13. Conversaciones a las 2 A.M.

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¿Alguna vez te ha pasado, que estás muy cansado y lo único que quieres es acostarte en tu cama y dormir hasta tarde... pero que al final no lo haces porque tu mente no se puede callar ni apagar ni dejarte descansar por un maldito momento?

A todos nos ha pasado y a todos nos pasará.

Es como el ciclo de la vida. En un momento de tu vida si o si tendrás una noche de estas... ya sea que pensarás en tu futuro, o imaginarás conversaciones que sabes que no van a pasar pero quieres que sucedan, o vas a pensar en esa persona especial o cualquier cosa pero que al fin y al cabo, tu mente no se detendrá o no se apagará o no se pondrá en "mute" simplemente para que puedas dormir un rato. 

Zayn no lo entendía, no entendía porque no podía dormir si tuvo un largo día, dejándolo algo agotado.

Día vieres, el pelinegro salía temprano de clases pero Liam tenía entrenamiento y como siempre fue a acompañarlo. Liam se había ido directamente hacia la cancha pero Zayn quería (o necesitaba o ambas) una ducha y fue a su casa a tomar una.

Almorzó acompañado de sus hermanas que justamente estaban en la casa y luego se fue, tomando su skate y despidiéndose de su madre y sus hermanas.

Zayn se subió a la patineta y comenzó a andar, el viento jugando con su cabello aún mojado y también jugando con la nueva camiseta del equipo (que le quedaba un poco ancha) que tenía el número de su mejor amigo en la espalda (aunque abajo del número 22 blanco, estaba escrito "Zee" gracias a que Louis lo habían pedido así y a él le había encantado).

El pelinegro llegó a la cancha media hora después de que el entrenamiento había comenzado.

Había entrado al lugar con su skate bien sujetado por su brazo, caminando tranquilo y cuando llegó vio a todos los jugadores trotando alrededor de la cancha.

Liam lo vio de inmediato, aquella cabellera negra brillante era fácil de distinguir y lo saludó con la mano y una dulce sonrisa en sus labios. Louis, quien estaba al lado del castaño, le guiñó un ojo y le mandó un beso, molestándolo a propósito y rio a carcajadas al ver el dedo corazón que el pelinegro le había dedicado con tanto amor. 

El entrenador le dio una palmada con cariño en la espalda, Zayn solamente sonrió (algo incómodo) sin saber qué hacer y caminó hasta las gradas, sentándose en la primera.

Por lo menos, el día estaba nublado, las nubes ocultando el sol que quería asomarse sí o sí.

El entrenamiento acabó después de media hora, todos los jugadores fueron rápidamente hacia los vestidores para darse una buena ducha e irse. Zayn se quedó en las gradas, encantado por el clima del día. Fascinado por el poco viento que quería seguir jugando con su cabello.

Louis fue el primero en salir, con el cabello mojado y goteando levemente, las pequeñas gotas cayendo en sus hombros.

El pequeño chico caminó hasta el pelinegro.

—¿Qué tal Zee? —Habló Louis, haciéndose notar. Zayn lo miró y sonrió de medio lado.

—¿Qué tal enano? —Preguntó divertido, con un brillo especial en sus ojos. Louis lo fulminó con la mirada y alzó el pecho, maldiciéndose a sí mismo por ser tan bajo. Zayn rio levemente.

—Estúpido —Gruñó el oji-azul, molesto con el pelinegro. 

Se mantuvieron un momento en silencio, hasta que los curiosos ojos azules de Louis vieron el skate del pelinegro que estaba en sus pies. 

—¿Patinas? —Preguntó, sus ojos agrandándose un momento, asombrado. Zayn asintió con la cabeza—, Yo también, podríamos patinar juntos un día de estos.

Ice creamWhere stories live. Discover now