Capítulo 31 · La chica más solicitada ·

2.7K 279 312
                                    

Una de las peores consecuencias de haber terminado la relación con Cedric era que todo el colegio lo sabía.

Siempre habían sido una pareja medianamente popular. Cedric era el capitán del equipo de Quidditch, ese prefecto de Hufflepuff tan guapo y amable que siempre tenía una sonrisa que ofrecer. Emma era la chica nueva americana que hacía unas piruetas impresionantes sobre la escoba. También era esa chica que había llorado tanto en clase de Defensa, la que había sido atacada por un dementor.

Ahora, con el Torneo, era mucho peor, especialmente tras aquel artículo de Rita Skeeter. Aunque no sabían cuál era el motivo de la ruptura, Emma sentía que todas las miradas que la perseguían por los pasillos eran de personas que le echaban la culpa. Rita había dicho que no era digna de fiar, que venía de una familia oscura. Seguramente, todos pensaban que era igual de malvada que ellos.

Por suerte, además de sus amigos, Cedric e Isabella, nadie sabía el motivo real. Confiaba en que Isabella fuera lo suficientemente inteligente como para no ir contando la verdad por ahí, porque esa vez, Emma no se lo dejaría pasar. Iría directamente a McGonagall si hacía falta.

No había vuelto a hablar con Cedric desde entonces, y cada vez que se cruzaban por los pasillos se dirigían una mirada de lo más lastimosa y Emma tenía que irse corriendo al baño para tratar de evitar romper a llorar frente a toda la escuela. Coincidían en algunas clases y Cedric se había saltado varias, pero los profesores no lo tenían demasiado en cuenta porque no tendría que examinarse debido al Torneo.

Emma también había evitado quedarse a solas con George. Él le estaba dejando su espacio, sabiendo que necesitaba un tiempo para perdonarse un poco por lo ocurrido con Cedric. No iba a insistir cuando sabía que Emma no quería hablar del tema y, al fin y al cabo, le había dicho que esperaría.

Quienes no la dejaban sola eran sus otros amigos. Habían comprendido que Emma necesitaba hacer cualquier cosa menos pensar en lo ocurrido una y otra vez, y eso era lo que ocurría cuando se alejaba de los demás.

Hermione, por ejemplo, se la llevaba a estudiar a la biblioteca y hacía más preguntas de lo necesario. Eran preguntas lo suficientemente intrincadas como para que Emma tuviera que pasarse un buen rato recopilando información antes de darle una buena respuesta. Así, pasaban la tarde sin llegar a mencionar lo ocurrido.

—Es irritante —susurró Hermione con la mirada puesta en la señora Pince, la bibliotecaria—. Siempre que viene él, le sigue un grupito de chicas pesadas que no dejan de soltar risitas.

Emma miró hacia sus espaldas. Viktor Krum estaba en ese momento en la biblioteca estudiando, lo que significaba que medio colegio estaba ahí también, observando todos sus movimientos. Emma se giró para ver el aura de su amiga de un tono verdoso.

—¿Celosa? —preguntó, con una sonrisa ladeada.

—¿Qué? Pff, ¡no! —aseguró Hermione con las mejillas sonrojadas—. Claro que no, digo que me molesta porque es muy difícil concentrarse con los soniditos que hacen.

Emma miró hacia el grupito de chicas y pensó que Hermione tenía razón. Viktor estaba sentado en la mesa más cercana a la de ellas, y lo descubrió observando a Hermione un par de veces. Era más que evidente que se había fijado en ella, por eso mismo se encontraba en la biblioteca. Ni siquiera se había molestado en sacar un pergamino para escribir, solo estaba con un libro abierto y nunca se molestaba en pasar la página para fingir que lo leía.

—Voy a hablar con él —determinó Emma, poniendo ambas manos sobre la mesa para darse el impulso.

—¿En serio? —preguntó Hermione, alarmada—. ¿Por qué?

I Didn't See You  · George Weasley ·.Where stories live. Discover now