Capítulo 11 · Tres segundos ·

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No, no eran novios de mentira. Le explicó a Oliver que solo quería que George lo pensara, él y nadie más. Especialmente porque no quería hacer daño a Maisie, que estaba tan enamorada de Oliver. Se lo iba a contar en cuanto tuviera oportunidad.

Entró en el Gran Comedor a la hora de la cena con una sonrisa radiante. No era fingida del todo, ya que había pasado la tarde hablando con Oliver y se lo había pasado muy bien al hablar de algo más allá del Quidditch. Sus amigos la observaron con un gesto extrañado, pero no dijeron nada al principio, aunque Verónica la observaba con ojos llenos de sospecha.

 Sus amigos la observaron con un gesto extrañado, pero no dijeron nada al principio, aunque Verónica la observaba con ojos llenos de sospecha

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—¿De dónde vienes tan feliz? —preguntó Verónica con una ceja levantada—. No será por el trabajo de Historia de la Magia, porque yo me he dormido tres veces encima del pergamino.

—Nada, he estado dando un paseo.

Notaba la mirada de George encima de ella. Estaba consiguiendo el efecto deseado: llevaba dos días hablándole solo lo estrictamente necesario, una de ellas para darle los deberes erróneos. Aún no se había dado cuenta de que estaban mal, porque el profesor no los había corregido. Sin embargo, el chico sabía que había hecho algo para molestar a Emma y de verdad no sabía el qué.

Aunque sí sabía por qué venía tan feliz. Tenía las mejillas sonrosadas y parecía reírse silenciosamente por algo que recordaba. Normalmente se guardaría la información que tenía, pero George no pudo evitar soltarla en cuanto tuvo la oportunidad.

—¿Qué tal con Wood?

Emma dejó de comer al segundo, dejando su tenedor suspendido en el aire.

¿Cómo sabía que había estado con él? Se había asegurado por completo de que no los había estado mirando durante su paseo en el jardín, porque había pasado toda la tarde buscándole por todas partes. Había decidido entonces intentar que los encontrara juntos en la sala común, y ya lo había planeado con Oliver para que ocurriera al día siguiente.

Pero ahora era muy tarde.

Miró durante medio segundo a Maisie con terror por si ella se tomaba mal que hubiera pasado la tarde con el chico que le gustaba, pero esta solo miraba a George sin comprender qué estaba ocurriendo.

—No sé a qué te refieres —mintió Emma, cortando un trozo de pescado.

—¿No has estado toda la tarde con él en el jardín trasero?

Emma miró sin querer a Oliver y el muy tonto la saludó con alegría y le guiñó el ojo, cosa que no pasó desapercibida por los demás. Así no había quien mintiera.

Oliver, ese no era el plan.

Lo cierto era que no sabía cómo continuar aquella conversación. Nunca había hecho nada parecido solo por llamar la atención de alguien. Se sentía patética, en realidad, y lo peor de todo era que parecía estar dando resultado, porque George parecía molesto.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora