VIII • Rose

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—¡Scorpius Malfoy! —escuchó el rubio a sus espaldas. Instintivamente se encogió de hombros. La voz de su hermana era muy aterradora para él cuando estaba molesta.

No quería ni imaginarse lo que iba a decirle, estaba en aprietos, supuso que seguramente ya sabía de su castigo o de su ausencia al entrenamiento, cualquiera de los dos que supiera la llevaría a conocer la que le faltaba.

Se dio media vuelta para encararla. La media vuelta más lenta y eterna de toda su vida. Ni siquiera a su mamá le tenía miedo, o al menos no tanto como a su hermana, ella era muy buena con él porque sabía que no era una mala persona.

—¿Cómo diablos te metiste en problemas con Snape? —exclamó frustrada.

Scorpius vio a Hugo detrás de Rose, el pelirrojo estaba igual de nervioso que él.

—No me metí en problemas —le respondió—, solo me castigo...

Ella lo miro incrédula.

—¿Pretendes que crea que te castigo solo porque quiso? —se cruzó de brazos—. Eres lo más cercano a una rata de biblioteca, sino fuera porque estás en quidditch así te apodarían, tienes las calificaciones más altas, el profesor Snape debió tener una razón para castigarte, ¡y quiero saber cual fue!

Scorpius se sobresaltó. Además, ahora se le hacía tarde, había quedado con James y los gemelos Lorcan y Lysander en el rincón de siempre.

Ya era noche, a él y su compañera rubia les había costado toda la tarde limpiar con sus propias manos los calderos que utilizaban para las pociones.

—Rose, en realidad —Hugo se acercó a Rose con pasos lentos, le hablo en voz baja y la tomó de los hombros para relajarla—, no creo que Scorpius se haya metido en problemas, no creo que debas hablarle así de fuerte..., te estás preocupando demasiado.

Rose lo miro enfurecida.

Hugo se mentalizo para ello desde que dio su primer paso, así que no se sentía tan mal.

—Estaba distraído y no escuché cuando me hablo —volvió a encogerse de hombros—, fue eso.

—No le des más razones para castigarte o papá y mamá se enojarían. No quiero que se preocupen por nosotros, quiero que toda su atención esté en Ara mientras no estamos —le dijo.

—Bien —respondió Scorpius.

•••

—¿No crees que fuiste un poco dura con él? —le preguntó Hugo a Rose. Los dos pequeños ya iban camino a la sala común de su casa.

—No —contestó Rose segura de su respuesta—, él es muy inteligente, no quiero que se distraiga de más y baje sus calificaciones, estoy segura de que si sigue así pasará los T.I.M.O. sin siquiera molestarse en practicar con la varita o estudiar los hechizos, podrá escoger una buena profesión como la de papá, o incluso podrían ofrecerle el puesto de ministro de magia como a mamá, y tal vez el no lo rechace.

Hugo la miro sorprendido, no tenía idea de lo en serio que ella se tomaba las cosas, y le parecía indudablemente tierno y admirable que se preocupara de esa manera por su hermano, aún más, que lo visualizara así en su futuro.

Ahora entendía que lo único que quería era protegerlo, que no se viera afectado por ninguna distracción por más mínima que fuera.

—Creo que te estás excediendo un poco —bromeó. Aunque en parte era cierto, no tenían la edad adecuada para pensar en cosas como esas, tenían apenas doce años. A él ni siquiera le había pasado por la mente lo que quería hacer después de Hogwarts, realmente no tenía consciencia siquiera de los exámenes T.I.M.O.

Y estaba casi seguro de que si él no lo tomaba en cuenta era probable que Scorpius tampoco. Sin embargo, no dudaba que cabía la posibilidad de que él lo tuviera tan presente como su hermana, aún más considerando que era muy aplicado, dedicado e inteligente.

Le dolió la cabeza tan solo de gastar sus pensamientos en tantos enredos.

—No estoy exagerando —Rose hizo pucheros.

Hugo sonrió, a sus ojos ella era adorable. Al verla así supuso que nadie creería lo grandes que eran sus preocupaciones.

Y le gustaba ser el primero, por no decir que el único, por el momento, en conocerla de esa manera tan seria.

•••

—Ara —susurró Hermione—, recuérdame... —volteó a ver a su esposo que yacía recostado en la cama apuntó de rendirse contra el cansancio—, porque le pusimos ese nombre.

—Porque es una constelación muy bonita y esta cerca de la constelación Scorpius —respondió sencillamente con los párpados cerrados.

A ella se le dibujo una sonrisa en el rostro.

—Siento envidia —dijo manteniendo la sonrisa—, ustedes tres tienen nombres de constelaciones y Rose y yo no.

—Bueno..., tú escogiste el nombre de Rose —le recordó—, y es tradición de mis familiares usar nombres de constelaciones en sus hijos.

—Si, lo sé, igual que los Black.

Acurrucó a su pequeña.

—Aunque me gusta el nombre de Rose, y parece que a mis padres también les gustaba —abrió los ojos por primera vez.

Jamás creyó que volvería a ver a su esposa con un bebé en brazos a esas alturas.

—¿Por qué no dejas que se duerma con nosotros por hoy? —le sugirió. Estaba cansado, eso era indudable, pero siempre tendría espacio en la cama para su pequeña bebé.

A Hermione le brillaron los ojos.

—Era lo que estaba pensando —de nuevo una sonrisa creció en su cara.

Después de lograr que la pequeña Ara cayera dormida la recostó en el centro de la cama.

Hermione solía pensar que Ara había sido un regalo para que dejara de sentirse sola, más bien, para que ella y Draco dejaran de sentirse solos y tuvieran una nueva misión. Un nuevo objetivo.

La pequeña Ara sería la consentida más grande de la familia. Sus dos hermanos mayores la querían mucho también. A pesar de que Scorpius no fuera muy bueno demostrando sus sentimientos.

•••

—De nuevo llegas tarde —le recriminó James a Scorpius—, había sugerido que nos fuéramos sin ti pero Lysander quiso que te esperáramos.

—Gracias —le dijo Scorpius a Lysander.

El pequeño no hizo más que sonrojarse. Scorpius era como un ejemplo a seguir para él, y no podía dejar atrás a una figura tan importante.

—¡Vámonooos! —insistió Lorcan—. ¡Quiero ver esa habitación ya!

Scorpius se puso feliz de verlo tan emocionado, era tan terco como James, solo que él no se limitaba a expresarlo.

—Mientras no estabas buscamos la habitación por todo el mapa, pero no la encontramos por ningún lado —le explico James—, así que queríamos recorrer los pasillos del castillo para saber si estando cerca aparecía algo nuevo.

—Yo estuve buscando información en la biblioteca, pero no encontré nada sobre habitaciones secretas.

—Ahora aue lo recuerdo —dijo de repente el rubio—, mamá me hablo de un lugar así una vez —continuó Scorpius—. No lo recuerdo bien, solo se que tiene un nombre y que para entrar debíamos hacer algo importante primero.

Los rostros de sus amigos se llenaron de dudas y asombro.

—¿Algo importante?

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Ya tenía mucho sin actualizar😅 discúlpenme por ausentarme tanto tiempo, estuve llena de exámenes y tareas en la universidad y no podía concentrarme en otra cosa🥴 espero que disfruten este capítulo, les pido otra disculpa en caso de que hayan faltas de ortografía ya que lo escribí súper rápido, que estén teniendo un lindo día
***Aprovecho para darles las gracias porque ya estamos a nada de los 100k!!!💛

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora