Capítulo 56 · Inevitable ·

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—Estás preciosa —le susurró George al oído antes de darle una caricia en la cicatriz de la oreja.

Emma se giró con una sonrisa cargada de picardía. Llevaba su traje de dama de honor a juego con el de Verónica, un vestido lila de manga larga y encaje con un ramo de flores amarillas. Maisie y Oliver se casaban el día de Nochebuena por la tarde, por lo que la cena la realizarían durante el banquete, con todos sus seres queridos. Aquel día también era especial para Emma y George, porque se cumplían dos años desde que estaban juntos. Le parecía increíble lo rápido que había pasado el tiempo desde aquella primera navidad en la Madriguera. Las cosas habían cambiado tanto que a veces se quedaba perdida en sus pensamientos, casi suplicando que todo lo malo hubiera sido un mal sueño.

Terminaba regresando a la realidad y dándose cuenta de que todo era muy real. Maisie tenía una hija y se iba a casar. A Emma la perseguían los mortífagos. Voldemort estaba esperando atraparla.

—Tú tampoco estás nada mal —musitó ella, arreglando su pajarita con cuidado.

George posó sus manos sobre las de ella y plantó un beso en sus nudillos. Le dedicó una mirada que intentaba por todos los medios ser de felicidad, pero Emma veía por el color de su aura que estaba igual de preocupado que todos los días, por mucho que tratara de ocultarlo.

Siente miedo por mí.

—Emma, si tuvieras que irte, me lo dirías, ¿no?

—Te lo juro.

Él asintió, pero no parecía cómodo con la respuesta ni con lo que ello significaba.

—¿Por qué no puedo irme contigo?

—Porque tienes un negocio que cuidar y porque es muy peligroso. Además, no te he visto en las visiones, así que tú no vienes —sentenció ella. Le parecía que, cuando hablaba así de tajante, se parecía mucho a su madre hablándole a su padre. Alfred siempre había sido el más cariñoso de la pareja, el que se preocupaba en sobremanera, y Amelia siempre había sido la que atajaba los problemas de raíz y se dedicaba a curar las heridas después. Eran dos formas de cuidar a los demás igual de efectivas. Emma quería tanto a George que no se atrevía a llevárselo con ella y arriesgar su vida, así que no iba a dejar que sus sentimientos se interpusieran en su seguridad.

Como hizo mamá con nosotros, por mucho que se lo reproche sin parar.

—Oye, no vamos a hablar de esto ahora, ¿vale? Hoy es un día muy especial, no quiero hablar de cosas tristes, George.

El chico sonrió lentamente y asintió, rodeando su cintura con los brazos y acercándola a ella para besarla. Ninguno cerró los ojos en ese abrazo. Emma pensaba en cuánto lo echaría de menos. George pensaba que podía escuchar las manecillas del reloj restándole segundo tras segundo del poco tiempo que le quedaba junto a ella.

 Emma no dejó de llorar en toda la ceremonia, especialmente porque las auras de los recién casados resplandecían de felicidad, y le pareció precioso ver cómo se unían cuando se habían dado el beso tras el sí quiero

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 Emma no dejó de llorar en toda la ceremonia, especialmente porque las auras de los recién casados resplandecían de felicidad, y le pareció precioso ver cómo se unían cuando se habían dado el beso tras el sí quiero. La madre de Maisie sujetaba a Hope y la acunaba, y eso por alguna razón la hacía llorar todavía más, al ver a la bebé tan inocente y segura en los brazos de su abuela.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now