Amor Correspondido (Dramione)

XVI • El primer amor

La miró y supo que era verdad, esos risos castaños, el olor a miel y vainilla que desprendía de su cuello le hacía suspirar, su sonrisa lo hacía sonreír a él también, sabía que Hermione era de esas mujeres que con el tiempo se ponen más bonitas.

Para él sería un placer pasar toda su vida al lado de ella, la chica que amaba esta justo frente a él, bromeando con sus amigos y amigas montada en su escoba.

La observaba a lo lejos volar de allá para acá, quería acercarse y besarla pero estaba muy lejos.

Sin pensarlo dos veces aceleró a su velocidad en la escoba. Ambas manos las mantenía al frente moviéndolas conforme quería moverse. Concentrado en lo que hacía no se dio cuenta de que al destino que llegó ya no se encontraba ella, misteriosamente se hallaba al otro lado del campo. La observo por unos segundos, estaba riéndose, de él.

El entendió el mensaje, levantó una ceja con superioridad y volvió a acelerar para ir hasta ella. Una vez más la chica lo evadió riendo.

A su alrededor los chicos parecían darse cuenta, Ginny los miro graciosa apartándose para que tuvieran mas espacio y volar libremente. Llegó al suelo y bajo de su escoba dejándola a un lado.

Ron no entendía porque su hermana había bajado tan repentinamente, miro de allá para acá sin lograr entender su razón, por un momento pensó que se estaba burlando de él porque seguía viendo hacia arriba. Noto que su mejor amigo de gafas ya se encontraba abajo con ella y rápido se bajo para preguntarles qué tanto miraban.

—Son Hermione y Draco, dejémoslos solos un rato, han tenido un castigo con Snape y creo que sería buena idea que se sientan libres.

—¿Vamos por cervezas de mantequilla? —Harry aun miraba arriba con una sonrisa en sus delgados labios.

—Sí —Ron por su parte les dio una última mirada antes de irse con su amigo y su hermana.
Su mejor amiga parecía realmente enamorada. Los vio besarse en el aire, con sus uniformes de quidditch, uno verde y uno rojo, su amor estaba por encima de todas las cosas, lo sabía. Dejaría que fuesen felices y si alguien amenazaba con separarlos entonces se encargaría de evitar que lo lograran.

Los tres muchachos caminaron hasta Hogsmade, los otros dos —la pareja de enamorados— no se percataron de aquello por un largo rato.

Habiéndose cansado de volar durante un largo rato, bajaron para disfrutar mejor de la compañía del otro, una tarde acompañada de besos no era molestia para ninguno.

Ya tendrían tiempo para pensar en otras cosas (algunas de ellas más importantes).