74. Domingo por la tarde.

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Gabriela.

Es la hora de salir. Me siento como loca por salir con Kendall de nuevo y me prometió llevarme a un lugar sorpresa. Estoy ilusionada pues sé que él es mi hombre.

Mamá me aconsejó como si fuese una niña, bueno la mamá es mamá y siempre seremos niños para una madre.
Llamé un Uber y salí a Ciudad Oeste a la hora indicada donde mi nuevo hombre me estaba esperando en su BMW, fiel testigo de nuestra cogida amorosa.

Fui a él y nos besamos luego Kendall abrió la puerta del carro para que subiera luego él subió y salimos camino a cenar.

-Dijiste que me llevarías a un lugar sorpresa, querido…
-¡Ja, ja! No seas impaciente vida. Sé que te gustará, ¡ya verás!

Kendall siguió conduciendo mientras me hablaba y me sonreía hasta que llegamos a nuestro destino; “El Hotel Del Zar”. Un hotel de cinco estrellas y extremadamente caro, ¡oh por Dios!

Ese hotel es tan caro que para pagar una estadía de dos días y tres noches, tendría que quedarme sin salario por lo menos tres meses.
Las luces de éste hotel con su brillo, hace parecer que es dorado además de enorme y jamás pensé entrar siquiera en éste.

-¡¡NO LO PUEDO CREER…!! ¡¡ES EL HOTEL DEL ZAR…!! ¡¡OH POR DIOS…!!
-¡¡Ja, ja, ja!! Te lo dije; que sería una sorpresa…

Al llegar al frente del hotel, Kendall detuvo su BMW y un mozo bien vestido le abrió la puerta para luego parquear el carro por él. ¡Wow! Ya dentro fuimos al salón de banquetes. Tuvimos una cena de lujo y mi hombre era todo un caballero.
Después de la cena fuimos a una habitación. Ya estaba muy mojada; ¡no… inundada en mis adentros! Sé que por ir a la habitación haremos de todo. Una vez en la habitación nos comimos a besos y toqueteos prohibidos pero deliciosos.

Nos tiramos a la cama abrazados devorándonos a besos a la vez que Kendall levanta la minifalda de mi vestido mientras dejo caer mis zapatos y es cuando siento como mi hombre mete su mano y empieza a masturbarme con su dedo luego, baja mis calzones para luego empezar a mamar mi panocha a lo que le abrí mus piernas.
¡Hm! Sentí como mordía mis labios vaginales y mi clítoris suave y delicadamente a lo que me torcí de placer en la cama arañando las sábanas.

-¡Aahh…Kendall…!

No me respondió y sin decir nada él se coloca sobre mí metiéndome su verga de golpe cogiéndome aun vestida.

-¡Ahh, ahh! ¡Kendall…!

El sonrió bajando el escote de mi vestido para mamar mis pechos. Kendall me cogía duro mientras le abría la camisa arrancándole varios botones. Entonces acaricié y arañé sus pectorales. Pronto me regaba yo de golpe.

-¡¡AAHH…!! ¡¡OOOUUGGH FUCK, FUCK…YEAAAAAH!!
-Me riego… perra…
-¡¡RIEGATE EN MI…CARA, MALDITOOOO!!

Kendall sonríe y saca su verga para ponerla en mi cara, se masturba y me pringa la cara con su semen mientras se queja de placer.
¡Hm! Sentí como su orgasmo recorría mi cara, parte de mi nariz y boca donde probé su semen. Le pasé la lengua en la cabeza de su miembro, lo miré y sonreímos.
Quedé tirada en la cama agotada pero Kendall se acercó, y me colocó boca abajo sin decir nada levantó mi vestido y me empezó a coger por el culo.

-¡¡Aahh, Kendall!! Despacio que…duele…
-Después la pedirás más, perra deliciosa… ¡Je, je!

Kendall me daba duro por el culo… sentí sus bolas golpeando mis nalgas… el culo me ardía pero deliciosamente. Gemí, grité y hasta mis lágrimas salieron mientras mordí la almohada y arañaba las sábanas hasta que sentí el orgasmo de Kendall inundar mis adentros anales a lo que sentí un orgasmo anal para luego él sacara su verga de golpe.

-¡AUH, KENDAL…! Te dije que… despacio… ¡Ay eso dolió!
-¿Acaso nunca te han dado por detrás?
-¡Jamás! -Le mentí.- Pero me diste muy duro… te dije despacio…
-Tú tienes la culpa, Gaby… hasta por el culo eres una delicia. -Ríe.-

Reí mientras le pegué con una almohada. Luego me levanté y caminé al baño con mi culo adolorido a la vez que me desnudaba y ya en la ducha él entró desnudo. Por lavarse él la verga lo mamé hasta agotarlo con su semen en mi boca el que luego me tragué.

Salimos del baño para vestirnos e irnos a casa. Kendall me dejó en mi casa, nos despedimos de un beso y bajé de su BMW. Ahora me toca descansar y hablar mañana lunes con Álvaro, ¡diablos! Siento como si fuera a cortar con un novio mañana.

Un adultero y una fornicadora. Where stories live. Discover now