–Tienes toda la razón.

La cojo, subiéndola a mi espalda, sus piernas rodean mis caderas y sus brazos acorralan mi cuello como si quisiera tenerme totalmente a su merced.

–Eres perfecto ¿lo sabías?

–Creo que sí me lo has dicho antes –beso sus manos cruzadas en mi pecho, siento su respiración golpeando mi cabeza, lo que es cada vez más desconcertante porque recorre desde mi nuca hasta la punta de los pies.

–Sabes, me gusta –masculla a mi oído.

–Te gusta qué.

–Esto –sus manos palmean mis brazos, luego cruzan mi abdomen, acarician mi pecho y en seguida lo presionan–, todo esto…estás fibroso.

Cielos, eso suena tan excitante

–Lo dices como si fuera algo de comer.

Ary no responde, y un insólito silencio recae sobre nosotros otra vez. No sé qué mierda es lo que sucede ahora, pero esto me incomoda, me gustaría hablarlo, me gustaría entender qué pasa. Pero entonces ya estamos frente a la puerta de su casa y ella se ha deslizado suavemente de mi espalda hasta llegar al suelo.

Por fuera, en la fachada del hogar, no hay señales de una fiesta, eso es bueno, tal vez consiga hablar con Ary, llevármela lejos de aquí cinco minutos y entender lo que nos sucede. Ahora me arrepiento de haber enviado el mensaje hace diez minutos, pero como no sucede nada, la tomo de la muñeca evitando que siga buscando las malditas llaves dentro de su bolso.

–Oye…                                                                                                       

–Tenemos que hablar –digo sin vacilar un segundo, miro por sobre mi hombro, no hay luces, ni ruidos, nada…

–Jake…

Doy un respingo cuando el teléfono vibra en mi bolsillo trasero. Y por un segundo de furor pienso en lanzarlo al suelo. No hay nada que deteste más que interrumpan en momentos importantes.

Contesto.

–¿Dónde coño estás, Jake? –grita Josh por el otro lado del teléfono y lo gracioso es que su voz se oye desde el otro lado. Ary abre mucho los ojos.

–Afuera, pedazo imbécil…                      

Mis palabras quedan suspendidas en el aire, de pronto la puerta se abre de par en par, un grito de sorpresa resuena como eco en toda la cuadra, y una masa de cuerpos ha raptado a Ary.

Al final eso sucede, no veo su expresión, eso es todo.

La he perdido.

Respiro varias bocanadas de aire antes de decidirme a entrar, porque hay tantas personas que prácticamente debo luchar para pasar a traspiés entre el gentío. La casa está atiborrada de…bueno, de todo.

Ary.

Todo sucede demasiado rápido.

Gritos, abrazos, gritos, abrazos, y estoy lejos de Jake.

Solo túOù les histoires vivent. Découvrez maintenant