Extra • I

4.7K 273 58
                                    

Draco permaneció nervioso durante todo el camino, no sabía cómo sería la reacción de Hermione, ahora que lo pensaba bien se dijo que no debió precipitarse tanto, lo que sucedía era que la amaba tanto, por lo que no le importaba ir muy rápido o muy despacio con ella.

Su madre lo apoyó en todo momento, pues lo veía feliz y no le impediría sentirse así. En cambio, a su padre aún le estaba costando trabajo aceptar la relación como para sentarse a platicar con su hijo sobre el tema.

El tren se detuvo, lo que significaba que habían llegado a la estación 9 3/4 en Kings Cross, Draco se había ofrecido a acompañar a Hermione a casa de sus padres esta vez, pues la sorpresa —o más bien la noticia— quería dársela a sus suegros también.

Solamente Hermione y Draco bajaron, pues todos sus amigos ya vivían en el mundo mágico, incluido Harry, quien después de enterarse que tenía un padrino corrió con emoción a mudarse con él.

El rubio cargo las maletas y atravesaron el muro, pudo escuchar los fuertes sonidos que emitían los trenes allí afuera, Hermione lo llamo para que corriera a subir al taxi que recién detuvo.

—Le dije a mis padres que no se preocuparan por venir, quería que tuvieras un pequeño recorrido por el lugar —murmuro con una sonrisa.

Mientras el conductor se encargaba de meter las maletas en la cajuela ellos subieron al auto en los asientos traseros.

«—Tranquilo, le encantará.» pensó, esas fueron las palabras de Harry, su amigo y mejor amigo de la mujer que amaba, se dijo a sí mismo que él la conocía muy bien y desde hace más años, y que si pensaba de esa manera debía ser por algo, decidió confiar un poco más en sus palabras.

Suspiró. Aún tenía nervios. Hermione lo miro sorprendida.

—¿Qué tienes? —le pregunto en voz baja centrando su atención en él—, ¿pasó algo?

Draco negó.

—No ha pasado nada —la tranquilizó y besó su frente, ella sonrió.

El taxi se detuvo, ambos descubrieron que habían llegado a casa, Draco bajo del auto y espero a que Hermione también saliera, se acercó al conductor de nuevo para recoger las maletas y pagarle.

Segundos más tarde ya se encontraban frente a la puerta. Unos cuantos más y esta fue abierta, aparecieron una mujer de cabello castaño y un hombre con cabello más oscuro, los dos tenían los rasgos bien definidos, unos adultos por completo.

—Cariño, ya estás aquí —salió la madre de Hermione y la abrazo.

—Draco, me da gusto verte —saludó el señor Granger.

—Igualmente señor.

—Pero anda, vamos adentro —dijo la madre de Hermione—, la comida ya está servida, no queremos que se enfríe, ven Draco acompáñanos.

Él sonrió y espero a que todos entraran para cerrar la puerta detrás de él.

•••

Después de comer se sentaron los cuatro a platicar en la sala.

«Es hora», pensó el rubio. «Puedes hacerlo» se echó ánimos y prosiguió a ponerse de pie.

—Señor y señora Granger —aclaró su voz antes de continuar—, tengo un regalo muy importante para darle a Hermione —sonrió.

La chica se sonrojó, no sabía que era momento para sorpresas.

—Espero que ustedes estén de acuerdo, es por eso que espere a que estuvieran presentes para entregárselo —volteo a ver a sus suegros y después a su novia.

Amor Correspondido (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora