V • Sorpresas

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Al finalizar su primer año en Hogwarts Scorpius se dio cuenta de que en realidad no había sido una pesadilla, de hecho, había sido todo lo contrario.

Tenía dos buenos amigos, tenía a su hermana cerca y también a Hugo. Estaba en el equipo de quidditch y sus compañeros de clase lo apoyaban durante los juegos.

Sus compañeros de equipo lo tomaban en cuenta y a veces lo invitaban a comer con ellos en el gran comedor como reuniones del equipo.

Sin embargo, la única que no le hablaba era la rubia con la que había tenido aquel incómodo encuentro en los vestidores, no hablaron de eso con nadie y tampoco entre ellos dos, en realidad, no habían vuelto a hablar para nada, ni siquiera en los entrenamientos, y Scorpius prefería no incomodarla, por lo que dejaba las cosas como estaban.

Pero la vergüenza de aquel momento se volvió mayor cuando descubrió que si era de su edad y evidentemente si estaba en sus clases. Hasta su último día en Hogwarts seguía sin poder creer que no la hubiese notado antes. No entendía como alguien tan llamativa como ella había pasado desapercibida ante sus ojos. Aunque, por lo qué vio, en clases era bastante reservada y no opinaba nunca, esa fue la excusa que encontró para justificar su ignorancia.

Ahora se encontraba en el tren rumbo a la estación, donde sus padres seguramente estarían esperándolo.

Theo y Peony habían insistido en acompañarlo en un compartimento, y a pesar de que Scorpius quería ir de regreso con su hermana y Hugo no tuvo la valentía para negarse.

—¿Sabes? Me alegra que no nos hayas abandonado por irte con los del equipo de quidditch —dijo Theo viendo por la ventana—, escuché que te invitaron un par de veces y tú te negaste.

—Ehh si... —respondió Scorpius, no podría decirle que era porque había planeado ir con su hermana. Tenía un corazón enorme.

—¿Cómo creen que sea el segundo año? —preguntó Peony—. Espero que nosotros sigamos siendo amigos —dijo sonriendo con los ojos cerrados.

A Scorpius le daba mucha ternura, a pesar de que era de su edad, para él Peony lucía como una niña pequeña.

—Claro que lo seremos —dijo Scorpius—, todo será igual, solo son vacaciones.

Theo volteó a ver a su adorable prima.

—¿Cuando crees que Scorpius se vuelva popular? —bromeó Theo.

Scorpius se sonrojó.

—Ya sabes, pertenece al equipo de quidditch y es el más inteligente de nuestro año.

—Es cierto —contribuyó Peony.

—Yo..., no creo que eso pase... —Scorpius estaba rojo como un tomate, las palabras de Theo lo habían tomado por sorpresa.

Era imposible que eso pasara, no era bueno con las niñas, ya lo había experimentado una vez y no necesitaba más. Peony sería su única amiga, ella y su hermana serían las únicas para él.

•••

Al llegar a casa sus padres los recibieron igual de contentos que en Navidad. Al fin pasaría un par de meses junto a sus padres y estaría tranquilo.

O eso era lo que Scorpius creía.

En cuanto entraron al auto para ir de regreso a casa sus padres no dejaban de murmurar entre ellos. Por una razón que tanto él como Rose desconocían, los dos estaban nerviosos.

El camino a casa era corto, el mundo sin magia donde vivían sus abuelos era encantador. Y por eso le alegraba que sus padres tuvieran una casa allí también, aunque bastante más pequeña.

—¿No iremos a casa de los abuelos? —preguntó Rose.

Scorpius estuvo a punto de preguntar lo mismo. Era desconcertante no haber ido directo con ellos, puesto que era lo primero que hacían cada que iban al mundo muggle.

Hermione trago saliva y vio con nerviosismo a Draco. Él la tomó de la mano para reconfortarla.

—Primero tenemos qué decirles algo muy importante a ustedes —dijo el rubio—, durante estos últimos dos meses su mamá me dio una sorpresa que desde luego no me esperaba a estas alturas —les dijo viendo de un par de ojos al otro—, pero me hizo muy feliz con ella..., y estoy seguro que a ustedes también los hará tan felices como a mi.

Rose volteó a ver a Scorpius.

Scorpius notó la cara de emoción que tenía su hermana impresa en el rostro, no podía decir lo mismo de la de él, no tenía control de su cuerpo, estaba estupefacto.

—Cariño, ¿lo decimos juntos? —preguntó Draco, espero a que su esposa asintiera, sus manos permanecían entrelazadas todavía, y ambos lo dijeron al mismo tiempo.

—Van a tener a un hermano menor.

•••

Después de un mes de vacaciones y de regresar a casa en el mundo mágico, Scorpius descubrió que su familia no era la única con una sorpresa de esa talla. Sino que, un día, cuando la familia de Hugo los visitó, les contó que su mamá estaba esperando otro bebé y que estaba muy emocionado.

Lorcan y Lysander estaban en la habitación de Scorpius junto con él, los tres se llevaban muy bien. En realidad, Scorpius solía hablar más con James que con ellos dos, pero últimamente era igual de apegado a los gemelos también.

El rubio estaba leyendo tranquilamente, más tarde los gemelos le siguieron el paso y tomaron prestados uno de los tantos libros que Scorpius tenía en los estantes de su habitación.

Cuando observación que Scorpius tomaba un descanso de su lectura no perdieron el tiempo y comenzaron a hablar.

—¿Cómo es Hogwarts? —preguntó Lorcan.

—¿De verdad es tan grande como dice mi mamá? —preguntó Lysander.

Scorpius comenzó a reír. Le recordaron a sí mismo un año atrás. Él había estado incluso más inquieto que ellos dos.

—No entiendo —les respondió—. ¿Hugo no les ha dicho nada?

—Últimamente solo se pega a mamá —dijo Lysander haciendo una mueca—. Esta muy emocionado por el nuevo bebé.

—Oh, es cierto —recordó Scorpius, el también esperaba un hermano, pero no estaba tan emocionado como Rose.

—Hugo se emocionó más cuando escuchó a mamá decir que sería una niña —agregó Lorcan—. Todos en casa están contentos por eso, papá se la pasa hablándole al estómago de mamá y eso que aún está muy delgado.

—Es muy raro —opinó Lysander.

Scorpius soltó una carcajada, podía imaginarse a su tío Ron haciendo eso. Los gemelos se rieron junto con él.

—A mi también me emociona tener una hermana pequeña —dijo Lysander—, pero molesta un poco que hablen de eso todos los días.

—Lo sé —contesto Scorpius. Los entendía perfectamente.

Los tres continuaron hablando el resto del día, Scorpius les contó sus experiencias en su primer año allí, incluso les dio una buena descripción del castillo con un espléndido dibujo, una de sus habilidades secretas.

Al caer la noche Lorcan y Lysander no podían seguir esperando para asistir a Hogwarts, querían ir cuanto antes y las vacaciones les eran eternas. Pero ese deseo no era solamente de ellos dos, sin saber porque, Scorpius se encontró queriendo ir lo antes posible también, tenía fe en que ese año tendría muchas aventuras.

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora