[HISTORIA BASADA EN LOS LIBROS, NO EN LA PELÍCULA]
Vivianne McClean era una chica que soñaba a lo grande, dispuesta a tener su propia compañía de revistas, siempre carismática y amable, de gran corazón y siempre ahí para ayudar a los demás. Claro, t...
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RUBY DESPERTÓ Y APARECIÓ POCO DESPUÉS DE QUE LE DIJERA A LIAM QUE ME QUEDARÍA y cuando RUBY SE ENTERÓ DE LA NOTICIA, NO LO AGUANTÓ Y ME ABRAZÓ. Fue extraño y reconfortante al mismo tiempo, ya que Ruby tiende a escapar de cualquier contacto físico posible, pero saber que mi decisión de quedarme la hacía feliz y la serenaba me daba tranquilidad. Luego, tuvimos que pelear contra un Chubs no muy feliz y una gata con garras como Zu porque los despertamos a las cinco de la mañana.
Ya dentro de Black Betty, Chubs aprovechó unas horas más para descansar mientras Zu hacía lo mismo con la cabeza apoyada en mi regazo. Ruby se sentó en el copiloto para ayudar a Liam con el mapa y yo le pedí al Sureño que bajara su ventana para que el aire de la mañana refrescara un poco el interior del monovolumen. Apoyé la cabeza en mi ventana y observé el camino, acariciando inconscientemente en circulitos el hombro de Zu.
A pesar de lo mucho que ha pasado en los tres días que llevaba con estos chicos, me sentía lo bastante bien conmigo misma como para seguir agobiándome el alma en estos momentos. Aprovechando que Parlanchín no estaba refunfuñando porque Ruby y yo nos quedaremos y estaba contando ovejas en sueños, la paz que habitaba en estos momentos era incluso alucinante. Algo que jamás he experimentado.
Thurmond era siempre ese lugar sombrío del que todo el mundo temía. Para ponerlo más sencillo, era como el hábitat para los Dementores de Harry Potter, donde arrastraban a todo niño y le drenaban la felicidad y sus recuerdos más preciados, convirtiéndolo básicamente en un zombi obligado a seguir ordenes o a ser castigado si no cumplía.
Durmiendo, Zu dejó salir un largo suspiro que rompió el silencio y la calma que había, llamando la atención de todos.
—¿Despertamos a alguna de ustedes anoche? —nos preguntó Liam a Ruby y a mí, pero yo solo pude fruncir el ceño con confusión.
—Solo un poco, tranquilo. —Ruby observó a Zu sobre su hombro—. ¿Suele tener muchas pesadillas?
—¿Zu tuvo una pesadilla anoche? —quise saber y Liam asintió con los labios apretados en una fina línea recta.
—En el poco tiempo que la conozco, podría decirles que le suceden por ocasiones, a veces sí y a veces no. Hay momentos que sueña con Caledonia y logro calmarla con solo hablarle, pero nunca sé qué decirle cuando sueña con su familia. —Liam se encogió de hombros—. Se los juro, si alguna vez llego a conocer a sus padres, voy a...
El Sureño no terminó la frase para tomar un largo y profundo respiro para quitarse la rabia de encima. Con eso me di cuenta que, probablemente, la familia de Zu básicamente la aventó contra las fauces del lobo cuando se enteraron de sus poderes.
Oh, pequeña...
—¿Qué le hicieron? —se atrevió a preguntar Ruby.
—Entregarla. Tenían miedo. Chubs y yo fuimos lo suficientemente suertudos de que nuestros padres intentaron escondernos de las FEP y por eso tardamos tanto en ser enviados a algún campamento. Pero los padres de Zu la enviaron a Caledonia cuando provocó un cortocircuito en el auto de su papá en medio de la carretera.
