5. Un rubio y un rizado

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Niall simplemente no pudo desconectar su mirada de la del pelinegro, trató pero no pudo... simplemente no pudo.

El rubio supo que el chico tenía algo especial en sus ojos, y a pesar de que eran ojos comunes y corrientes, él se sentía genial al verlos. El tener la oportunidad de observarlos y admirarlos, además de que aquellos ojos tenían un brillo encantador, haciendo que Niall quisiera pasar todos los días admirándolos y por qué no, admirando al dueño también.

De la nada, Niall comenzó a sentir calor.

Se sintió acalorado, y es que la mirada del pelinegro estaba directa a sus ojos y... comenzó a moverse por su rostro, sus cejas, su barbilla y, sus labios. Sus delgados, rosados y suaves labios.

El rubio de inmediato sacó su mirada de los ojos marrones del chico pelinegro, sonriendo de la nada. El chico es un bombón, y Niall lo sabía.

Zayn sonrió de medio lado divertido, reconociendo la acción que tuvo el rubio y las sensaciones que él producía en el chico. Se sentía... ¿Orgulloso? Podría decirse que sí, que se sentía orgulloso por haber ocasionado que el hermoso ángel de ojos azules sintiera tantas cosas con sólo mirarlo.

Y por qué no admitir, que el pelinegro se estaba preguntando que ocasionaría en el rubio con un beso.

Zayn miró a Martin y a Liam, y por suerte, ninguno de los dos fueron presentes del contacto visual que tuvo con el rubio sobrino del hombre que lo ha visto crecer. De hecho, conversaban amenamente y el pelinegro suspiró relajado y también aliviado, no queriendo explicar nada que sabía que lo llegaría avergonzar. 

Martin volvió a la cocina y Niall lo siguió, haciendo que Zayn y Liam fueran los únicos que quedaran de pie, a escasos pasos de los asientos de la barra pero aún así no hicieron el impulso de ir a sentarse.

El pelinegro miró hacia el castaño, y éste andaba de cruzados de brazos y una notable diversión en su rostro. Zayn le frunció el ceño, demostrando su confusión.

—¿Te gusta, eh? —Preguntó el castaño, directamente.

Zayn comenzó a toser, ahogándose con su propia saliva. El castaño carcajeó al ver esa reacción en su mejor amigo y carcajeó más fuerte al ver el notable sonrojo en las mejillas y orejas del otro chico. El pelinegro dejó de toser y vio a su mejor amigo, riendo sin parar y le golpeó en su hombro, haciendo que la risa de Liam parara y gimiera de dolor por el fuerte golpe que le dio el mayor.

—Gracias por responderme, Zayn. Hubiera preferido las palabras pero bueno, tú sabes, las acciones demuestran más —Dijo Liam, guiñándole un ojo a Zayn y causando que se sonrojara aún más.

—¡Basta! —Le reclamó, tapándose las mejillas y Liam sonrió enternecido, Niall si que causó cosas adorables en Zayn.

—Dios, si que te gusta, estás todo tímido y sonrojado —Dijo Liam, riendo levemente y Zayn le frunció el ceño.

—No me gusta, ni siquiera lo conozco —Gruñó el pelinegro.

—Pero se quedará mucho tiempo aquí, tienes tiempo más que suficiente para conocerlo —Le dijo Liam, guiñándole otra vez un ojo y Zayn rodó los ojos—, Está bien... no te gusta, pero admite que te atrae.

Zayn bajó la mirada, avergonzado.

Él podía sentir como el calor subía por sus mejillas, llegando a sus orejas y se sintió algo ahogado... pero de una manera linda. El rubio estaba causando tantas cosas en él que le sorprendía. Con las demás personas que él estuvo, no le habían causado eso. ¡Ni cuando los conoció! Pero... éste rubio es especial, y Zayn lo sabía.

Ice creamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora