[HISTORIA BASADA EN LOS LIBROS, NO EN LA PELÍCULA]
Vivianne McClean era una chica que soñaba a lo grande, dispuesta a tener su propia compañía de revistas, siempre carismática y amable, de gran corazón y siempre ahí para ayudar a los demás. Claro, t...
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PENSÉ QUE YA HABÍA TENIDO SUFICIENTES SORPRESAS POR UN DÍA, PERO ESTABA EQUIVOCADA. Cuando logré recuperar la movilidad de mi cuerpo después del shock y caminé con piernas temblorosas hacia la oficina de Alban, mi corazón brincó hasta atascarse en mi garganta al ver a Ruby. Me permití dar un solo paso hacia adelante, queriendo alcanzarla, antes de paralizarme otra vez al notar la otra presencia en la habitación.
Clancy Gray yacía inconsciente junto a mi amiga, el cabello negro cayéndole sobre la frente y ocultando parte de sus ojos desde el ángulo en el que estaba viéndolo. Mil emociones explotaron dentro de mí al mismo tiempo, confundiéndome y creando una maraña de fuego en mi interior, ira carcomiendo mis sentidos. Hice un esfuerzo por apartar el dedo índice del gatillo, intentando ignorar las ansias de meterle diez balas en el cráneo ahora que tenía la oportunidad.
Cole se movió, capturando mi atención.
Por más que quería moverme, mi cuerpo se quedó plantado en su lugar mientras él tomaba a Ruby y la arrastraba lejos de Clancy, palmeando sutilmente su rostro para despabilarla. Ruby estaba desorientada luego de recibir la ola del Ruido Blanco y las palabras se le arrastraban de la boca en pequeños jadeos, murmurando incoherencias.
Pero logré captar algo de lo que dijo.
Ella también había visto a Cole. Sabía que era un Rojo. Bueno, digamos que terminó de confirmarlo, porque no confiaba en mí misma para creer lo que mis ojos habían visto.
—¿Desde hace cuánto? —Mi voz era queda, apenas un sonido. Cole miró sobre su hombro al escucharme—. Aparte de Villanueva, ¿quién más lo sabía?
—Solo Cate y Alban. Y ahora ustedes dos —Cole sonrió de lado, pero la sonrisa estaba lejos de parecer satisfactoria—. En vez de seis, somos cinco. Perdimos a uno. Si le cuentan a alguien más, es mi fin. ¿Entienden?
Ruby asintió.
Yo no.
—¿Qué hay de Liam?
Cole chasqueó la lengua hacia mí.
—Vivianne, no estoy para...
—Se lo dirás en algún momento... ¿no?
Cole no respondió.
Por alguna razón eso me enojó.
—Se lo vas a decir. —Antes de que pudiera replicar, di un paso hacia él y lo apunté con mi arma—. No me hagas repetírtelo, Stewart. Estaré más que complacida con un gracias en cuanto te quites ese estúpido peso de encima, pero hasta que no se lo digas a Liam voy a hacer de tu vida un inferno.
