Capítulo 53 · Occultantem ·

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Snape estaba realizando un Juramento Inquebrantable con una mujer de pelo rubio platino bajo la atenta mirada de Bellatrix Lestrange. Emma no podía escuchar las palabras que decían, pero por el rostro de los dos, adivinó que no era nada bueno.

Se despertó por el sonido del pico de una lechuza contra la ventana de su habitación. Aquel sonido tan repentino la sacó del sueño con tanta prisa que casi temió olvidarse de los detalles, así que tomó el cuaderno que normalmente tenía junto a su cama y apuntó las palabras Snape, rubia, Bellatrix y Juramento Inquebrantable.

Solo entonces se apresuró a abrirle la ventana al ave, que entró a la casa con un paquete colgando de una de las patas. Emma le acarició la cabecita a modo de agradecimiento y le dio una chuchería para que estuviera entretenida mientras deshacía el nudo del paquete. La lechuza se marchó en cuanto terminó su manjar.

Quien sea que lo ha enviado, no quiere recibir nada de vuelta.

Era otro paquete de su madre, lo reconoció a simple vista. Lo dejó en su escritorio y encendió la luz de la lámpara con un toque de varita. A continuación, retiró el envoltorio y encontró una cajita, pero sobre ella había una carta. La abrió con las manos temblorosas, casi llorando al ver la letra de su madre. Sin embargo, la firmaba Beedle el Bardo. Emma sonrió al ver ese detalle antes de posar la vista sobre el saludo:

Querida Emma:

Me he arriesgado a enviarte esto, pero es muy importante. Creo que comprenderás sin problemas de qué se trata en cuanto veas el contenido, pero prefiero no explicar nada por si alguien intercepta esta lechuza. Sé que eres muy inteligente y lo entenderás enseguida.

Enhorabuena por tus resultados en los ÉXTASIS y tu nuevo trabajo. No te imaginas lo orgullosa que estoy de ti, siempre supe que eras especial. Os echo mucho de menos, no quiero que jamás lo dudes, pero estoy segura de que pronto nos podremos reencontrar. Cuida mucho de tu padre y de tu hermana, como has hecho hasta ahora.

Cuando veas lo que hay en la caja, tienes que tener mucho cuidado, ¿de acuerdo? Sé que sabrás tomar la decisión correcta. Aunque a veces no sea la más legal.

Con todo mi amor,

Beedle el Bardo.

Emma se enjugó las lágrimas y abrió la cajita. En su interior, había una hoja de mandrágora dentro de un sobrecito, una cucharita de plata y dos frasquitos, uno que contenía una especie de crisálida y otro que estaba vacío. Levantó el bote con la crisálida y se quedó mirando aquello. No comprendía absolutamente nada, y sin embargo, todo le parecía familiar. Miró la caja otra vez y vio que tenía unas alas de pájaro grabadas en la tapa. ¿Un pájaro? Su madre siempre la había apodado pajarito, pero tenía la sensación de que no era casualidad.

Tardó unos cuantos minutos en barajar diversas hipótesis. Tenía claro que aquellos obsequios no eran regalos sin más; tenían todo el aspecto de ingredientes de alguna poción, pero, ¿cuál?

Entonces se acordó.

Corrió hacia la estantería donde guardaba todos los libros de clase y buscó uno de Pociones de sexto curso. Lo abrió de golpe y rebuscó entre las páginas, hasta que encontró la Poción para Animagos. Ahí estaba todo lo que había incluido su madre en la caja, solo faltaba el rocío, que debía recogerse a mano durante la preparación de la poción, y el cabello de la persona que pretendía convertirse en Animago.

Se dio cuenta entonces de que no era tanta sorpresa. Había tenido una visión sobre eso después de las vacaciones de navidad, cuando se había visto con un frasco en la mano bajo una tormenta eléctrica. Aquello iba a ocurrir, sí o sí, y su madre también lo había visto.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now