II • Primer año

975 75 5
                                    

Scorpius apenas lograba acostumbrarse a estar sin su hermana, siempre habían estado juntos antes, suponía que era cosa de haber sido gemelos. Su mamá los había llevado a una escuela de preescolar cuando eran pequeños, tenía fotos de ello, pero no recordaba nada, y en cada foto salía al lado de su hermana, incluso los vestían con los mismos colores, y si no era así hacían que por lo menos combinaran.

En casa compartían habitación, jugaban juntos todos los días.

Tenía once años, no entendía muchas cosas. Apenas podía aceptar el hecho de que fuera consciente al razonar que no pertenecía a Gryffindor.

El primer día no fue tan difícil. El profesor de pociones y representante de su casa lo elogió por responder bien a una de sus preguntas, y también le agradeció el hecho de no responder sin que le diera el permiso. Eso lo desconcertó al punto de preguntarse, ¿quién hablaría ante un profesor como él sin su aprobación? Por lo menos él no se atrevería, seguramente alguien valiente sí. Alguien de Gryffindor.

Sin embargo, era difícil encontrarse con su hermana, casi no compartían clases, por el momento solo la de encantamientos con la profesora McGonagall. Su madre le había hablado bien de ella, aunque nunca se imaginó que fuera tan vieja.

Cuando se encuentran en esa clase ambos se sientan lo más cerca posible, uno al lado del otro sin compartir la mesa. A Scorpius le daba absolutamente igual quién se sentara junto a él mientras estuviera cerca de su hermana, por otro lado, quien compartía la mesa con Rose era nada más y nada menos que Hugo.

Ellos iban juntos a todos lados.

«Era de esperarse, ambos son Gryffindor», pensaba Scorpius.

Hugo y Rose lo acompañaban en todas las comidas, a veces caminaban juntos en los pasillos, incluso hacían las tareas los tres juntos.

Pero Scorpius sentía que estorbaba, ellos dos ya debían haber hecho sus amigos. Y él los estaba reteniendo, les quitaba su tiempo al estar con él, no acababan de formar del todo sus amistades por estar con él, y eso le disgustaba. No podía estar bien consigo mismo si obstruía los nuevos caminos de dos personas importantes para él.

●●●

—Entraré a quidditch —dijo para sí.

«Eso es lo que tengo que hacer» dijo esta vez en su mente. Comenzó a caminar de un lado al otro frente a su cama.

—No soy malo para volar con la escoba, si entreno un poco puedo presentarme a la prueba —seguía diciéndose a sí mismo—, si entreno entonces estaré ocupado por varias horas, y si entro en el equipo igual. Eso es perfecto.

—¿Has pensado en hacer amigos? —le preguntó uno de sus compañeros de habitación que iba entrando. Él niño no tenía cara de haberlo dicho con sarcasmo, ni mucho menos con mala intención, no había burla ni malos gestos en su expresión.

Scorpius lo miró, estaba blanco por la vergüenza, no podía creer que alguien lo hubiese escuchado hablando sólo acerca de ocuparse para no estar tan solo.

—No soy bueno para eso —dijo al fin. Y se sentó en su cama tranquilizándose mentalmente, no quería ponerse nervioso.

—Bueno... —se sentó él niño en la cama del frente—, yo soy Theo —se presentó—, me pusieron el mismo nombre que mi padre.

—¿En serio? —Scorpius no se imaginaba teniendo el mismo nombre que su padre, sería embarazoso. Al menos para él.

—Sí —dijo sonrojado—, a mi no me gusta, se llama Theodore, así que solo uso la mitad.

—Eres Nott, ¿cierto?

El niño asintió con su cabeza.

—Y tu eres Malfoy, Scorpius Malfoy. Creo que nuestros padres eran amigos.

Scorpius se encogió de hombros, no recordaba que su papá le hubiese mencionado el nombre de Theodore Nott en ningún momento, solo sabía de sus amigos más cercanos, de sus tíos. El hecho de que conociera su apellido era únicamente por haberlo escuchado en clase.

—¿Entonces quieres entrar al equipo de quidditch? —le preguntó Nott cambiando de tema, ya que el otro no los llevaría a ninguna parte.

—Sí —respondió él inmediatamente—. Tal vez si entro en el equipo pueda hacer amigos.

—Yo puedo ser tu amigo, no necesitas entrar al equipo —le dijo—. De hecho, puedes ser amigo de Peony también, ella es muy amable y puedo presentártela, es como mi prima.

—¿Peony? ¿Parkinson? —Scorpius se puso de pie.

—Sí —dijo Theo—, te caerá bien, es muy bonita también —presumió, Peony era su prima favorita.

—Esta bien, pero, aun así, quiero entrar al equipo, quiero hacer algo por mi cuenta, y, además, creo que a mi papá le gustará la idea, él estuvo en el equipo de quidditch cuando vino a Hogwarts —le contó—, ¿a ti no te gusta?

Nott negó con la cabeza.

—No soy bueno volando, lo he intentado muchas veces y soy pésimo. Pero Peony y yo podríamos acompañarte a los entrenamientos. ¿Cuándo empiezan?

Scorpius se sonrojo, de repente, así de la nada, ya tenía dos amigos, y encima lo acompañarían a entrenar, ya no estaría del todo solo.

—Mañana —dijo contento.

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora