24. Sentían de repente el corazón pesado

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¿Cuánto habrá pasado?, ¿Una o dos semanas?, algo así. Niall no estaba muy seguro, pero realmente había pasado tanto tiempo que no sabía qué hacer.

Había veces que se autollamaba "cobarde", por el hecho de que no podía ir a decirle a su novio que él tenía que irse pero es que era eso... el otro chico era su novio y lo quería tanto que hasta dolía. No podía, no tenía las agallas. Es que... simplemente, no podía.

El rubio suspiró, viendo el calendario que estaba colgado en la puerta de la habitación. De su habitación. Pero no, no lo era. No era su habitación porque simplemente fue a Bradfrord por una temporada. Simplemente eso.

Habían pasado dos semanas desde que su madre llamó al teléfono de la cocina para recordarle el hecho de que el boleto estaba ya comprado y que debía ir a buscarlo pronto. Y lo hizo. Apenas había salido de la casa de Zayn fue en búsqueda del maldito boleto y ahora estaba en la mesita de noche, debajo de un libro delgado. Escondido, lo había escondido ahí porque no podía mirarlo ya que se sentía nauseabundo, sentía que de la nada iba a romper a llorar. Porque eso era, Niall iba a romperse a llorar, porque el sentimiento lo estaba haciendo añicos.

Nadie sabía, excepto su tío y es que porque su papá le avisó para hacerle acordar sobre ir a buscar el boleto. Pero el hecho es que nadie sabía, Niall no podía.

No podía ir y decirle a Harry mientras trabajaban, o mientras comían helado de que él se tenía que ir.

No podía mirar a Louis que iba a la heladería a buscar a Harry, y decirle mientras ambos esperaban por el rizado que dentro de poco él se tenía que ir.

No podía mirar a Liam y decirle que él se tenía que ir mientras el castaño lo miraba con dulzura, lo abrazaba como si él fuera un amigo sumamente cercano.

Y... no podía ir a la casa de su novio, y decirle que él se tenía que ir cuando ambos compartían un momento tierno.

No podía, y él se podía llamar "cobarde" o "gallina" o, que no tenía los pantalones bien puestos pero es que... no podía, realmente no podía, no tenía el corazón para decir "Debo devolverme a Mullingar porque cometí el error de olvidarme que vine aquí por una temporada" y creer que todo iba a estar bien.

Porque no iba a estar todo bien. Y él lo sabía.

Pero algo que no sabía era con quién debía comenzar. ¿Debería primero contarle a Harry y a Louis, y luego a Liam y después a Zayn?, o ¿al revés? O, ¿juntar a todos y ahí, decirles?

Unos pequeños golpecitos sonaron en la puerta, sacándolo de todos esos pensamientos que estaba teniendo.

Él creía que era Harry, pero fue una sorpresa al ver a su tío, a Martin asomar lentamente su cabeza.

—Hey —Dijo el señor, mirándolo y sonriéndole con pesar, como si él supiera lo que estaba pasando.

Y es que era notorio.

Niall se veía demacrado, tan pálido (más de lo que era), con sus labios resecos, sus ojeras tan marcadas con un color morado y verde, su cabello sucio y grasoso y es que no había salido en todo el fin de semana de su habitación y esa esencia, esa energía en su habitación que deprimiría a la alma más alegre al entrar aquella habitación.

—¿Estás así porque no le puedes decir a tus amigos y novio que te tienes que ir? —Directo al grano, así era Martin Horan.

Niall se sorprendió y no lo ocultó. ¿Cómo Martin sabía su relación?

—No te sorprendas, fue notorio que ustedes dos tenían algo. No soy estúpido —Dijo Martin, sonriendo dulcemente—, Eres mi sobrino y a Zayn prácticamente lo vi crecer, es como mi hijo ese crío y sabía cuándo estaba enamorado. Al principio tuve miedo de que fuera Marie, conociendo su historial pero, imagínate la sorpresa que me di cuando vi a Zayn mirar de una manera diferente a mi sobrino —Dijo algo divertido, recargándose en la puerta.

Ice creamWhere stories live. Discover now