquello, aunque Emma no sabía si terminar de creerse aquel gesto. Parecía acostumbrada a que todos hablaran sobre ella y no parecía disgustada ante esa perspectiva. O quizás Emma solo lo pensaba por lo que la gente le había advertido sobre ella.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now