II • La primera sonrisa

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Al salir del Gran Comedor después de su clase de su clase de pociones la castaña había pensado en ir a la biblioteca para alimentar aún más su mente y estudiar temas que pensó que vería más adelante en sus clases. Se despidió de sus mejores amigos y compañeros de casa para retirarse velozmente.

Al entrar en el pasillo que dirigía a la biblioteca choco con una figura alta y delgada, ambos se golpearon levemente en la cabeza así que cayeron al piso al momento de chocar, abrieron los ojos al mismo tiempo encontrándose con la persona que habían estado buscando con la mirada durante un largo rato, el había pasado horas en la biblioteca desde que salió de pociones porque pensó que cierta castaña estaría en ese lugar estudiando, ella en cambio sabía que a el no le gustaba tanto leer y menos estar en un sitio como la biblioteca tanto tiempo, por esa razón había optado por ir al Gran Comedor antes de la otra. Lo cierto era que ninguno pensó en si mismo antes de actuar, lo cual decía mucho. Se levantaron sobándose la frente debido al golpe.

—Ten más cuidado Granger —le dijo el Slytherin con su típico tono de voz. —No puedes ir por ahí chocando con medio mundo.

—Tenía prisa... lo siento —el tono de voz de disculpa que hacía la castaña le causaba cierta ternura al rubio.

—No —se apresuró a decir el a lo que la Gryffindor hizo una mueca. —Quiero decir... yo lo siento, no me fijé por dónde iba —decía.

—No hay problema —puso las manos al frente como si estuviera deteniendo algo. —De verdad, fue mi culpa...

—De acuerdo, fue culpa de ambos —sonrió sinceramente.

La castaña había quedado congelada ¿a caso él le había sonreído? El rubio siguió su camino hacia el Gran Comedor porque moría de hambre, la castaña solo lo observo alejarse con el corazón muy acelerado.

Cuando entro a la biblioteca saludo gentilmente a la señora Pince como normalmente lo hacía, dejo sus cosas en una mesa cercana a los estantes y después pasó por cada uno de los pasillos para tomar libros de diferentes clases.

Al llegar a la mesa se dio cuenta de que había escogido por lo menos más de 20 libros, abrió los ojos como platos al percatarse de que la señorita Pince se estaba acercando a ella y no de una buena manera.

—Espero que no piense sacar todos esos libros señorita Granger —decía ajustándose los lentes para volver a ver los libros y asegurarse de que si estaba viendo bien. —Sabe que le tengo mucha confianza con ellos y le he dejado llevar prestados más de lo permitido pero ahora si se ha pasado —casi exclamaba la bibliotecaria.

—Lo se señorita Pince, es solo que perdí la cuenta y me emocione un poco —se mordió el labio inferior. —Pero no pienso llevarme todos, vengo a pasar tiempo aquí hasta la última hora —sonrió y la bibliotecaria solo asintió retirándose de allí.

Estaba por leer el primero de los tantos libros que había escogido cuando recordó la tierna sonrisa que el rubio le dedico antes de entrar a la biblioteca, era la primera vez que lo hacia y le había encantado.

Movió la cabeza en negación para concentrarse en leer esta ves pero de nuevo se distrajo con un gran cartel que no había notado desde que llegó al lugar, en el la enorme palabra "Quidditch" lograba llamar la atención de muchos, estaba en los colores de su casa, nunca había pensado en entrar al equipo y se preguntaba porque ahora lo hacía, el rubio de ojos grises estaba en él equipo de Slytherin y pensaba que si ella se integraba al equipo de quidditch de Gryffindor lograría pasar aún más tiempo observándolo. Sin darse cuenta ya estaba pensando de nuevo en el, si seguía así no podría concentrarse nunca.

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora