Amor Correspondido (Dramione)

XIV • El primer amanecer

La noche avanzaba, las nubes desaparecieron totalmente, el cielo brillaba debido a la gran cantidad de estrellas, las sonrisas de ambos se formaban cada que terminaban de besarse.

Draco le acarició todo su cuerpo con sus grandes manos, necesitaba tenerla, quería tenerla, que fuera suya, estaban demasiado cerca pero él la quería aun más cerca de lo que ya.

Hermione sentía lo mismo que el, no podía dejar de pensar en la necesidad que tenía de que él se hundiera dentro de ella.

El desabrochó el sujetador que ella llevaba puesto, cuando lo hizo rozó sus pechos con las manos, a la castaña le dieron escalofríos, se sentía bien, no quería que dejara de hacerlo y desde luego que él no pensaba parar, beso su cuello y bajo lentamente hasta sus pechos acariciando los al mismo tiempo, le gustaba la reacción que ella tenía ante aquello, gemía y eso le hacía pensar que estaba haciendo bien.

La chica elevó su cintura aun más al cuerpo de él, su espalda se arqueó por unos segundos.

Draco entendió su mensaje y comenzó a lamer su ojera y mordisquearla levemente.

—¿Estás segura de esto? —susurró.

—Si... —susurro ella jadeante.

El rubio sin pensarlo dos veces le retiró las bragas, las deslizó hacia abajo delicadamente, recorrió todo su cuerpo con la mirada pasando su lengua por sus labios y sabía que la deseaba tanto. Volvió a besarla en los labios pero esta vez lo hizo intensamente, introdujo su lengua en su boca sintiendo la de ella y la sorpresa que se había llevado. De pronto Draco hundió un dedo dentro de ella, sentía como su sexo estaba sumamente húmedo, demasiado y era por el, sonrío ante aquello y volvió a besarla con más placer, Hermione jadeaba, introdujo otro dedo y ella ya no podía parar de gemir, metió otro dedo y casi suplicaba para que la hiciera suya en ese instante.

—Hazlo... —jadeó—, ahora.

No dejo pasar más tiempo, se retiró los bóxers que llevaba puestos, su miembro ya le dolía por estar dentro de ellos, apuntó la punta para entrar en ella de una vez por todas, Hermione abrió bastante los ojos, gritó de agonía, Draco metió esta vez totalmente su miembro en ella lo que hizo que Hermione volviera a gritar, él la beso para hacerla callar pero no funcionaba del todo. Draco empezó a moverse dentro y fuera de ella una y otra vez, tenían espasmos por todo su cuerpo, el orgasmo era parte de ellos en ese momento, su ritmo era acelerado, el climax se acercaba, arrebatándoles aquel épico momento entre los dos.

•••

La noche anterior había sido una gran demostración del inmenso amor que Draco Malfoy y Hermione Granger sentían el uno por el otro.

Cuando la chica castaña de cabello alborotado abrió los ojos por los débiles rayos del sol que ya inundaban en la cueva vio los párpados ligeramente cerrados de su atractivo novio. Sonrió por al verlo por un largo rato. Su cabello despeinado lo hacía ver aun más atractivo de lo que ya era, por un momento pensó en lo que habían hecho, que dirían sus padres, que diría todo el mundo sobre aquello, eran todo lo contrario.

—Eres hermosa —susurro él, quien para sorpresa de Hermione estaba despierto. Sonrió.

—Te amo —susurró Hermione.

—Te amo —susurró Draco.

—Debemos irnos —musitó ella después de unos segundos.

La pareja se visitó y recogieron cada cosa que habían llevado a la cueva. Después se encaminaron al castillo para regresar a la vida real.