XI • Tercer año

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—¿Tienen las cosas listas? —preguntó Hermione por tercera vez.

—Si mamá —respondieron Scorpius y Rose por tercera vez.

Ella estaba tan distraída con Ara que realmente olvidaba el hilo de las cosas.

—Cariño, ¿puedes subir sus baúles al auto? En cuanto termine de vestir a Ara nos iremos —pidió gentilmente.

—Por supuesto —respondió seductoramente y besando la frente de su esposa.

Rose y Scorpius voltearon a verse, más que sorprendidos se sentían incómodos.

—Ustedes dos —dijo Draco—, no nos vean así. Los atrape.

Ninguno se atrevió a decir nada. Era vergonzoso.

—Mamá ¿puedo cargar a Ara?

•••

Scorpius observaba a su padre subir los baúles al auto. Tenía la mirada fija en el, sin embargo, de repente se perdía y no pensaba ni miraba nada.

Para Draco no pasó desapercibido.

—¿Sucede algo? —tal vez era momento de que las platicas padre e hijo comenzaran.

—No realmente —dijo Scorpius.

—¿Estas seguro? —no sabía cómo hacer esas cosas, pero no podía rendirse tan rápido.

—Creo que si —respondió con una mueca.

Draco no supo que más preguntar.

—Bien —eso no había salido nada bien.

Comenzó a subir el segundo baúl, el de Rose, que igual a los dos años anteriores, era el más pesado.

—Papá, ¿como fue tu tercer año en Hogwarts?

—¿Mi tercer año? —«ahora estamos hablando, eso es bueno»—, no lo recuerdo.

«Vaya manera de matar la conversación, soy pésimo en esto».

Scorpius hizo una mueva.

—¿Estás nervioso por algo? —hizo otro intento.

—¿Cuando comenzó a gustarte mamá? —preguntó de repente.

—¿A gustarme? —Draco sentía que se sonrojaba.

«¿Que soy?  ¿un niño? Supongo que cuando se trata de Hermione no puedo evitarlo...».

—No se lo digas a tu mamá, pero ella me gusto desde que estábamos en segundo año.

Scorpius abrió mucho los ojos, emocionado.

—¿De verdad? —le brillaron los ojos.

Draco no pudo evitar sentirse nervioso. Cerro la cajuela del auto y se sentó en la banqueta junto a su hijo.

—Si, recuerdo que en primer año no la soportaba y siempre la insultaba...

—¿La insultabas? —el pequeño se sorprendió.

—Sí, ella era de verdad despreciable, siempre quería quedarse con la última palabra y ser la más inteligente..., supongo que, la vi como una rival, siempre fue una competencia para mí, quise volverme mejor que ella en todo.

Scorpius estaba asombrado. Era algo bastante desconocido. Conversaciones que apenas estaban teniendo su lugar y le enseñaban a entender mejor los sentimientos de sus padres, y a identificarlos si algún día le sucedían a él.

—Pero en segundo año cuando la miraba pasar tanto tiempo con Potter y Weas..., quiero decir, con Harry y Ron, algo me ponía mal, no sé cómo explicarlo, simplemente no me gustaba.

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora