Diez.

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–Sabes algo Arianna.

La voz de Jake es dura, y solo me llama por mi nombre completo cuando está bromeando o bien está enojado.

Ahora claramente está muy molesto.

–¿Qué, Jake?

–No sé qué diablos te sucede. Ni por qué mierda quieres irte sola, no es necesario que me andes con rodeos, solo puedes decirme que sales con alguien o no quieres que te lleve a casa.

¿Qué?

Me giro en el asiento a punto de explotar.

–Solo lo hago por ti, Jake Thomas, creyendo que es aburrido para ti esperarme la mayoría de los miércoles. Además, se supone que eres mi mejor amigo, por qué no te diría que salgo con alguien o qué sé yo. Pues no es así y no veo los motivos para no decírtelo si es que llega a suceder…y en cuanto a qué me sucede. ¡Qué rayos te pasa a ti! Desde cuando eres tan antipático con las personas. Es acaso te diste cuanta de lo poco modesto que fuiste recién allá arriba. Hiciste sentir horrible a Nick.

–Y eso a mí que me importa.

–¿Qué te importa? ¡QUÉ TE IMPORTA! ¡Nick es mi amigo! ¿Tienes idea de lo que significa ser una persona auténtica y que nadie lo reconozca nunca? ¿Sabes lo que es vivir siendo invisible para todos? Pues Nicholas es gay y le ha costado un mundo poder tener amigos, para que vengas tú y lo ignores como si no existiera otra vez.

Su mirada se ensombrece, como si lo que yo he dicho le hubiese cambiado el modo de ver las cosas pero no dice nada, ni siquiera una simple disculpa.

–No sé qué es lo que te pasó allá arriba, pero si fue porque creíste que él podía ser mejor amigo que tú entonces me decepcionarías mucho, Jake. No quiero pensar que eres egoísta.

<<Me has pedido que deje de hablar con Kent porque no es buena persona, y yo lo he hecho porque confío en ti. Sin embargo tú no quieres que yo me moleste porque te veo hablando con Megan siendo que te he advertido sobre el tipo de chica que es, Jake, te he dicho que te mantengas en distancia.

Sigue sin decir nada, tiene el semblante duro e inflexible, y la verdad es que esa actitud más que molestarme me hiere, me lastima mucho.

–Eres un desconsiderado.

Me pongo los auriculares cuando comprendo que él no dirá nada, y creo que nunca en mi vida me he sentido más incómoda que ahora. Verlo conducir siempre me ha parecido emocionante porque se concentra y puedo verle el perfil de su nariz recta o sus manos agarrando firmemente el volante. Sin embargo ahora tengo tanta ira que ni siquiera tengo deseos de mirarlo. Clavo mi vista en la carretera las luces que pasan efímeras me terminan pareciendo divertidas y no hago nada salvo tararear canciones en murmullos muy bajos hasta que Jake aparca frente a mi casa, pero sin apagar el motor ni las luces, lo que deja claro que no se bajará.

Cómo quiera. Él se pierde las omelette que tenía planeadas para hoy.

–Muchas gracias, Jake.

Espero un “no hay de qué”, “nos vemos mañana”, “que estés bien”, “que tengas una buena noche”, “sueña conmigo”…o cualquiera de sus típicas frases. Pero nada, ni siquiera un “adiós”.

Me siento tan estúpida, mientras lo miro porque solo mira al frente como esperando que me marche pronto.

¿Por qué demonios está tan enojado conmigo?

Pues, no me importa, que haga lo quiera.

Yo me voy.

Cierro la puerta de un solo portazo, me gustaría también darle un golpe a él, sin embargo mis músculos se frenan y mi boca grita antes de pensar lo que estoy diciendo.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora