Capítulo 42. El coliseo

498 69 49
                                    

🔊 AVISO:
RECOMIENDO QUE ESCUCHEN LA MÚSICA CUANDO LLEGUEN A LA TERCERA PARTE. PROMETO QUE NO LAS VA A DEFRAUDAR 🔊

           LA COSA ESTABA TERRIBLEMENTE MAL, ESTOS CHICOS ESTÁN TAN ENFERMOS QUE NI YO MISMA ESTOY SEGURA DE QUE LOGREN DURAR LA NOCHE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

LA COSA ESTABA TERRIBLEMENTE MAL, ESTOS CHICOS ESTÁN TAN ENFERMOS QUE NI YO MISMA ESTOY SEGURA DE QUE LOGREN DURAR LA NOCHE. Tampoco estoy tan segura que Liam lo haga. El pecho se me estruja y siento pinchazos de tan solo pensarlo, pero no pretendo fingir que todo está bien y que he encontrado a mi mejor amigo, porque no es así. El chico en mis brazos no me conoce de ninguna parte, está más pálido que antes y alucina entre sueños. Ya he parado de llorar por él, pero cada vez que lo escucho murmurar por su madre mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

Chubs está haciendo todo lo que puede. Desde que Ruby se fue lleva revisando cada niño, separándolos en grupos de dos: los más graves a la izquierda y los que no estaban tan mal a la derecha. No dejé que moviera a Liam. Luego de unos treinta minutos tratando de dormirse el Sureño por fin logró caer y temo que si lo muevo se vaya a desvanecer en mis brazos. Cuando se lo dije Chubs no discutió más, pero sí se quejó de no tener algún tipo de luz para ver cómo estaban las pupilas de Liam. No pensé en reconfortarlo con palabras prometedoras porque no puedo asegurar que todo estará bien.

Sorprendentemente, a Jude no le costó tanto crear una fogata. Tuve que guiarlo un poco en el proceso y ayudarlo a encontrar un lugar donde el fuego no prendiera la tienda en llamas. Me di cuenta que cuando Jude quiere ser útil, puede hacer más de lo que cree que puede, lo cual es alucinante. Y me siento orgullosa de él. Por más parlanchín que era, también se ha mantenido concentrado en ayudar a Chubs y Olivia con los demás chicos. Resulta que sus horas y horas leyendo lo que sea que pudo encontrar en la Liga ha servido de algo, porque Chubs no deja que se aleje de su lado y hace que le cuente lo que sea que sabe.

—Si te estás cansando puedo recostarlo para que descanses la espalda —Olivia se arrodilló a mi lado, hombros encogidos.

Fruncí los labios. Puede que Liam haya adelgazado en los días que ha estado así, pero sigue siendo igual de pesado para mí.

—Muy bien —accedí, gruñendo cuando logré moverme luego de largos minutos en la misma posición. Me roté los hombros mientras veía a Olivia acomodar a Liam y esperó a que yo me recostara a su lado para volver a poner su cabeza sobre mi hombro, mi brazo rodeando los suyos en un torpe abrazo para mantenerlo pegado a mí.

—¿Mejor?

—Mucho. Gracias —le sonreí.

Olivia asintió, luego se abrazó las piernas. No pasé por alto que se quedaba mirándome, apartaba la vista y cuando la regresaba y veía que seguía observándola, volvía a apartarla.

—Olivia, solo dilo y ya.

Olivia se sonrojó.

—Es solo que... —Olivia se pellizcó una mano—. ¿Cómo lo haces, eso de aumentar tu... qué sé yo?

Game of Survival | The Darkest MindsWhere stories live. Discover now