Capítulo 30. Así nadie podría volver a lastimarme

894 112 11
                                    

    EL CAMINO DE REGRESO AL CUARTEL GENERAL DE LA LIGA FUE IGUAL QUE TODOS LOS QUE LLEVAMOS HACIENDO DESDE QUE ME autorizaron participar en misiones: veloz y movido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

    EL CAMINO DE REGRESO AL CUARTEL GENERAL DE LA LIGA FUE IGUAL QUE TODOS LOS QUE LLEVAMOS HACIENDO DESDE QUE ME autorizaron participar en misiones: veloz y movido. Vida, que seguía molesta con nosotras, no paraba de soltar gruñidos sentada frente a mí, y Ruby, que estaba a mi lado, se mantenía callada, pero atenta, mientras que yo observaba a los demás soldados del equipo táctico, analizando su comportamiento en lo que ellos charlan animadamente con Cole Stewart como si él no llevara desaparecido sabrá Dios cuánto tiempo.

—¿En qué piensas? —murmuró Ruby solo para mis oídos.

Sin despegar los ojos del hombre, me incliné hacia ella.

—En Cole —dije y niego con la cabeza—. Es...

—Idéntico a él, lo sé —Ruby giró el rostro para verlo y entrecerró los ojos—. Aunque creo que Liam tiene el rostro menos detallado que el suyo...

Asentí.

—¿En qué piensas tú? —La miré.

Ruby se encogió de hombros.

—Cuando nos trajeron por primera vez.

—Mmm...

Fue justo el mismo día que nos habíamos separado de Liam. Tomamos un avión desde Maryland a Los Ángeles, llegando al cuartel general mediante coche, un sitio oculto bajo una fábrica de botellas de plástico que aún seguía operando. Tanto Ruby como yo nos habíamos mantenido calladas el trayecto completo y tratamos de hacerle caso omiso a los murmullos disimulados que hacían sobre nosotras a medida que Cate nos conducía a nuestra habitación, un cuarto compartido con otros tres psis más.

Nosotros no éramos los únicos psis que la Liga ha podido localizar y rescatar. Habían muchísimos otros más, en su mayoría Verdes y Azules y un par de Amarillos, mientras que las únicas Naranjas y Rojos éramos Ruby y yo.

Entre ellos estaban Vida, una Azul que siempre se esforzaba más de la cuenta con tal de llamar la atención de Cate para demostrar más potencial del que ya tenía; Jude, un ansioso chico Amarillo al que le gustaba las demostraciones de afecto y al que nombré Parlanchín 2.0; y por último estaba Nico, un Verde que no se despegaba de su computador, callado y a veces alejado de las personas, alguien que siempre estaba ayudando en las misiones a través de su silla y su tecnología.

Aquel mismo día que llegamos, Cate nombró a Ruby la capitana de nuestro equipo psi. Martin era el que había tenido el puesto anteriormente y, dado a que mi amiga le borró la memoria, Cate la nombró nuestra líder. Aunque me alegré momentáneamente por Ruby, otras personas—Vida, en este caso—no estaban de acuerdo con el giro inesperado y casi se crea una pelea callejera de no ser por Jude, quien prácticamente nos obligó a salir de la habitación para cenar.

Luego nos pusieron a prueba.

A ambas.

No quería ser separada de Ruby, temerosa de no volverla a ver nunca más luego del infierno que hemos pasado, pero Cate me detuvo antes de poder hacer un escándalo y se llevó a Ruby. Le ordenó a otros hombros que me llevaran a un lugar en dirección opuesta de donde se había llevado a mi amiga y, aunque no hicieron ningún ademán de tocarme, mantuve una distancia notable para evitar contacto físico con quien sea.

Game of Survival | The Darkest MindsWhere stories live. Discover now